El canciller José Antonio Meade hizo suya ayer la descalificación del relator de las Naciones Unidas contra la Tortura, Juan Méndez, y confirmó que el gobierno mexicano dejará de colaborar con el funcionario.
Validó así la postura del subsecretario Juan Manuel Gómez Robledo, vertida en una reunión privada con senadores el martes pasado.
Ahí, Robledo se quejó, según versiones, de que el relator no fue "profesional ni ético" y de que, a pesar de los esfuerzos del Gobierno por presentarle un panorama distinto del país, mantuvo su posición.
Dada la experiencia con México, auguró Gómez, otros países dejarían de invitarlo a hacer visitas in situ.
En su informe sobre una visita que realizó a México en 2014, presentado el pasado 8 de marzo, Méndez sostuvo que la tortura es una práctica generalizada en el país.
¿Se sostiene la versión que el subsecretario Gómez expresó en el Senado de que el relator de Tortura actuó de manera poco profesional y que no trabajarán con él por algún tiempo?, se le preguntó a Meade en rueda de prensa.
"De lo que trascendió de los comentarios de Gómez Robledo que se hicieran en el Senado, suscribo en todos y cada uno de sus términos lo dicho por el subsecretario", respondió el canciller.
"Yo insisto en que este término es muy grave. Desde la alternancia política del 2000 no hay política de Estado de violación a los derechos humanos", dijo Gómez Robledo en su participación en un encuentro con legisladoras del conservador Partido Acción Nacional (PAN).