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Discurso de Ex Alumno de la UAL

Es para mí un gran honor y un privilegio poder estar frente a cada uno de ustedes. Sé que este día es muy especial, no sólo para los graduados, si no también para sus familias que los acompañaron en esta aventura que hoy culmina. Agradezco a las autoridades de mi Alma Mater la invitación, es grato estar nuevamente en la que fue mi casa por 4 años.

Hoy se me ha invitado para darles un mensaje motivacional a los graduados, sin embargo, si me lo permiten, me gustaría hablarles un poco de mi experiencia personal, que a través de la educación tuvieron un impacto en mi vida y en la de muchas otras personas.

Soy un convencido y puedo dar testimonio de que la educación puede marcar las vidas de aquellos que toman el reto de prepararse, sin importar las adversidades que se pudieron atravesar en el camino.

Desde niño, soñé con ir a la universidad, aún no entiendo porque a mi corta edad tenía esos pensamientos, lo único que recuerdo es haber visto a mi abuelo leer un libro y a mi padre, que se dedicaba a sembrar la tierra, decirme que quería que yo fuera licenciado.

Vengo de una región del estado de Durango donde en mi escuela primaria sólo había un salón y un solo maestro para los seis grados. Aún recuerdo con cariño a mis 3 únicos compañeros de grado que desde primero hasta sexto de primaria compartimos una enseñanza escasa.

Mis posibilidades de aspirar a un nivel de secundaria eran limitadas, ya que había que salir de mi pueblo e ir a la ciudad en busca del siguiente nivel, con muchas dificultades y sacrificios de mis padres. Dejé el nido del hogar a los 10 años, y aún en mi corta edad, tenía claro que lo que quería era seguir estudiando. Recuerdo mi primer día de clases en la secundaria, mi materia de las 7:15 de la mañana, cuando entré al salón y lo primero que vi en el pizarrón fue la palabra CONTABILIDAD. No tenía ni la menor idea de que significaba esa palabra. En esos momentos, me dí cuenta de que las cosas no iban a ser sencillas para mí, pero había un deseo por aprender y por conocer mi nuevo mundo a través de la enseñanza.

Los años que le sucedieron no fueron nada fáciles, extrañaba a mi casa, a mis padres, a mis hermanos, pero siempre lo que me daba ánimo para seguir adelante, era continuar avanzando hacia la tan anhelada meta: LA UNIVERSIDAD.

Hasta que llegó ese día, y fue aquí en este mismo lugar, hace 18 años, donde empecé, como todos ustedes, el gran reto de cursar mis estudios universitarios.

Sé que mi experiencia vivida durante cuatro años en esta casa de estudios se quedarán para siempre conmigo, como se quedarán para siempre con cada uno de ustedes. NUNCA olvidaré mi matrícula: A7713, como olvidar cuando me suspendían las materias por el tan temido NPP (No presentó por falta de pago), las sopas Maruchan que vendían en la cafetería y podía saciar el hambre de un “estudiahambre” del turno nocturno. Aún recuerdo las materias llenas de enseñanza del profesor CASTRO, la generosidad del entonces rector DON PEDRO RIVAS, el apoyo siempre incondicional de la LIC. TERE DÍAZ.

Fueron cuatro años donde pude madurar y prepararme para salir al mundo real, un mundo lleno de oportunidades, pero también de grandes desafíos. Estoy seguro de que cada día, cada hora de estudios en estas aulas, formaban parte de mi destino para un futuro incierto que estaba esperándome afuera. Un día como hoy, por fin había llegado el día tan esperado, no sólo por mí, sino también por mis padres. Un día como hoy los esfuerzos y el sacrificio eran cosa del pasado, aquí estaba como hoy están todos ustedes, demostrándome a mí y a mucha gente que con esfuerzo y perseverancia los sueños se hacen realidad.

También, un día como hoy, había muchas dudas sobre mi futuro allá afuera. Un día como hoy, por primera vez anhelaba que no se terminaran las clases, ya que sabía que nunca más volverían esos cuatro años maravillosos. Un día como mañana, desperté sabiendo que tenía en mis manos una llave, una que abre muchas puertas, una llave llamada “educación”. Entonces, entendí que era el momento de usarla e intentar abrir con ella cualquier oportunidad que tuviera frente a mí.

La educación me dio la oportunidad de cambiar mi destino. Pude haberme quedado en mi pueblo y seguir sembrando la tierra, pude haber claudicado ante la ausencia de una familia por mi corta edad, pude haberme detenido ante los “no se puede” que escuché un sin número de veces. Con mucho orgullo, les puedo decir, que gracias a mi formación educativa, hoy soy un honesto empresario en mi país y también en los Estados Unidos de América. Soy un generador de cambio empleando a cientos de familias, y aún no he terminado de estudiar. Sigo convencido de que nunca dejaré de aprender. Hoy, la educación sigue siendo una prioridad , me sigo preparando: estudio una maestría en la Universidad de Miami, en la ciudad de Miami, Florida.

Hoy, sólo se termina un reto, uno de muchos que vendrán mañana, es por eso que me atrevo a decirles que hoy, veo en muchos de ustedes a jóvenes que harán la diferencia en nuestra comunidad, marcarán la pauta en nuestro Estado, en nuestro país. Hoy veo en ustedes a los próximos políticos honestos que tanto necesita nuestro país, hoy veo la fuerza laboral y emprendedora que harán de nuestra región un mejor lugar para vivir. Hoy tengo frente a mí a jóvenes esforzados y valientes que tomarán el reto de servir a su comunidad y poner en alto el nombre de la Universidad Autónoma de La Laguna. Muchas felicidades, promoción 2016.

* Noe Montes Escamilla, Licenciado en Mercados internacionales, discurso pronunciado en la Ceremonia de Graduación 2016.

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