
Explorando el punto R
La anatomía masculina ofrece una opción para quienes desean lograr nuevas sensaciones de placer en su vida sexual. El “punto R” es una vía poco conocida como placentera para el varón y aunque los pros de estimularlo son muchos, la decisión de explorarlo junto a la pareja depende de cada hombre.
Por Psicólogo Sexólogo Silvestre Faya
La búsqueda del placer sexual en la pareja es el elemento principal que afirma la intimidad. Cada pareja conoce y reconoce sus zonas erógenas, esas caricias que bien repartidas sobre el cuerpo despiertan e incrementan el deseo de la cópula sexual.
El inicio de la vida sexual entre hombres y mujeres va señalando qué y cuáles lugares de la anatomía masculina y femenina son primordiales para que se ceda y reciba el cuerpo en un abrazo apasionado.
Las caricias sensuales en el varón recorren el pecho, las piernas, el rostro, orejas, boca y principalmente el pene, dedicando mayor atención al glande o cabeza del pene, sin olvidar la bolsa escrotal.
La mujer que atiende estas zonas del cuerpo masculino garantiza un inmenso placer a su compañero sexual.
Existen caricias reservadas a quienes son audaces, una vía poco conocida como placentera en el varón, es el recto o punto R, dentro de este, se encuentra el canal idóneo para llegar a sentir 'táctilmente' la próstata y despertar una urgencia de placer eyaculatorio.
CONOCIENDO LA PRÓSTATA
La próstata es una de las glándulas sexuales del hombre y forma parte del aparato genitourinario junto con los testículos, escroto, pene, vesículas seminales y los conductos que sirven para nutrir, guardar y transportar el esperma.
En el adulto, la próstata se asemeja en forma y tamaño a una nuez localizada debajo de la vejiga urinaria.
La principal función de la próstata es producir fluido prostático durante la eyaculación. Este es el líquido blanco, lechoso, que emite el varón al eyacular. Su función es proteger a los espermatozoides de la acidez vaginal, manteniéndolos cubiertos de alcalinidad.
Durante el proceso eyaculatorio el varón experimenta sensaciones altamente placenteras que asocia al placer orgásmico. Este placer obtenido es el que provoca la sucesión de actos sexuales para su repetición.
ESTIMULANDO EL PLACER PROSTÁTICO
No todas las parejas están dispuestas a experimentar ciertas caricias sexuales, por ello se recomienda que exista una charla entre ambos participantes y decidan si existe restricción o rechazo a la exploración anal para alcanzar la próstata.
Muchos varones no quieren ser penetrados analmente por uno de los dedos de su pareja, pues consideran sucio y maloliente ese lugar de su cuerpo; otros en cambio, desean sentir y después opinar sobre esta caricia.
La preparación requiere que el varón relaje su ano, para ello, es necesario frotarlo suavemente, usando un lubricante a base de agua, provocando sensaciones agradables.
A continuación deberá introducir su dedo por el ano explorando su interior buscando tocar la próstata, que tendrá una consistencia firme y suave.
El varón estimulado debe informar a su pareja si las sensaciones que se obtengan son placenteras o desagradables. Quien estimule la próstata podrá hacer pequeños círculos o presionarla suavemente. El masaje prostático provocará una agradable sensación y posteriormente la eyaculación será en mayor volumen y con un placer incrementado.
Cada pareja podrá decidir si lo realiza o no y sobre todo si es algo que deseen incluir en su variedad de placeres eróticos.
TÉCNICA EXPLORATORIA DEL PLACER PROSTÁTICO.
1. El varón se acuesta boca arriba, separa ligeramente sus piernas, dobla las rodillas y apoya las plantas de los pies en la cama.
2. La mujer ofrece un masaje erótico sobre los testículos, entrepierna y pene, buscando proporcionar placer y asegurando al varón tranquilidad en el proceso de exploración. En este preámbulo a la penetración anal del varón, se recomienda el sexo oral de manera rítmica y suave.
3.- Se toca con suavidad la zona del perineo, que es el área que comprende el espacio que existe entre el escroto y el ano.
4.- Usando gel lubricante se aplica un poco alrededor del ano y con un dedo de la mano, puede ser el índice o el dedo medio, se realizan círculos sobre el ano para empezar a dilatarlo, venciendo la natural resistencia a la penetración.
5.- Se recomienda usar protectores de dedo o un guante de látex para evitar algún contagio, pues aunque el ano esté limpio, en su interior habitan microorganismos. Si no lo desean y están seguros de la salud sexual del varón, ya es decisión personal usar o no protección.
6.- Al introducir el dedo por el ano, se curvara hacia el abdomen para encontrar a la próstata que se apreciará del tamaño de una nuez o castaña de India. No debe sentir ninguna molestia y sí una sensación agradable.
7.- El masaje prostático generará un enorme placer a quien lo recibe y quien lo ofrece obtendrá placer al verificar las muestras de placer íntimo obtenidas por el compañero.
8.- El masaje puede variar de pequeñas presiones, dibujando círculos sobre la próstata y metiendo y sacando el dedo tocando la próstata.
9.-La eyaculación puede obtenerse con el masaje o proceder a la penetración anal o vaginal de la compañera. Al llegar a la eyaculación, esta será mucho más abundante y placentera que con la sola penetración pene-vagina.
10.- Se sugiere que al término de la primera sesión exploratoria prostática se deje descansar un momento al varón y posteriormente se comente el resultado de la exploración, para hacer las correcciones necesarias para futuros eventos sexuales.
PLACER BUSCADO, NO OBLIGADO
Todas las parejas tienen derecho a buscar nuevas fuentes de placer. La práctica de la exploración anal de la próstata por parte de la mujer es una de ellas.
Nadie está obligado a hacer lo que le desagrada, le lastima o le causa repulsión. Esta recomendación incluye al hombre y a la mujer.
Es importante acordar previamente hasta dónde quieren llegar en su indagatoria sexual.
La intimidad de la pareja puede verse fortalecida si el placer obtenido es para ambos. Cada pareja dará la última palabra: “sí” o “no”.