
Su éxito comercial llegó con la generalización del interés por la higiene a finales del siglo XIX. (ARCHIVO)
Es probable que en alguna ocasión hayas decidido tomar una ducha y cuando esta concluye te percates de que no llevaste contigo una toalla con la cual secarte. Si has pasado por esta situación, seguramente comprenderás la necesidad de contar en esos momentos con la herramienta apropiada, algo equiparable a lo que impulsó la creación del producto en mención.
Según se tiene registro, es en el siglo II cuando los romanos empezaron a utilizar lo más similar a las toallas actuales.
No obstante, de acuerdo con el portal español Quo, los historiadores creen que sus orígenes se encuentran en pueblos europeos anteriores a la romanización, quienes ya utilizaban trozos de lienzo con los mismos fines y que eran llamados "tualia".
De lo que se tiene certeza es que su éxito comercial llegó con la generalización del interés por la higiene a finales del siglo XIX, de modo tal que los hoteles de Estados Unidos se vieron eventualmente obligados por el Departamento de Sanidad a cambiar diariamente las toallas que ofrecían a sus huéspedes.