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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

¿Cómo dijo que dice el refrán?

Juan Recaredo

Mandil de la casa, oscuridad de la calle. Oímos ese refrán y preguntamos: ¿qué no era candil de la calle y oscuridad de su casa? Pues sí, pero no, Al menos no para mi amiga Marichuy, que cuando platica es especialista en recurrir a los refranes, pero siempre los dice torcidos.

Tal vez usted conoce a alguien así, como la simpatiquísima de Marychuy, que en su conversación nos divierte enormemente con esos refranes cambiados. Yo les llamo "refranes borrachos", no porque mi amiga sea aficionada a la bebida, sino porque los proverbios al decir las cosas se van por el camino chueco y se caen de graciosos.

El otro día le oí a mi amiga: sale más caro el caldo si lleva albóndigas y me quedé pensando, pues el refrán estará muy borracho, pero en este caso le sobra razón. Claro que el caldo sale más caro si lleva albóndigas, que si es nomás la pura "agua chirle" con sabor a carne.

Otra joya de ese mismo tipo: más pronto cae un hablador si es cojo. Pues sí, este proverbio se cae no sólo por la ingesta de bebidas espirituosas, sino porque además tiene una pierna que no le funciona. Así cualquiera se cae. Imagínese: ¡Borracho y patuleco!

Inspirados en el deporte favorito de mi amiga, que es alcoholizar dichos refranes, nos pusimos a buscar otros y encontramos que hay muchos de ellos que ya tendrían que estar asistiendo a las reuniones de Alcohólicos Anónimos.

La unión hace la tercia, por ejemplo. Sí, la unión hace la tercia, el póquer y hasta la quintilla, siempre y cuando estén juntas en la misma mano del jugador, porque si no es así, ¿para que las quiero?

En el país de los ciegos el tuerto se hace güey, entendiendo como güey el calificativo que ya aparece en el diccionario de la lengua española como un mexicanismo que se refiere a una persona tonta. Ahora, pienso que es una crueldad si en aquel mítico país poblado sólo por invidentes, el único que tiene un ojo funcionando, en lugar de orientar a sus conciudadanos, se dedique a hacerse como que la virgen le habla.

Luego, me encontré algunos dipsómanos refranes adjudicables a diversos tipos de gente. El de los ególatras, los que se quieren demasiado y que alegan: sólo hay dos tipos de razonamientos: el equivocado y el mío, o el de los muy metalizados: la salud va y viene, lo importante es el dinero.

Los deportistas dirían: lo importante no es ganar sino hacer perder al otro, y los infieles: el amor es una cosa esplendorosa, hasta que te descubre tu esposa.

Estimado lector: lo invito pues a una parranda descubriendo o inventando más refranes borrachos. Será muy divertido.

Escríbale a Don Juan Recaredo: La dirección de su correo electrónico es comodijo2@hotmail.com

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Angelina Berlanga: En el rancho he oído que a la mazorca de maíz algunos le dicen jilote. ¿Es lo mismo el jilote que el olote?

RESPUESTA:

El jilote es la mazorca aún tierna cuando sus granos están todavía en formación. El olote es la parte central dura que queda de la mazorca, cuando ya ha sido desgranada.

Me retiro recordando una frase del poeta latino Horacio: La plata vale menos que el oro y el oro menos que la virtud. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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