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Libertad sexual y reproductiva

Los derechos más humanos

Libertad sexual y reproductiva

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Genaro Cervantes

Los últimos años han sido clave para el desarrollo y respeto a la expresión de la sexualidad en muchos sentidos; aspectos de la sexualidad como el placer, la libertad en la orientación y el uso de métodos anticonceptivos para la prevención de enfermedades y de embarazos no deseados, más allá del discurso, se instalan en el universo jurídico de las libertades y derechos.

Se denominan “derechos sexuales” a una serie de garantías constituidas en base a ciertos derechos humanos que se relacionan directamente con las actividades del sexo, entre los que se pueden mencionar el derecho a la libertad (escoger con quién, cuándo y cómo), a la igualdad (en materia de orientación) y a la integridad de todas las personas, entre otros.

Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha suscrito ninguna declaración sobre derechos sexuales, reconoce que estos abarcan una serie de derechos humanos reconocidos por leyes internacionales, declaraciones y otros acuerdos que son “parte integral e indivisible de los derechos humanos universales”.

Durante la Declaración de Valencia de los Derechos Sexuales, surgida en 1997 y avalada en 1999 por la Asamblea de la Asociación Mundial de Sexología (WAS, por sus siglas en inglés) en el XIV Congreso Mundial de Sexología en Hong Kong, se estableció que los derechos sexuales son derechos humanos fundamentales y universales.

Alrededor del mundo hay distintos organismos e instituciones, tanto gubernamentales como no gubernamentales, que defienden y promueven los derechos ligados a la sexualidad, aunque su fin es el mismo, el número de artículos por los que se pronuncian puede variar entre ellos.

La lista más amplia es la Declaración de los Derechos Sexuales de la Asociación Mundial de Sexología, la cual los busca no sólo proteger la integridad de las personas en materia sexual, sino garantizar el cumplimiento de los mismos:

1. El Derecho a la Libertad Sexual.

2. El Derecho a la Autonomía Sexual, Integridad Sexual y Seguridad del Cuerpo Sexual.

3. El Derecho a la Privacidad Sexual.

4. El Derecho a la Equidad Sexual.

5. El Derecho al Placer Sexual.

6. El Derecho a la Expresión Sexual Emocional.

7. El Derecho a la Libre Asociación Sexual.

8. El Derecho a Tomar Decisiones Reproductivas, Libres y Responsables.

9. El Derecho a Información Basada en el Conocimiento Científico.

10. El Derecho a la Educación Sexual Comprensiva.

11. El Derecho a la Atención Clínica de la Salud Sexual.

Los derechos sexuales y reproductivos son considerados los más humanos de todos los derechos porque implican la posibilidad de que hombres y mujeres tomen decisiones autónomas sobre su cuerpo y vida en el campo de la sexualidad, ya que si toman decisiones relacionadas a la vida en sociedad, como elegir a sus gobernantes o votar leyes que les conciernen, por qué no habrían de poder tomar otro tipo de decisiones, sobre todo si atañe a cuestiones personales e importantes.

ANTECEDENTES

La historia de los derechos sexuales y reproductivos es muy reciente si la comparamos con la de los derechos humanos, debido a que estos comprenden un “ámbito muy amplio de garantías”, señala David Omar Sifuentes Bocardo, segundo visitador de la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Coahuila (CDHEC) Región Laguna, por lo que la sexualidad, jamás había sido considerada, hasta ahora.

Los primeros que comenzaron a tomarse en cuenta fueron los derechos reproductivos. En la Conferencia de Teherán (1968) se estableció que los padres tenían el derecho propio a determinar libre y responsablemente, el número de hijos que quisieran tener, aparte de la información necesaria para ello. Lo que iniciaría una visión hacia la sexualidad humana, enfocada inicialmente en la planificación familiar.

Más tarde, en 1981 se forma la base legal, considerada la más importante para los derechos reproductivos, porque específicamente, habla de la planificación familiar. En los artículos establece la igualdad y el derecho a la salud reproductiva garantizada por el Estado.

Luego seguirían los derechos sexuales, que reconocían al ser humano como ser sexual desde su nacimiento, y cuyas correspondientes manifestaciones sexuales estaban compuestas por sentimientos, actitudes, identidades, autoconcepción del cuerpo, valores y relaciones.

En 1994 se establece un programa de acción, enfocado especialmente a la juventud, para reunir esfuerzos internacionales orientados a que los jóvenes tuvieran la educación y el servicio de salud de forma que vieran su sexualidad de forma responsable y positiva.

LA SEXUALIDAD EN EL MUNDO

Con datos de Amnistía Internacional, en 2012 había en el mundo mil 800 millones de jóvenes entre 10 y 24 años (la generación más numerosa de la historia), y entre las principales causas de mortandad de bloque poblacional están la violencia de género, el Sida y complicaciones durante el embarazo y parto.

En África aún no existe el conocimiento suficiente sobre planificación familiar; mundialmente casi tres mil jóvenes contraen Sida cada día; Reino Unido ocupa uno de los puestos más altos en cuestión al aborto de Europa y en países de menor desarrollo, 30 por ciento de las jóvenes entre 15 y19 años están casadas, y se estima que al menos 150 millones de niñas menores de 18 años han sufrido violencia sexual. Es en este contexto que la defensión de los derecho sexuales cobra una mayor relevancia.

LOS DERECHOS SEXUALES EN MÉXICO

En promedio, la vida sexual de los jóvenes mexicanos inicia entre los 15 y los 19 años de edad. El 97 por ciento de esos jóvenes conoce un método anticonceptivo; sin embargo, más de la mitad no lo utiliza en la primera vez.

De acuerdo con la Secretaría de Salud, 17.4 por ciento de los nacimientos totales son de mujeres menores de 20 años, de los cuales, entre el 60 y 80 por ciento corresponden a embarazos no planeados.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012, en México, las ETS se ubican entre las diez primeras causas de morbilidad general en el grupo de 15 a 44 años de edad.

Además de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, así como las comisiones estatales son algunos de los organismos que defienden los derechos sexuales.

También existe la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (DDESER), surgida en 2003, cuya misión es “Defender e impulsar el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos como parte del ejercicio de la ciudadanía”. Actualmente tiene presencia en 12 estados del país.

México es un país diverso y con grandes desafíos y desigualdades, por lo que resulta importante implementar programas universales para la educación de toda la población sobre sus derechos sexuales. Aparte de involucrar a la familia en este proceso, es necesario conjugar esfuerzos con instituciones de educación, salud y gobierno, para que los derechos no permanezcan desconocidos.

Una educación completa permitirá al ser humano desarrollarse en todos sus ámbitos, con énfasis hacia su sexualidad, de forma que sea capaz de tomar las decisiones correctas y las mediadas adecuadas sobre su persona.

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