
Foto: Archivo Siglo Nuevo
Las mariposas son una especie de insectos que embellecen cualquier paisaje, y a pesar de no ser tan comunes en el entorno urbano, hay ocasiones en que sí se les puede observar revoloteando en la selva de asfalto llamando de vez en cuando la atención de uno que otro transeúnte haciendo surgir una pregunta: ¿hacía dónde se dirigen?
Un día común y corriente en el que la mente invita a alejarnos de la ruidosa, compleja, atareada y, en ocasiones, aburrida ciudad, tomamos nuestros caballos de acero e iniciamos un recorrido que pudiese tomarse como cotidiano; sin embargo, la mente, siendo un incansable engranaje que en absoluto descansa se hace cómplice de la soledad y belleza del camino originando una serie de ideas ovilladas casi imposibles de construir en la complicada metrópoli. Y es precisamente la conjugación de esa serie de factores, ayudados de la indagación persistente propia de biólogos, entomólogos y afines, que reparamos en un insecto volador diurno que aprovechaba el aeródromo botánico para forrajear el elixir (néctar) de las flores, convirtiendo el paseo en otro día de trabajo (aunque no es precisamente trabajo, porque el trabajo “da trabajo” y a nosotros nos da satisfacciones).
Al final del recorrido el odómetro de nuestro caballo de acero marcaba 140 kilómetros, distancia que aprovechamos para cuantificar aproximadamente 19 ejemplares distintos aparentemente de mariposas (lepidópteros) asociadas a diferente vegetación o mariposarios naturales, pero sobre todo, asociadas a aquellas plantas de colores llamativos (variantes del rosa, amarillo, azules, rojos, entre otros) y de las plantas llamadas trompetillas (convolvuláceas), surgiendo entonces una serie de preguntas entre las que destaca la siguiente: ¿Serán estas las mismas mariposas que vuelan por la ciudad?
De acuerdo con los entomólogos, la aparición de las mariposas en territorio mexicano es relativamente reciente, debido a que más que especies lo que abundan en nuestro país son subespecies, indicando que están en continuo proceso evolutivo. Esta evolución de los lepidópteros mexicanos se ha dado porque en nuestro territorio hay climas con características tanto neoárticas como neotropicales, predominando estas últimas casi en todo el mundo.
MARIPOSARIOS RÚSTICOS CÉFIROS
Si hemos sido observadores desde nuestra infancia, podremos recordar que aquellos majestuosos y coloridos 'papalotes' (la palabra náhuatl papalotl significa mariposa) revoloteaban siempre en una dirección sin cesar, sin importarles cruzar por la selva de asfalto. No había día en primavera que no volase un ejemplar de estos disfrutando de los rayos del sol, pero, ¿qué hacían, hacía dónde iban y, sobre todo, por qué volaban estación tras estación en la misma dirección y por la misma ruta? La respuesta es sencilla: los mariposarios rústicos céfiros, que no son más que aquellas pequeñas áreas de jardín domésticos que mezclan colorido y aromas y que atraen al rozagante papalote.
Estos mariposarios no actúan como tal sin la combinación de las flores que son el activo principal para atraerles; una floración constante y una sencilla mezcla de plantas aromáticas como albahaca, ruda y lantana, entre otras, será suficiente para embelesar a estos insectos. Estas infantas áreas, funcionan como pequeñas islas, conectores o extensiones de mayores áreas silvestres que son utilizadas por estos bellos insectos en su travesía migratoria como zonas de descanso.
Haciendo un recuento, aproximadamente desde hace diez años las poblaciones de lepidópteros han disminuido dramáticamente, lo que tal vez es una objeción colateral que responde a un crecimiento demográfico exponencial que sin darnos cuenta provoca la disminución de áreas naturales que forman parte de cadenas tróficas, hábitats e incluso nichos ecológicos donde no sólo las mariposas realizan las actividades propias que aseguran su permanencia generación tras generación.
Un claro ejemplo de la potencialidad de los mariposarios céfiros fue el construido en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED, donde fue posible registrar un gran número de familias y especies. Estas áreas no sólo funcionan como atrayentes, sino también como zonas donde las mariposas ovipositan y con el paso de los años estas áreas son grabadas dentro de sus rutas, lo cual es una garantía de que estación tras estación podremos observarlas y disfrutar de un mágico evento.
QUIMERA: “LAS MARIPOSAS ASTUTAS”
No sólo el ser humano aprende a tergiversar a sus conexos con la finalidad de emerger avante ante situaciones adversas, sino que también la naturaleza dota de esta capacidad de confusión, en apariencia, a los diferentes grupos (plantas y animales) que habitan el planeta, poniendo a prueba la capacidad indagatoria y comparativa del ser humano, emplazando organismos que aparentan ser y realmente no lo son, un ejemplo de esto son los falsos camaleones pertenecientes al género Phrynosoma, que generalmente son confundidos con los verdaderos camaleones o camaleón de Jackson, que en apariencia son totalmente distintos. Los lepidópteros no podrían dejar de ser la excepción pues en este grupo confluyen dos tipos de “bichos” totalmente distintos: las mariposas y las polillas o “falsas mariposas”, que se unen a este tipo de tretas visuales y al agregar el fenómeno del mimetismo embrollan aún más la situación. El mimetismo se debe básicamente a un proceso evolutivo que tiene que ver con un mecanismo de defensa contra los depredadores.
Enfocándonos en las mariposas, este tipo de defensa se presenta en todas sus fases de desarrollo; siendo oruga o adulta, pues imita la forma, color, textura de la planta donde se encuentra e incluso expide olores nauseabundos penetrantes para su defensa. ¿Pero cuáles son las diferencias que separan a las mariposas de las polillas? La respuesta está en dos conspicuas características: el modus vivendi y el cuerpo. Las mariposas son diurnas y de complexión delgada, mientras que las polillas son nocturnas, presentan mayor diversidad de colorido y son de complexión robusta.
Un ente que sale de tenor por su peculiaridad y gracia al volar, asemejando el vuelo del ave más pequeña del mundo (colibrí), una polilla de la familia Sphingidae, llamó nuestra atención al ser una contradicción de la naturaleza, pues aunque comúnmente están asociadas a las penumbras, esta apareció en un día totalmente radiante; así, al aguzar los sentidos con gran perspicacia en aquella peripecia surgió la siguiente pregunta: ¿Qué hace aquí de día este bicho? Pero no hubo respuesta a tal evento, mientras que la palomilla imitaba una mariposa que embellecía más el paisaje urbano también pasaba desapercibida ante los ojos de aquellos que transitaban por el lugar.
QUETZAL-PAPALOTL: SU HISTORIA EN EL MÉXICO PREHISPÁNICO
La zona arqueológica de Teotihuacan, también conocida como “lugar donde los hombres se convierten en dioses”, alcanzó su esplendor entre los siglos III y IV, siendo después saqueada, abandonada e incendiada; con el paso del tiempo se descubrió ahí una de las edificaciones más importantes y que hipnotiza por su diseño, escultura y peculiaridad: el palacio de Quetzalpapalotl o “mariposa divina”, dedicado a una criatura mitológica enmarcada por símbolos acuáticos sobre el cuerpo de un quetzal. El palacio está ubicado en el altiplano mexicano, lugar donde habitó una cultura prehispánica anterior a los mexicas (200 a 900 d. C.), la cual esgrimió a tal grado a estos 'bichos' que terminaron por asumir una representación simbólico-religiosa y eran plasmadas como pinturas en fresco, muros de templos, palacios, piezas de cerámica, braceros ceremoniales de barro en donde dejaban ver la silueta completa o las alas de la mariposa, desde las más naturales hasta las exageradamente estilizadas.
Ya durante del esplendor de la cultura azteca (1300 a 1523 d. C.), las mariposas eran una representación de constante significado que a través de diferentes especímenes representaban sus dioses como es el caso de la especie Papilio multicaudatus llamada Kirby, que simbolizaba a la diosa Xochiquetzal, divinidad del amor, flores y todo lo bello que aparece con rostro y brazos humanos, cuerpo de papalotl (mariposa) y alas de una criatura similar; Itzpapalotl, conocida como “mariposa de navajas”, señora de la guerra, de los sacrificios humanos y que se representó con la cara como calavera.
Una de las culturas clásicas del México antiguo, la Maya, utilizaban en menor grado la imagen de una mariposa pectoral de los guerreros esculpidos en Chichén Itzá (De la Maza, 1987).
Las mariposas formaron parte de la vida cotidiana de los antiguos mexicanos ocupando un lugar de suma importancia que se reflejaba y se sigue reflejando en la actualidad en la poesía, danza y artes que se practicaban y sieguen practicando, mientras que algunos géneros en especial fueron representados a través de ciertos objetos, prendas de vestir o símbolos (Olmo, 2006).
PATRAÑAS Y REALIDADES DE LAS MARIPOSAS NEGRAS (POLILLAS)
Existen una serie de patrañas y realidades que giran en torno a las antagónicas de las mariposas, las cuales datan desde el antiguo Egipto. Uno de los más conocidos en la actualidad es el que dice que una “polilla” posando en tejados, ventanas o puertas es una advertencia de próxima muerte. Esto se debe a que los colores fúnebres de los insectos en culturas occidentales anunciaban expiación y muerte. Otro de los mitos falsos sobre las polillas en en torno a las finas escamas que se desprenden de sus alas al momento de atemorizarlas, el cual es conocido como “polvo cegador”. Se dice además que son venenosas y causan la muerte de los diferentes depredadores al momento de ser consumidas.
Lo que sí es verdad es que las mariposas como defensa han desarrollado la capacidad de excretar sustancias de desagradable sabor para evitar ser consumidas y en ocasiones causan vómitos o desorden en el sistema digestivo de sus depredadores, pero hasta el momento no se tiene el registro de organismos que hayan muerto por consumirlas. La idea de que las polillas son venenosas se debe a que producen un líquido llamado “meconio”, el cual le sirve para desprender las alas del capullo al momento de su emergencia, o en ocasiones muy remotas llegan a producir ligeras infecciones o irritaciones en los ojos tanto al hombre como a algunos mamíferos cuando rozan de manera inesperada (Casas, 2005).
En resumen, las polillas son excelentes polinizadoras de plantas con floración nocturna y sin ellas jamás podrían llegar a reproducirse, además, forman parte importante de la cadena alimenticia por ser dieta básica esencial de pequeños mamíferos, algunos buteos, quirópteros y aves. Los mitos creados alrededor de estas, seguirán pasando a través de los años de generación en generación, sin embargo algo es verdad, los lepidópteros son los únicos insectos que llegan a desencadenar una serie de sentimientos heterogéneos que van de lo cándido a lo jocoso y de lo sátiro a lo incróspito.
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