
Ilustración: Óscar Santasusagna
Su utilización como medio educativo y cultural, su conversión a medio de propaganda política y su papel como fiel recopilatorio de diversos sucesos que marcaron la historia nacional, han sido sin duda ecos de su importancia mediática en el sector público. El caso de Radio Educación es algo muy peculiar, su diferencia con respecto a otras radiodifusoras culturales radica en que muchas de estas no tuvieron que pasar por las transiciones a la que fue sometida a través de 91 años.
Considerada también como la pionera en la radio pública y cultural mexicana, Radio Educación transmite por los 1060 kilohertz de amplitud modulada bajo las siglas XEEP, es propiedad de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y está coordinada por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA).
Sus contenidos radiofónicos llegan desde su transmisor hasta aparatos receptores distribuidos en alrededor de mil 900 municipios dentro del territorio nacional, y a todo el mundo a través de internet.
Los inicios de esta radiodifusora cultural se remontan a la década de los años veinte, cuando el conflicto armado de la Revolución Mexicana estaba sufriendo su ocaso. Su historia va de alguna manera ligada a la historia del país, ya que se ha encargado de dar voz a ciertos sucesos de importancia que han marcado a la nación.
INICIO VASCONCELISTA
En el México postrevolucionario de 1921, con Álvaro Obregón en la presidencia, el país estaba sufriendo una reestructuración en diversos sentidos. De entre estos fenómenos sociales surgió la figura del filósofo oaxaqueño José Vasconcelos, quien encabezó los trabajos en materia de educación.
Vasconcelos era un hombre con mucha visión futurista. La magnitud de sus objetivos lo llevó a realizar programas educativos basados en la estimulación y alfabetización, además de inducir el perfeccionamiento de prácticas artísticas como la danza, el cine y la música.
El proyecto de Vasconcelos al frente de la SEP incluía las ediciones de voluminosos tirajes de libros y la inducción, difusión, distribución e impulso de la enseñanza popular.
Más adelante se adentró en el campo de los medios de comunicación con su incursión a la radio cultural y educativa. Vasconcelos opinaba que era de carácter necesario utilizar los medios de radiotelefonía en el nuevo plan que trataba de implementar
El primer intento por crear una radiodifusora cultural en México sucedió en 1921, cuando José Vasconcelos le solicitó a Obregón la creación de una emisora para la SEP con el motivo de difundir en el país una biblioteca hablada.
El proyecto continuó su curso, hasta que el 30 de noviembre de 1924 logró su primera transmisión gracias al previo diseño de propuesta por parte del director de Cultura Estética, Joaquín Beristáin, quién era originario del Distrito Federal y también había fundado en 1838 la Academia de Música.
Esto significó el nacimiento de lo que ahora conocemos como Radio Educación, entonces bajo el nombre Dirección de Extensión Educativa por Radio, con las siglas CZE y cuya primera emisión fue lanzada al aire con la transmisión de la toma de protesta de Plutarco Elías Calles como presidente de México. Iniciaron entonces los trabajos radiofónicos como radioteatros y cursos de educación a distancia.
Tiempo después, el 17 de Junio de 1928 a las 2:25 de la tarde, la radio de la SEP interrumpió sus transmisiones para dar una primicia periodística: Álvaro Obregón (quien se había reelegido como presidente) fue asesinado por José de León Toral en el restaurante La Bombilla, ubicado en la zona de San Ángel, al sur de la ciudad de México.
El asesinato de Obregón marcó el inicio de una serie de cambios para la emisora, los cuales transformarían años más tarde el uso que originalmente se diseñó como un organismo cultural y educativo.
CAMBIOS
En 1934, con el inicio del gobierno de Lázaro Cárdenas, se suscitaron diversos movimientos en las dependencias federales. El general Antolín Piña Soria llegó a la emisora y le agregó el lema La Lámpara Votiva de la Revolución, situación que le valió de varias críticas y burlas.
La estación llegó a formar parte del Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad del Gobierno Cardenista (DAPP). Así se buscó transformar a la emisora como un medio oficial de propaganda para el gobierno de Cárdenas.
Durante esa época comenzó su adiestramiento al contenido político, del cual ya estaba sujeto al quedar la SEP como dependiente del DAPP. Finalmente, en 1939 la emisora cambió de nombre y se convirtió en Radio Gobernación.
Manuel Ávila Camacho (que gobernó el país de 1940 a 1946), también hizo uso durante su mandato presidencial de Radio Gobernación. La manejó con uso político, era el medio de propaganda oficial del poder ejecutivo. Así dio comienzo la era del uso político de la radio, del cual muchos funcionarios públicos se han aprovechado para trabajar sus campañas masivamente.
El gobierno de Ávila Camacho estuvo muy enfocado a las Fuerzas Armadas, debido a las presiones externas que estaban siendo presentes a causa de la Segunda Guerra Mundial. Esto ocasiono un nuevo ajuste en las entrañas de la SEP. Esta reorganización da lugar al nacimiento de la Dirección General de Educación Extraescolar y Estética, cuyo objetivo suponía proyectar mensajes para forjar la unidad nacional.
Radio Gobernación intentó adaptarse al entorno bélico que regía al planeta a principios de la década de 1940 y por consecuencia sus contenidos se modificaron con fines de identidad nacional mediante las milicias. En 1943 se lanzaron programas como La Hora del Conscripto, cuyo objetivo consistía en la estimulación de la juventud para el adiestramiento militar.
Al final del mandato de Ávila Camacho, se magnificaron esfuerzos para que la emisora volviera a manos de la SEP. Es así como el 19 de noviembre de 1946, después de inesperados vaivenes institucionales, la emisora entra al aíre bajo el nombre, por primera vez, de Radio Educación, con el lema Vocero Cultural de México, transmitiendo por las frecuencias XEOF de onda larga y XEEP en onda corta.
Sin embargo, este lapso de “independencia” duró poco, y en marzo de 1947 el presidente Miguel Alemán decidió que las estaciones de la SEP (XEOF y XEEP) pasarían a depender de la Secretaría de Gobernación, dando lugar al nacimiento de Radio México. Una vez más se buscaba convertir a la emisora en un medio de propaganda oficial gubernamental.
Ante la visión del Estado mexicano, el medio radiofónico era ya un arma de poder muy importante: rasgaba la piel de los factores políticos, sociales y económicos, ya que empezaba a ser explotado como negocio.
La SEP creó en 1949 el Departamento de Educación Audiovisual debido a la aparición de la televisión. Se podría deducir que con el surgimiento de este nuevo medio, la radio estaría en peligro de desaparecer. Esto no fue así, la radio siguió vigente debido a su versatilidad y su función como medio de difusión flexible. Además de que su costo era menor al de la televisión y su acceso era más fácil.
Radio México transmitió como medio de propaganda política oficial del gobierno de Miguel Alemán. Los tintes gubernamentales de la emisora continuaron así hasta 1967, cuando la Unidad de Grabación de la SEP se transformó de nueva cuenta en Radio Educación con las siglas XEEP (que mantiene hasta la actualidad). Debido al corto tiempo con que se ejecutó esta acción se divisaron varias fallas técnicas, por lo que se debía de esperar la salida al aire de la emisora hasta el año siguiente.
RESURGIMIENTO
En 1968, la emisora de la SEP volvió a ser nombrada Radio Educación, bajo el mandato presidencial de Gustavo Díaz Ordaz. Se trató de recuperar el espíritu vasconcelista que tuvo en un principio. Después de esta fecha, la emisora no volvería a cambiar su nombre.
Tras varios cambios de identidad de la radiodifusora, todo parecía volver por fin a su sitio. La intención cultural y educativa se volvía a estacionar en sus transmisores, lista para ser ejecutada a través de las ondas radiales del medio sonoro.
Sin embargo, 1968 marcaría una cicatriz en el seno de la nación debido a la matanza de estudiantes del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, suceso que más adelante serviría de inspiración para la lucha por la libertad de prensa de muchos medios de comunicación nacionales.
Era una etapa difícil en el contexto político y social del país. Las fibras de la sociedad aún estaban sensibles después de lo ocurrido. El medio moderno exigía más libertad de prensa y una menor manipulación por parte del gremio gubernamental. Había presiones por parte de medios privados para que esto sucediera.
Durante algunos años, la línea de libertad de expresión dentro de los medios masivos fue tolerable; sin embargo, con la aparición de guerrillas, la presión extranjera y los intereses afectados de algunos empresarios, se frenó está línea.
Radio Educación también resintió estos conflictos entre el gobierno y las empresas privadas de comunicación. El temor a volver a convertirse en una emisora oficial del gobierno estaba latente, afortunadamente se supo mantener su autonomía.
La difusora no ahorró esfuerzos en seguir reencontrándose con su acervo cultural y en el año de 1975 empezó a transmitir en vivo las acciones del Festival Internacional Cervantino desde la capital de Guanajuato. Dichas transmisiones continúan hasta la fecha, siendo uno de los magnos eventos de talla internacional que históricamente ha cubierto la emisora.
En ese mismo año ocurre otro altibajo en la estación. El Instituto Politécnico Nacional cedió los derechos de frecuencia a Radio Educación en los 94.5 MHz de FM; lamentablemente por falta de presupuesto, a la emisora le fue imposible entrar al aire y así se perdió una oportunidad de oro para Radio Educación de abrirse cancha en la FM.
LA FIGURA DE EMILIO EBERGENYI
“Cuando den las 6:30, prende el radio por favor, De Puntitas, tu programa, está en Radio Educación. Suavecito, no hay carreras, despierta de buen humor ¡Levántate de puntitas que ya empieza la función!”
Esta era la señal de que la mágica voz de Emilio Ebergenyi estaba a punto de adueñarse de la frecuencia de Radio Educación. El programa De puntitas, producido por Marta Romo, iniciaba las 6:30 de la mañana para amenizar el despertar de sus radioescuchas.
Emilio Ebergenyi Matos nació en la ciudad de México el 1 de septiembre de 1950. Entró a trabajar a Radio Educación con Enrique Atonal, cuando la fallecida escritora María del Carmen Milán se encontraba al frente de la Dirección de Educación. Durante tres décadas se consolidó como una de las voces radiofónicas más respetadas en el país.
Entre algunos de sus momentos más memorable frente al micrófono, se recuerda el 19 de septiembre de 1985, cuando sus radioescuchas despertaron con su programa momentos antes de que un devastador terremoto sacudiera a la ciudad de México.
El locutor murió el 10 de noviembre de 2005 a las 11:30 de la mañana, en el hospital ABC de la capital del país, donde fue internado debido a un edema subdural. Su desaparición dejó un doloroso hueco al interior de la difusora donde durante mucho tiempo fue uno de los pilares más importantes.
La periodista Elena Poniatowvska realizó una entrevista al locutor mexicano meses antes de su fallecimiento, específicamente el 11 de agosto de 2005, misma que fue publicada por La Jornada el 18 de noviembre del mismo año con el título Emilio Ebergenyi: un locutor alivianado y sensacional. En dicha conversación, el también actor indicó que desde niño soñaba con ser locutor y compartió su sentir respecto a trabajar en una emisora cultural.
Radio Educación fue de las primeras estaciones en actuar en situaciones límite, a la hora del peligro, la del desastre, la catástrofe (…) Radio Educación se dedicó a localizar a los damnificados y comunicarlos con sus familiares en los sismos de 1985, hizo una red muy horizontal; no quiero decir que haya sido la única, pero sí fue la primera en sacar al aire lo de las costureras y lo de las injusticias que salían de los escombros, le señaló Ebergenyi a Poniatowvska.
En su otro escrito Emilio Ebergenyi: dos millones de radioescuchas, publicado el 19 de noviembre de 2005 también por La Jornada, Poniatowvska describió la voz de Emilio en Radio Educación como un soplo de viento fresco. No pontificaba, decía las cosas con una espontaneidad y una desenvoltura que lo volvían entrañable. Se burlaba de sí mismo y hacía que nos riéramos de nosotros mismos también.
En ese mismo texto, la también acreedora al Premio Miguel de Cervantes de 2013 expresó que Ebergenyi era antisolemne y alegre, comparándolo a una figura que iluminaba las madrugadas con su excelente humor. Señaló también que la influencia de Emilio en Radio Educación fue definitiva porque su discurso musical se regulaba con el hablado.
Semanas antes de su muerte, la Revista Tierra Adentro logró entrevistar a Emilio para un artículo sobre la radio en México. Al cuestionarle si se consideraba un líder de opinión, Ebergenyi contestó:
No, en todo caso me interesaría que la gente me ubicara como un ''resonador social", eso es distinto. A mí no me interesa dictarle línea a la gente para que piense como yo (…) Yo soy locutor, me gusta leer bien, me gusta leer correctamente, me gusta interpretar correctamente los textos, me gusta la entrevista, pero no en esta fiebre que se ha apoderado de los medios en México en las últimas décadas, en donde todo mundo tira de su ronco pecho cualquier cantidad de estupideces.
Los programas del desaparecido locutor y poeta capitalino aún se pueden escuchar a través del sitio web www.e-radio.edu.mx/De-puntitas.
EXPERIMENTACIÓN SONORA
Como radioescucha de Radio Educación, la doctora Lidia Camacho recuerda programas como De Puntitas, conducido por Emilio Ebergenyi y Las Causas de las Mujeres, el cual trataba de la problemáticas de las mujeres y el conflicto de género, temática en la cual la radio de la SEP fue pionera en el país.
Camacho estudió la licenciatura en ciencias de la comunicación en la Universidad Anáhuac; además de una maestría en historia del arte y un doctorado en ciencias políticas y sociales, ambas en la UNAM. En 1984 entró a laborar en la emisora, debido a su interés de dedicarse al ambiente radiofónico. En ese tiempo se encontraba trabajando paulatinamente en Televisa, pero decidió seguir su profesión en el mundo de las ondas hertzianas.
“Era tal la inquietud de dedicarme al tema de la radio porque yo pensaba que si la radio en mi caso había cambiado el rumbo del tema de mi tesis y muy posteriormente de mi vida profesional, pues yo tenía un enorme deseo de trabajar en la radio, consciente de que la radio puede cambiarle la vida a las personas”, señala la doctora Lidia Camacho, exdirectora de Radio Educación, en entrevista exclusiva para Siglo Nuevo.
En 1996 propuso crear el proyecto de la Bienal Latinoamericana de Radio durante un congreso de productores radiofónicos suscitado en Berlín, Alemania. El gobierno Alemán decidió apoyar el proyecto de Camacho para su gestión en México. A su regreso al país, ella se dio a la tarea de diseñar este evento, que años más tarde, en 2004, se convertiría en la Bienal Internacional de Radio.
“Yo estaba convencida de que no basta el espacio cotidiano en la radio, hay que detenerse, hay que parar, hay que abrir un paréntesis en nuestra vida cotidiana y reflexionar, escuchar que se está haciendo en otras partes del mundo”.
Cuando la nombraron directora de Radio Educación en el año 2000, Camacho tenía en claro los ámbitos en que se enfocaría su trabajo, la mayor parte de estos deambulaban entre la renovación de la estación en aras de la nueva época tecnológica en el Siglo XIX y el diseño de su imagen a nivel internacional. Radio Educación fue la primera estación en el país en llevar a cabo transmisiones digitales.
“Desde entonces vino toda una renovación de trabajo en la emisora, ahí se creó un sistema de almacenamiento masivo digital y comenzamos con unos de los grandes temas que llevo 15 años trabajando, que es el tema de la conservación y preservación del patrimonio sonoro”.
Camacho se aventuró a trabajar en México, a través de Radio Educación, el género del radioarte. Atrevimiento que al principio le costó muchas críticas en la emisora, las cuales califica de “terribles” respecto al tema. Incluso, parte del personal al interior de la estación pensaban que el género era un invento suyo.
En realidad, el radioarte tiene sus raíces en Europa, específicamente en países como Francia o Alemania. Camacho tuvo la posibilidad de tener contacto con emisoras del Viejo Continente que le permitieron ampliar sus horizontes sonoros. La comunicóloga también escribió el libro El Radioarte, un género sin fronteras, donde da una extensa explicación de la historia y función de este género
El espacio en Radio Educación para dar refugio a este nuevo género radiofónico en el país, se dieron en el programa El Arte de Escuchar el Radioarte, en las bienales internacionales de radio organizadas por la emisora y en el Laboratorio de Experimentación Artística Sonora (LEAS).
““En la bienal, yo abro un rubro que tiene que ver con el radioarte y el arte sonoro. A partir de ahí, el radioarte fue muy importante y se generó una programación para ampliar los lenguajes radiofónicos, para ir hacia la experimentación de otras formas de entender la radio (…) El hecho de crear al interior de la estación este laboratorio de experimentación artística sonora, en el cual estaban algunos productores de la emisora, pues también fue derrumbando estas barreras respecto a estas temáticas”.
En noviembre de 2001, el primer radioarte en vivo transmitido por la emisora fue realizado por Jorge Reyes. Más adelante, el mismo Reyes sería premiado por su obra Los proverbios del infierno en el Aether Fest, Festival Internacional de Radioarte celebrado en 2003 en la ciudad de Albuquerque, Nuevo México.
En este contexto de experimentación a través del medio radiofónico, Camacho invitó al país a Murray Schafer, quien es el creador del concepto de paisaje sonoro, para que diera algunas pláticas y conferencias con el fin de que la gente entendiera de qué se trataba ésta práctica sonora.
Finalmente, en 2007, Lidia Camacho deja Radio Educación para encabezar el proyecto de la Fonoteca Nacional, finalizando así una era al frente de esta emisora cultural y educativa.
“Yo quedé prácticamente muy satisfecha de mi trabajo (…) El hecho de abrir los horizontes en tema de los lenguajes sonoros para mi es fundamental. Creo que somos una referencia en el mundo en estos sentidos y creo que el hecho de por primera vez poner el dedo en la llaga en el tema de la preservación del patrimonio sonoro y audiovisual de nuestro país, pues fue clave, no solamente para México, sino para toda América Latina”, finaliza.
NOVENTA AÑOS EN LETRAS
En 2014, durante la celebración por los 90 años de la emisora, Radio Educación en colaboración con el Consejo de Nacional para la Enseñanza y la Investigación de las Ciencias de la Comunicación (CONEICC) convocó a un concurso de ensayos los cuales tenían que versar sobre el papel o la historia de esta emisora cultural en la nación.
El doctor Arnulfo Uriel De Santiago Gómez, quien es profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, fue acreedor al segundo lugar en el concurso por su ensayo Nuevas voces para nuevas necesidades, radio y educación el cual define como “un rescate de los datos históricos” de la propia emisora.
De Santiago recuerda que sus primeros acercamientos como radioescucha de Radio Educación se dieron mientras cursaba la secundaria, justo cuando llegó a vivir con su familia al Distrito Federal proveniente de Aguascalientes, gracias en gran parte a su hermano mayor quien escuchaba la amplia variedad de música del mundo que se ofrecía en su contenido.
“La verdad fue una escuela, una ventana abierta a ritmos y cantantes que hasta entonces no había conocido. Si de recordar a un locutor de Radio Educación se trata, es claro que puedo recrear en mi mente la voz, el estilo, la familiaridad con el micrófono, la variedad de matices que podía dar a sus mensajes de Emilio Ebergenyi. Alguna cortinilla suya aún puede oírse en las transmisiones actuales, curiosamente” comparte el doctor Arnulfo Uriel De Santigo Gómez, en entrevista exclusiva para Siglo Nuevo.
El nombre de su trabajo se debió a que este reflejaba el contenido del ensayo, el cual trataba de convertirse en una reflexión sobre los alces de un medio de comunicación utilizado como instrumento para apoyar la educación. De Santiago parte de la década de 1920 para retratar textualmente los años de creación de esta emisora, a la cual considera como “pionera en esfuerzos técnicos”, debido a que fueron técnicos mexicanos los que hicieron posible la transmisión de sus programas.
“A otros correspondería crear esa nueva programación: escuela, mujeres, trabajo en el campo, difusión musical y literarias. Esas nuevas voces transmitidas por las ondas hertzianas sirvieron bien a su propósito: responder a las nuevas necesidades que la Revolución acarreó al abrir la educación para el pueblo”.
El también ganador al Premio Internacional de Investigación en Ciencias Sociales de la revista Argumentos en 2013, inició su ensayo sobre Radio Educación preguntándose que podía contestar respecto a la contribución de esta emisora cultural para la comunidad mexicana. De esta forma, decidió ligar la investigación con sus estudios sobre los libros que la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha editado desde su creación en 1921.
“Ahí encontré a personajes como Troka, el poderoso que explica la radio a la niñez, y libros de la década de 1930 que también ilustran las ondas hertzianas para materializar la idea de lo que la tecnología más moderna podía ofrecerle a los niños. Para mí fue divertido releer esas obras educativas infantiles ahora para buscar el tema de la radio”.
Además, el profesor se empeñó en leer los informes oficiales de la SEP respecto a la radio. En esos documentos comenzó a investigar los nombres de quienes armaron la emisora, los presupuestos que en esos años se implementaron y demás aspectos donde la figura de José Vasconcelos hacía su aparición
“Los informes permitieron situar el nombre del equipo que fue a comprarse en los Estados Unidos. Con ese dato, y aprovechando las posibilidades que hoy nos brinda internet, pude localizar fotografías de un modelo como el montado en Radio Educación en sus primeros años: para mí fue abrir una ventana al pasado de la radio en México”.
Por último, De Santiago considera a Radio Educación como un modelo de radiodifusora pública basado en un espacio que ha logrado ampliar mediante su programación la definición de lo “público”. Subraya que es pública no solamente porque depende del gobierno, sino que efectivamente puede reflejar voces, temas y preocupaciones de la sociedad.
”En referencia al periodismo, sus programas noticiosos continúan siendo escuela para muchos estudiantes que van a hacer en la emisora su servicio social. También reflejan sus noticias una vocación social que se extraña en muchos medios comerciales”, concluye.
PRESENTE
Actualmente Radio Educación se encuentra bajo la dirección del maestro, narrador y ensayista Antonio Tenorio, quien ocupa este puesto desde el año 2009 después de la renuncia de Virginia Bello.
Bajo la administración de Tenorio también se han registrado logros interesantes para el legado de la emisora, así como la firma de algunos convenios.
Por ejemplo, en el mes de junio de 2014, la Fonoteca Nacional de Radio Educación fue condecorada por la Unesco con el reconocimiento Memoria del Mundo por su trabajo en las grabaciones del Encuentro Nacional de Jaraneros y Decimistas de Tlacotalpan, Veracruz. De acuerdo con el CONACULTA, la Fonoteca de Radio Educación cuenta con más de 140 mil materiales fonográficos y más de 80 mil programas radiofónicos.
En ese mismo mes, Radio Educación también ganó la categoría Best Children / Young Adult en el Festival Internacional de Radio 2014 celebrado en Nueva York, por el programa infantil Tenemos Tarea.
Así mismo, también se ha establecido una estrategia para llegar a las audiencias jóvenes mediante el uso de las redes sociales como Facebook y Twitter. Se busca llegar a la disponibilidad de esta población mediante el campo cibernético, ya que en los últimos años, la importancia de internet como herramienta masiva ha crecido considerablemente.
El saber recuperarse a tantos cambios y la posición fiel al servicio social ha mantenido en funcionamiento a Radio Educación. La emisora ha entendido que las herramientas tecnológicas son imprescindibles para el trabajo radiofónico del Siglo XXI y que el aislar la influencia de la línea política respecto a los intereses de la difusora recae en su credibilidad como medio de comunicación
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