
Foto: Jorge Téllez
La historia de las impresoras 3D se remonta al año de 1983, cuando el estadounidense Charles W. Hull inventó la primera impresora tridimensional con el objetivo de producir objetos de plástico y probar prototipos. En 1986 Hull fundó la empresa 3D Systems, sentando así las bases de una tecnología que no deja de desarrollarse y propiciar la innovación.
La impresión en tercera dimensión consiste en la generación de objetos tridimensionales físicos a partir de modelos virtuales realizados en programas de diseño asistido por computadora (CAD, por sus siglas en inglés). Ya sea que se haya diseñado una taza o cualquier otro objeto de uso cotidiano, la impresora 3D será el dispositivo que nos permitirá materializarlo sin mayores esfuerzos, incluso desde la comodidad de nuestro hogar, ya que gracias a los avances en el campo, se ha reducido considerablemente el costo de este tipo de impresoras.
Los materiales que actualmente pueden utilizarse para imprimir son variados y determinan el costo de la impresora. Las más accesibles comúnmente funcionan con termoplásticos como el PLA (ácido poliláctico) o ABS (Acrilonitrilo Butadien Estireno), pero también hay impresoras que trabajan con metal, fotopolímeros o resina líquida.
Lo que hacen la mayoría de las impresoras 3D comerciales es fundir o ablandar el material para imprimir capa tras capa hasta conseguir el objeto completo. Otros métodos consisten en depositan materiales líquidos que son curados con diferentes tecnologías. En el caso de manufactura de objetos laminados, delgadas capas son cortadas para ser moldeadas y unidas juntas.
Por su versatilidad, esta tecnología resulta útil en campos como el de la joyería, el calzado, el diseño industrial, la arquitectura, la ingeniería y construcción, la automoción, el sector aeroespacial, la educación, los sistemas de información geográfica, la ingeniería civil y las industrias médicas, entre muchos otros. De hecho, es precisamente el área de la medicina, una de las más avanzadas en cuanto al uso de las impresoras 3D.
DEL PASATIEMPO AL EMPRENDIMIENTO
En 2013, los hermanos Gilberto, David e Isaac Parrilla, de Torreón, Coahuila, supieron de la existencia de las impresoras 3D. Maravillados por la gran cantidad de cosas que se podían realizar con ellas decidieron adquirir una, pues resultaba útil para los trabajos escolares de David e Isaac, entonces estudiantes de las carreras de Animación y Arte Digital e Ingeniería Mecatrónica, respectivamente, en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey campus Laguna. Gilberto, quien es médico general por la Universidad Autónoma de Coahula, por su parte la veía como un artefacto novedoso con el que se podían generar un sinfín de objetos a manera de pasatiempo.
Así, los jóvenes se adentraron al mundo de la impresión 3D y dieron rienda suelta a su imaginación. Al principio producían piezas relacionadas la ingeniería u objetos de entretenimiento, como por ejemplo llaveros, una figura de Mario Bros o un pequeño molino. Poco tiempo después, el ambiente médico en el que se desenvolvía Gilberto, le fue sugiriendo la idea de aplicar las ventajas de la impresión 3D en beneficio de la salud.
“Todo empezó como un hobbie, pero fue gracias a la inquietud de los doctores que me decían: ‘¿oye, se puede sacar esta parte?’ que se comenzó a desarrollar más la idea”, explica Gilberto Parrilla.
Los tres hermanos -y más tarde el ingeniero biomédico José Alberto López Chávez- conjuntaron entonces sus conocimientos y habilidades para fundar M3D Innovación Médica, empresa emergente que tiene como misión hacer de la impresión 3D una herramienta vital para mejorar la salud y calidad de vida de las personas.
“Lo que buscamos es hacer las cirugías más seguras y más eficientes a través de la impresión 3D”, indica Gilberto.
Lo que hace la empresa es imprimir modelos de partes específicas de la anatomía de los pacientes a partir de sus tomografías, resonancias o ultrasonidos. Así, los doctores pueden diagnosticar de una manera más precisa a cómo lo harían por ejemplo observando únicamente una radiografía, o bien planear o 'ensayar' una cirugía, lo que eleva las probabilidades de éxito de la misma.
“Si como médico tienes un caso y lo ves desde antes puedes estudiarlo, si observas las cosas en dos dimensiones pues va a haber cosas que no ves, pero si le agregas esa tercera dimensión puedes tocarlo, verlo, medirlo, hasta practicar la cirugía antes de hacerla, entonces la seguridad se incrementa al saber que te enfrentas a un escenario que ya conoces, puedes prever ciertos inconvenientes que pueden surgir, en vez de enfrentarlo ya en el quirófano, es un ensayo que te quita el estrés y en general hace el proceso más eficiente”, explica Gilberto.
Agrega que esta posibilidad, además, brinda mayor confianza al paciente, pues sabe que su médico conoce a detalle su caso. Otro beneficio es la reducción del tiempo de recuperación del paciente.
La respuesta por parte de la comunidad médica lagunera ha sido variada, “hay doctores que son muy innovadores y siempre están buscando mejorar sus procesos y hay otros doctores que ya tienen una forma de hacer las cosas y siempre representa un reto hacer algún cambio”.
Desde su fundación, hace alrededor de un año y medio, M3D Innovación Médica ha impreso alrededor de 70 modelos y están orgullosos de decir que todos los casos en los que se han involucrado han resultado exitosos.
“Uno de los primeros casos que tuvimos fue de un niño de ocho años con síndrome de Treacher Collins, su oído y su mandíbula no se formaron adecuadamente, ahí se formó un equipo multidisciplinario de cirugía maxilofacial, neurología y otorrinolaringología, lo que hicieron fue en vez de hacer tres cirugías independientes, planear y ensayar una sola cirugía para resolver los tres problemas que él tenía, corregir su mandíbula, corregir su audición, le pusieron un implante coclear, y además corregirle unas cosas estéticas, ahora el niño puede escuchar, puede comer y sólo fue una intervención”, cuenta Parrilla.
Una de las áreas que más a la que más ha contribuido M3D Innovación Médica es la especialidad de otorrinolaringología, pero también han trabajado en cirugía maxilofacial, neuroloía, cardiología, traumatología y ortopedia. Sus modelos han ayudado en casos no sólo de La Laguna, sino también de otros estados como Veracruz, e incluso fuera del país en Estados Unidos y Canadá.
ESQUEMA DE NEGOCIOS
El costo de las piezas que produce M3D Innovación Médica es equiparable al de una tomografía, y actualmente son los pacientes quienes corren con el costo de impresión, a ellos la empresa llega a través de los doctores. Para esta startup es fundamental la comunicación con los médicos, pues si ellos ven que esta tecnología realmente puede contribuir a mejorar su desempeño en algún caso específico le sugerirán al paciente la conveniencia de mandar imprimir un modelo tridimencional basado en sus tomografías, resonancias o ulturasonidos, es decir, reproducciones de partes de su propia anatomía en tamaño exacto y los detalles concretos de su caso.
“Algo que nos ayudaría mucho es que más doctores se animaran a probarlo, que vean cuáles son los beneficios de primera mano, si por ejemplo tienen algún caso que se les complique qué mejor que darse la oportunidad de analizarlo desde otra perspectiva que está disponible al menos en La Laguna”, comenta José Alberto López Chávez.
Aunque en Europa y en Estados Unidos, el empleo de la impresión 3D en el área de la medicina está más extendida, los jóvenes aseguran que por el momento la suya es la única empresa en el país que se dedica al desarrollo de este tipo de alternativas de la manera concreta en que ellos lo hacen.
“Es algo que no existe en México tal cual, hay algunas empresas en la Ciudad de México que hacen algo parecido pero no tienen la misma calidad, o no le prestan tal vez el mismo detalle que nosotros le prestamos a nuestros modelos”, señala López Chávez.
En el mediano plazo, los jóvenes empresarios esperan poder consolidarse en La Laguna y posteriormente abarcar ciudades cercanas hasta tener presencia en todo el país. A largo plazo desean que esta tecnología esté disponible en los hospitales públicos e incluso que sea parte de los servicios que ofrecen las aseguradoras.
M3D Innovación médica produce también modelos didácticos para futuros médicos. Recientemente ha introducido un nuevo producto con un significado más bien emotivo y dirigido especialmente a las futuras mamás, la impresión tridimensional de ultrasonidos. Meet me mommy es el nombre de este producto mediante el que quienes esperan la llegada de un nuevo miembro a la familia pueden conocerlo anticipadamente.
Para producir sus piezas, la empresa utiliza principalmente un plástico que se llama ácido poliláctico (PLA) un material biodregadable que también reciclan, así como otros tipos de termoplásticos de textura más suave, pero también están investigando constantemente otro tipo de materiales para
M3D Innovación Médica se ha ido desarrollando gracias al programa de incubadora de empresas del Tec de Monterrey, institución que alberga a la empresa y que les ha brindado capacitación en materia de negocios para que puedan consolidarse.
La empresa conformada por Gilberto, Isaac y David Parrilla, y José Alberto López Chávez, quienes se dicen muy satisfechos por la labor que están realizando con su empresa.
“En general, nosotros tenemos un objetivo en común, que es ayudar, así nos criaron, entonces queríamos un negocio que pudiera ayudar a las personas y que a la vez fuera rentable, no precisamente lo íbamos a enfocar en esto pero resultó que se podía aplicar en la medicina y ahí fue donde nos decidimos, nos gusta porque se relaciona con lo que estudiamos y aparte es algo que sirve”, concluye David Parrilla.
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