Siglo Nuevo

Sejima y Nishizawa

Samuráis de la arquitectura japonesa

El Nuevo Museo de Arte Contemporáneo en Nueva York (2007). Foto: Founterior-Interior Design Magazine

El Nuevo Museo de Arte Contemporáneo en Nueva York (2007). Foto: Founterior-Interior Design Magazine

JESÚS TOVAR

Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa son dos maestros de la innovación arquitectónica. Sus obras contienen “espacios fluidos” que han roto en pedazos el paradigma de la arquitectura tradicional de Occidente y gracias a sus últimos proyectos se han adelantado muchos años luz hacia el futuro. Es como si realmente tripularan una nave espacial que realiza un viaje interestelar y que hoy se encuentra ya a una enorme distancia de nosotros en la Tierra.

En 1995 Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa fundaron el SANAA, un estudio de arquitectura en Tokio en donde se han diseñado edificios innovadores en todo el Japón y alrededor del mundo. Hoy, Kazuyo Sejima, nacida en 1956 y Ryue Nishizawa, nacido en 1966 forman una de las parejas más explosivas de la arquitectura contemporánea en el mundo. El talento de ambos parece inagotable.

Los ejemplos de su trabajo innovador incluyen, entre otros, el Centro de Aprendizaje Rolex en Lausana, Suiza; el Museo del Cristal del Museo de Arte de Toledo (Ohio, Estados Unidos); el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo en la ciudad de Nueva York; el Pabellón de la Serpentine Gallery (Londres, 2009); el Edificio Christian Dior en Omotesando (Tokio, Japón) y el Museo de Arte Contemporáneo del Siglo XXI, Kanazawa, Ishikawa en Japón.

Kazuyo Sejima nació en la prefectura de Ibaraki al noreste de Tokio en Japón. Recibió el título de arquitecto en la Universidad de Mujeres del Japón y al terminar sus estudios comenzó a trabajar en la oficina del afamado arquitecto Toyo Ito. En 1987 abrió su propio estudio en Tokio y en 1992 fue nombrada por el Instituto Japonés de Arquitectos como la mejor arquitecta joven del año en Japón. Ha enseñado en la Universidad de Princeton en Estados Unidos, en la Politécnica de Lausana en Suiza, en la Tama Art University y la Universidad de Keio en Japón.

Ryue Nishizawa es oriundo de la prefectura de Kanagawa al sur de Tokio. Se graduó de la Universidad Nacional de Yokohama con un título de maestría en arquitectura en 1990 y estableció la oficina Ryue Nishizawa en 1997.

Actualmente posee una cátedra en la Universidad Nacional de Yokohama. Juntos, Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa fueron galardonados con la medalla de Arnold Brunner Memorial de la Academia Americana de las Artes y las Letras en 2002, un premio de diseño del Instituto de Arquitectura de Japón en el 2006 y la Kunstpreis de Berlín en el 2007 de la Academia de Artes de Berlín en Alemania. Además han presentado sus trabajos en Estados Unidos y Europa en varias exposiciones. Además han sido profesores visitantes en numerosas universidades de prestigio.

UNA OBRA ORGÁNICA

El Centro de Aprendizaje Rolex en Lausana, Suiza (2010) es una obra en donde se utiliza de manera magistral un elemento básico en la arquitectura, la luz del día. Cabe señalar que el concurso para esta obra le fue ganado a los renombrados arquitectos Rem Koolhaas, Jean Nouvel y Zaha Hadid.

Su concepto puede ser una gran ola, una fábrica molecular, un gran queso rebanado o un tapete volador, no es del todo claro. Es una obra de arquitectura poco común, innovadora. Es un espacio arquitectónico por excelencia dedicado al conocimiento y al mismo tiempo se ha convertido en un gran nodo donde se ha generado un amplio espacio público para la ciudad.

Su programa arquitectónico o de distribución de áreas es múltiple y a la vez complejo, está compuesto por una gran biblioteca, un restaurante, varios espacios de exhibición, oficinas administrativas, cafetería, áreas de trabajo y de investigación, asociación de estudiantes, tienda de libros y sala de conferencias.

El acomodo de cada una de estas áreas se logró gracias a un layout horizontal para facilitar la comunicación entre todas ellas en un solo nivel. La entrada del edificio no está en ninguna de las fachadas. Primero se debe de atravesar el edificio para luego entrar por un amplio patio central. El acceso hacia el patio central del conjunto se da por los cuatro lados del gran volumen rectangular de unos cinco metros de altura. El gran volumen del edificio se dobló o se abrió donde se necesitaba para crear cinco 'pasos interiores' y 14 patios con formas casi circulares, ovales. La circulación en esta obra tiene una cierta porosidad, ya que no hay barreras entre exterior e interior. El edificio forma al mismo tiempo por sí mismo una plaza pública semicubierta con una amplia área de sombra para los peatones y los visitantes. Los pisos y los techos coinciden en su forma exactamente. Las pendientes de los pisos se utilizaron para delimitar todas las áreas del proyecto y nunca se usó la línea recta en el diseño definitivo. Son espacios casi humanos, se puede mover cualquier persona en ellos como lo hace el cuerpo humano en la naturaleza, con movimientos curvos y movimientos orgánicos.

EXPERIENCIA DE LIBERTAD

El diseño de los espacios y su función no son “compartimentados” (una sala para tal uso, una biblioteca para tal uso y así sucesivamente) sino que sus espacios tienen un uso flexible y múltiple. La función integral del edificio hasta cierto punto es “libre”. Sus espacios están físicamente unidos pero sin divisiones claras.

En su exterior e interior los visitantes pueden deambular libremente y sin restricciones. El programa del edificio está compuesto por espacios fluidos en donde no está marcada una clara jerarquía entre ellos y hay una completa 'democracia arquitectónica', es decir, no hay espacios más grandes o más importantes que otros. Al menos de forma simbólica todos son similares. Estos espacios además no cuentan con muros divisorios a la manera tradicional para crear pequeñas áreas. En Occidente normalmente se utilizan los muros que ayudan a delimitar las áreas y las funciones. Acá todo el espacio es uno solo y de gran tamaño, no es una arquitectura dividida por su diseño arquitectónico.

Al circular a través del edificio hay una sensación de movimiento libre y de amplitud espacial que normalmente en los edificios tradicionales no se sentiría, tiene más oxígeno. Estos espacios fluidos permiten una libre circulación ya que los arquitectos han dejado suelto el control de los recorridos para que el visitante los elija a su gusto. La gente hace lo que quiere dentro y fuera del inmueble. Los arquitectos buscaron llevar la luz homogénea a todos los rincones de la obra por medio de la utilización de fachadas con una amplia cancelería de aluminio (de piso a techo generalmente) y persianas que ayudan a controlar el paso de la luz desde el exterior. Además se generaron varios patios interiores con el mismo diseño de cancelería de aluminio (de piso a techo) para crear diversas atmósferas frescas y divertidas.

Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa siempre han tratado de abrir su arquitectura como si abrieran una puerta o una ventana. Quieren que su obra sea afectada de alguna manera por lo que sucede allá afuera. Buscan poner a jugar la luz del día y el viento fresco en cada uno de sus proyectos. Otra cualidad de sus propuestas es una especie de continuidad arquitectónica que permite cruzar y atravesar sus edificios, descubrirlos. Ellos también hablan de aderezar su obra con una “cierta frescura” que se puede interpretar como contar en cada uno de sus espacios con ventilación y luz solar de manera constante y que permite purificar todas sus atmósferas. No importa si los visitantes se quedan adentro o se quedan afuera del edificio, lo importante es que se queden.

ESPACIO ABIERTO

Muchos se han sentido identificados con la obra y parece que lo hacen desde que la han terminado de construir, eso es verdadera arquitectura. Este espacio abierto es también un espacio informal que invita a sentarse, a dormir, a circular, a patinar. Ambientes informales y cómodos, además de confortables. Aquí radica la esencia de su diseño. Este centro invita a la exploración constante y parece que no tiene fin. Siempre existe la luz del sol que toca los cuerpos de todos los usuarios del centro de aprendizaje. La luz puede venir del más allá, de las colinas o de los Alpes pero es una compañera inseparable de la arquitectura, la afecta, la realza, la embellece. Siempre hay algo que sucede más allá de la colina. Los espacios resultantes son amplias áreas de circulación donde se combinan las funciones, se mimetizan. Estos espacios continuos se interconectan todos al mismo tiempo de aquí para allá, de principio a fin. Una de las ideas principales del proyecto de Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa fue el no utilizar mucha iluminación artificial dentro del edificio durante el día y esto se logró ampliamente gracias a sus grandes áreas acristaladas.

Estos espacios son espacios de aprendizaje, espacios de encuentro, espacios para la relajación. En estos espacios se busca que se generen nuevas ideas por su alto potencial de reuniones. Se puede contar con un número grande de personas y al mismo tiempo contar con algo de privacidad. Este edificio cuenta con algunos espacios que permiten tener concentración para el aprendizaje. El piso de los espacios interiores se vuelve colina y se diseña como un jardín, con total libertad, al menos eso es lo que siempre han buscado. Los espacios de Sejima y Nishizawa tienen forma de bucle (“loop spaces”) que son muy plásticos y muy atractivos a la vista de cualquier espectador. “Espacios profundos” y “espacios con sombras” sobre todo en la parte inferior de este gran edificio que se volvió plaza con techos de alturas variables, siempre diferentes. Una plaza buscada, sombreada y pública que es de esos regalos afortunados que nos brinda la arquitectura.

Este proyecto también obedece al principio de Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa que dice “luz natural en todas partes”. Está presente siempre donde hace falta y gracias a la reflexión de luz natural en los patios y en los techos puede llegar a las zonas más profundas y escondidas. Cielos blancos, mobiliario blanco, pisos grises, manchas luminosas en los cielos, concreto aparente, cielo cuadriculado en la parte inferior del edificio, efectos de luces y de sombras en los interiores, todas respuestas de una pareja que se ha puesto de acuerdo para crear una obra maestra.

Los arquitectos visitaron el sitio de 10 a 20 veces antes de iniciar el proyecto arquitectónico, lo conocen al detalle por eso tiene alta calidad. Este edificio es como un parque donde mucha gente entra y sale, todos disfrutan de su diseño como si estuvieran en casa. A los arquitectos les sigue halagando mucho que los disfruten sin parar.

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