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Biomoléculas en favor de la agricultura

En busca de nuevas biomateriales para la mejora de los cultivos

Foto: Archivo Siglo Nuevo

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REDACCIÓN S. N.

En el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Mérida, se desarrollan proyectos con esteroides, carbohidratos y aminoácidos, a fin de crear nuevas biomoléculas que funcionen como biomateriales para mejorar cultivos.

Con el objetivo de generar nuevas biomoléculas que puedan funcionar como agentes terapéuticos y como biomateriales, María Antonieta Fernández Herrera, investigadora del Departamento de Física Aplicada de la unidad Mérida del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), lidera diversos proyectos enfocados en la combinación de efectos de conjugados y glicoconjugados con esteroides, carbohidratos y aminoácidos.

A finales de los setenta se descubrieron diversos esteroides con mayor potencial de crecimiento vegetal, en comparación con las giberelinas, oxinas y ácido abscísico, según refirió la líder de las investigaciones María Antonieta Fernández Herrera, especialista del Departamento de Física Aplicada del Cinvestav Unidad Mérida del Instituto Politécnico Nacional (IPN), destacando que tratan de hacer análogos de dichos compuestos, con actividad similar o de mayor impacto a un bajo costo.

Fernández dijo que sintetizaron compuestos de crecimiento vegetal potentes, los cuales son probados en el Jardín Botánico Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y añadió que en colaboración con la directora dicho jardín, Maricela Rodríguez Acosta, se realizan dichos experimentos a nivel laboratorio e invernadero en maíz, frijol, arroz, calabaza y jitomate.

Además, en coordinación con productores del estado de Campeche, obtuvieron resultados favorables en las evaluaciones de las condiciones de campo en cultivos de papaya Maradol.

La especialista en productos naturales y de síntesis orgánica destacó que en sus modelos utiliza como materias primas las sapogeninas esteroidales, para ello, realizó un método benéfico para obtener los compuestos adecuados de las cadenas laterales.

Los especialistas simplificaron las moléculas de interés de cadenas análogas con un esteroide activo de origen natural, el cual ha sido usado en estudios de cáncer.

Entre sus investigaciones, los científicos observaron que los esteroides son hidrofóbicos, pero al mezclarse con carbohidratos y aminoácidos se les concede una parte hidrofílica, y en pruebas con cáncer, ayudó a los compuestos a permear membranas.

La académica mencionó que luego de realizar la síntesis química, así como el diseño de moléculas, y después obtener las familias de varios compuestos, colabora con otros grupos de investigación para desarrollar las pruebas biológicas.

DE LOS ESTEROIDES A LOS CARBOHIDRATOS

Fernández Herrera se formó en química orgánica con especialidad en el área de productos naturales y de síntesis orgánica en la BUAP, tras lo que realizó una estancia posdoctoral en Simon Fraser University con el investigador Mario Pinto, en el área de carbohidratos, glicoquímica y glicobiología.

Después de haber trabajado con esteroidales, la investigadora se interesó en el trabajo de carbohidratos, los cuales tienen un alto grado de complicación debido a que son moléculas con muchos grupos de hidroxilos que deben protegerse, desprotegerse y acoplar selectivamente.

Posteriormente, la investigadora se especializó en conjugados. “Hemos observado que ciertos grupos de productos naturales son activos por sí mismos, por lo que en conjunto suelen ser más activos, y de ahí empezó la idea de hacer conjugados de esteroides, carbohidratos y aminoácidos para potenciar la actividad de estas moléculas”, apuntó.

En diversos artículos publicados en el laboratorio, se ha encontrado que en la mayoría de los casos al transformar los grupos funcionales se obtiene como resultado una mejor actividad. Entre sus ventajas, se ha observado que los esteroides son hidrofóbicos, pero al conjugarse con carbohidratos y aminoácidos se les confiere una parte hidrofílica, y en pruebas realizadas en cáncer, esto ayudó a los compuestos a permear membranas.

“Observamos qué grupos funcionales nos dan una buena actividad en comparación con otros y los conjugamos para ver si en conjunto trabajan mejor o tienen una actividad sinérgica. No todo sale como quisiéramos, hay moléculas que definitivamente no tienen buena actividad, así que buscamos las que sí la tienen, y todo esto lleva tiempo”, apuntó.

AMOR POR LA CIENCIA

María Antonieta estudió la licenciatura en química en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, así como la maestría y el doctorado en ciencias químicas. Realizó una estancia doctoral y posdoctoral en la Simon Fraser University, en Canadá, con el doctor Brian Mario Pinto.

“Realizar la estancia doctoral y posdoctoral en otro país me dejó un buen sabor de boca porque me di cuenta que salimos bien preparados de aquí. Tuve muy buena formación en Puebla, nunca tuve problemas para relacionarme y trabajar con colegas de distintas partes del mundo; trabajábamos a la par y no necesité aprender gran cosa pues sabíamos más o menos lo mismo”, recuerda María Antonieta.

Actualmente labora en el departamento de Física Aplicada del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Mérida, buscando moléculas que tengan alguna actividad, que resuelvan algún problema, comentó.

A pesar de que en ese campo científico predominan los hombres, las mujeres van ganando más espacios. Por ello hace un llamado a las jóvenes a incursionar en estas carreras que las pueden llenar de satisfacciones, además de aportar algo a la sociedad. Reconoce que hay mitos sobre la vida de los investigadores, como el de que siempre están estudiando: “Hay tiempo para todo -señala- de hacer ejercicio, divertirse, convivir con la familia y los amigos, y realizarse personalmente. Tengo un bebé de meses que se llama Guillermo”.

Es admiradora de Marie Curie y señala que para dedicarse a la ciencia hay que organizarse, ser activa y buscar retroalimentación con otros colegas. Son muchos los éxitos académicos alcanzados por esta investigadora; no obstante, dice que todavía le falta mucho por recorrer.

El año pasado recibió la Beca para Mujeres en la Ciencia L’Oréal- UNESCO-CONACyT-AMC 2015 gracias a su proyecto que consiste en combinar productos naturales para hacer moléculas más complejas que sean más activas y tratar de imitar lo que sucede en la naturaleza.

Desde 1998, el programa For Women in Science L’Oréal-UNESCO apoya a las mujeres científicas con premios internacionales y becas de investigación L’Oréal México. La Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO, la Oficina de la UNESCO en México, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la Academia Mexicana de Ciencias se sumaron a este esfuerzo y desde 2007 han otorgado 44 becas a jóvenes investigadoras mexicanas.

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