
Edgar Negret es considerado como el más destacado representante de la moderna escultura colombiana, al lograr trascender con sus composiciones abstractas las fronteras de su país. (ARCHIVO)
Dicen que los homenajes deben hacerse en vida y en vida se le alcanzó a rendir el último tributo al escultor colombiano Edgar Negret Dueñas, quien murió hace cuatro años, unas horas después de que le fuera entregada la Gran Orden Ministerio de Cultura de Colombia.
Era la noche del 11 de octubre de 2012, cuando Negret perdió la batalla contra el cáncer. El mismo día en que había cumplido 92 años de vida y la Alcaldía Municipal y la dirección de la Casa Museo Negret & MIAMP, le habían rendido un emotivo tributo, por su trayectoria y los 25 años de su Casa Museo en Popayán.
De acuerdo con datos del propio Museo Negret, el reconocido escultor nació el 11 de octubre de 1920, en Popayán; fue el décimo hijo del general e historiador Rafael Negret Vivas y de María Dueñas Rodríguez, mujer de profunda religiosidad y aficionada a la pintura.
En 1938 ingresó a la Escuela de Bellas Artes en Cali, donde comenzó a especializarse en escultura.
Negret Dueñas realizó su primera exposición individual en 1943, en el Palacio de Bellas Artes, de Cali, un año antes de concluir sus estudios universitarios.
En 1944 conoció al ceramista y escultor español Jorge Oteiza (1908-2003), personaje que aporta a la carrera de Negret nuevas ideas estéticas y conocimientos a través de libros y reproducciones, sobre la obra de grandes escultores contemporáneos.
Al comienzo de su carrera, Negret transitó por una etapa “semifigurativa”, por lo que en 1949 decidió perfeccionar sus estudios en la Clay Club Sculpture Center de Nueva York, donde adquirió la técnica de ensamblaje de metales, según detalla el portal Biografías y Vidas.
Cuentan que fue en los primeros años de la década de 1950 que el escultor empezó a realizar piezas abstractas como su serie Aparatos mágicos, construcciones realizadas con piezas metálicas, ocasionalmente móviles, en las que se evocaba la moderna y compleja tecnología industrial.
Luego de 15 años de ausencia, Negret regresó a Colombia en 1963, para participar en el XV Salón de Aristas Colombianos y ganó el Primer premio en escultura con la pieza Vigilante celeste.
Ese mismo año, el artista dirigió el nuevo Departamento de Escultura de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de los Andes.
Por otro lado, influido por el paisaje colombiano, comenzó a producir esculturas cada vez más complejas y exuberantes, se dedicó a pintar cada escultura con un sólo color plano, por lo general rojo, a veces blanco o negro.
El portal Banco de la República, actividad cultural, menciona que fue a partir de los primeros años de la década de los 60, las esculturas de Negret encontraron un elemento nuevo, como el espacio interior que surge de la lámina de aluminio doblada y enfrentada a otra similar.
Se presentó en España, en 1981, una importante muestra antológica de sus obras, primero en la Sala de la Caja Provincial de Ahorros de Álava, Vitoria, y luego en la Fundación Joan Miró en Barcelona.
Ese mismo año, mediante un acuerdo del Consejo Municipal de Popayán, se ordenó “la creación y establecimiento de la Casa Museo Negret, en la cual deberá reposar la obra artística que para dicho fin donará a la ciudad el Maestro Edgar Negret”.
A lo largo de toda su carrera artística, Edgar Negret participó en exposiciones en distintas partes del mundo como la Exposición Internacional de Pittsburgh, la XXX Bienal de Venecia de 1960 y las bienales de São Paulo de los años 1957 y 1965, L’Art Vivant, 1965-1968, en el Stedelijk Museum de Amsterdam, en la Galerie Buchholz de Munich, entre otros sitios.
Entre sus obras cabe destacar La cabeza del poeta Valencia, Templo, Negret y navegante núm. 2, Dinamismo, Vigilantes, Tótem y Metamorfosis.
En la última etapa de su carrera, el escultor introdujo en su obra colores estridentes inspirados en motivos incaicos, como en la serie Muros del Cuzco.
Edgar Negret es considerado como el más destacado representante de la moderna escultura colombiana, al lograr trascender con sus composiciones abstractas las fronteras de su país.
Durante toda su trayectoria, asimiló las tendencias de la plástica del siglo XX para crear una obra de singular originalidad y fuerza expresiva.
El aclamado escultor recibió reconocimientos en diversas partes del mundo, por ejemplo: la Medalla de Plata, el de la VIII Bienal de Sao Paulo, Brasil, el Gran Premio XIX Salón Nacional de Artistas, de la Biblioteca Nacional de Bogotá, el Gran Premio de Escultura David Bright, el de la XXXIV Bienal de Venecia, Italia, la Medalla de la Ciudad de Akita, otorgada por el Alcalde Sr. Keiji Takada, entre otros.