Lidera. La banda Megadeth interpretó 19 temas de su última producción.
Monterrey está de regreso en los festivales masivos de metal; la primera edición del México Metal Fest se realizó con éxito el pasado fin de semana en Cintermex, ante miles de seguidores al "heavy music".
Megadeth encabezó el cartel con una presentación de más de hora y media, en la que interpretó 19 temas divididos entre sus grandes clásicos y algunos cortes de su última producción, Dystopia.
Venom y Overkill fueron los otros dos platos fuertes de la noche, que se completó con importantes grupos de la escena nacional como Transmetal y Arcadia Libre, más la participación de las bandas locales Maligno y Coventrate, la nueva sensación. Brujería fue el ingrediente extra.
Tras siete años de ayuno de grandes festivales en la Sultana de Norte, el MMF representó la oportunidad ideal para 'metalheads' de la capital de Nuevo León, así como de otras partes del norte del país, para disfrutar de más de 8 horas de metal en directo.
El ganador de una guerra de bandas a nivel local, Ulveheim AD, abrió la jornada pasadas las 3:00 de la tarde. Le siguió Coventrate, próximos a visitar la Comarca Lagunera, IRA, Maligno y la poderosa banda tapatía Arcadia Libre.
Brujería llegó como preámbulo a los pesos pesados de la noche.
Overkill, aunque con algunos detalles en el audio, supo encender los ánimos de los presentes, con una exquisita selección de sus mejores temas, entre los que destacan Hammerhead, Coma, Infectious y Ironbound.
Siguió la leyenda británica que revolucionó el metal a principios de los 80, Venom, con canciones como Black Metal, Welcome to Hell, Countess Bathory, Bloodlust y Buried Alive, más algunos temas de su última producción, From the Very Depths.
Cronos, como único elemento de la formación original de la banda, encabezó un verdadero ritual oscuro ante ya una enardecida audiencia, que incluso mientras esperaban la llegada del estelar de la noche, corearon con fuerza los temas de fondo en el auditorio, Holy Diver (Dio) o Wasted Years (Iron Maiden), entre otros.
Tocó el turno a los de San Francisco, Megadeth. Veinte minutos antes de las 12:00 de la noche, comenzaron las apocalípticas imágenes en la pantalla del escenario anunciando el esperado encuentro de Dave Mustaine y compañía con sus fieles seguidores.
Hangar 18 fue en esta ocasión el pretexto idóneo para subir al escenario, pero sería sólo el principio. Megadeth intercambió sus grandes clásicos con cortes de su más reciente álbum, sin nunca perder la interacción con el público y, sobre todo, manteniendo altos niveles de ejecución.
Temas como Tornado of Souls, Wake Up Dead e In My Darkest Hour fueron la delicia de los presentes, quienes no perdían detalle de lo que ofrecía la banda de la bahía.
Tras temas como She-Wolf, Sweating Bullets, A Tout Le Monde y Trust, en los que la audiencia tomaba un respiro en algunas partes, Megadeth llegó al himno noventero Symphony of Destruction, cantado también por la multitud.
Casi para finalizar la velada, Mustaine presentó a los músicos que lo acompaban en esta ocasión. Primero al guitarrista Kiko Loureiro. Detrás de él, al baterista Dirk Verbeuren, y finalmente a su incansable compañero David Ellefson.
La noche cerró con grandes clásicos como Peace Sells y Holy Wars, siempre con la oportuna compañía de imágenes en las pantallas presagiando el final.
Un Mustaine contento y agradecido se mostró cuando la música de fondo despedía a los presentes; con las letras en grande y luminosas de Megadeth sobre el escenario.
