Sonriente, contento y con una gran actitud, salió anoche en el escenario puesto en la Plaza Mayor el tenor mexicano Javier Camarena, quien recordó su infancia con la música que cantaría por más de hora y media, anécdotas y recuerdos, preámbulo de un espectáculo que aún siendo infantil, divirtió a varias generaciones.
Considerado una de las figuras internacionales más importantes de la ópera, el tenor mexicano Javier Camarena, ofreció anoche un grato recorrido por el mágico mundo del compositor veracruzano Francisco Gabilondo Soler, Cri-Cri, para festejar a miles de niños laguneros que se dieron cita con sus padres en la Plaza Mayor.
Con una gran orquesta dirigida por el maestro Iván López, y las voces de las sopranos Angélica Mata y Diana Peralta, en compañía de la mezzo Mariana Montijo; el tenor cambió los timbres que lo han llevado a la escena internacional de la ópera, por un estilo fresco diferente y muy apegado a las versiones originales.
Temas como La Patita, Che Araña, El comal y la olla, Cochinitos dormilones, Pico Peñón, La marcha de las canicas, Gato de barrio, y el popular Ropero, fueron aplaudidos, en algunas ocasiones más por los padres que por los niños, mostrando cómo la música de Cri-Cri, sigue cautivando a generaciones enteras.
Entre ritmos caribeños, valses e incluso el tango de la popular araña que inmortalizó Cri-Cri, Javier Camarena, lejos del tenor, además de cantar se divirtió en el escenario, bromeó, jugó y bailó. En un momento del concierto en que se presentó una falla técnica con la iluminación del escenario, a oscuras, el cantante mexicano dijo entre risas "Qué bueno que se fue la luz, eso nos sirve para cantar esta canción con más ánimo", y entonó El Chorrito, por cierto una de las más coreadas por los niños.
Como instrumento musical, Camarena maneja su voz con destreza y versatilidad, así se escuchó anoche en la Plaza Mayor ante cerca veinte mil personas, según cifras de Protección Civil, en el concierto con el que el Ayuntamiento de Torreón festejó a los niños. Gran voz y gran actuación, que incluso superó algunos detalles del sonido.
Entre los temas más conocidos y aquellos que el tenor quiso rescatar para este proyecto, transcurrió ese homenaje Francisco Gabilondo Soler. Para cerrar el concierto con dos clásicos, en uno de los cuales, El Ropero, subió a tres abuelas laguneras para darles serenata. Con los encores puso a gritar el público, La marcha de las letras, el Negrito bailarín, que cantó con todo y coreografía, y tal vez una de las más populares, aplaudida y coreada por los laguneros con particular emoción, El Ratón Vaquero.
Reúne generaciones con temas de Cri-Cri
