Descubre... Playa Troncones, Guerrero
A 20 minutos de Zihuatanejo, encontramos la gloria hecha a la medida de las parejas que no buscan el glamour ni las noches movidas de los antros. Una playa solitaria les da todo lo que necesitan: intimidad y una atmósfera rústica rodeada de selva y la imponente Sierra Madre.
Un camino de terracería de cinco kilómetros conduce a playa Troncones, habitada por pescadores y un mar revoltoso que baña una franja de arena dorada, amplia y larga.
En ella, se instalaron pequeños restaurantes y spas en palapas, además de hoteles boutique libres de ostentaciones, con un estilo que inspira a estar en calma, y sobre todo, al amor.
Uno de estos refugios es Casa en las Rocas: siete bungalows construidos con maderas de la región y techos de palma. Destacan por su decoración sencilla, pero sugestiva. Los viajeros se enamoran de las duchas al aire libre para un baño que se antoja bajo las estrellas; de las tumbonas de mimbre frente al mar, alejadas de cualquier mirada, y de las terrazas con hamacas escondidas en la selva.
Los arrumacos también encuentran un buen escenario en las piscinas naturales que se forman en la playa. El agua es tan cristalina, que desde la superficie se ven peces pequeños.
Muy cerca, una laguna sirve de santuario a aves y cocodrilos. Para recorrerlo, es posible contratar en las palapas un paseo en kayak.
Noches de luna llena
A partir de noviembre, Roberto's Bistro, hotel y restaurante de mariscos con noches de salsa y rock, invita a los viajeros a unirse al patrullaje ecológico en luna llena. El propósito es el avistamiento de tortugas marinas que llegan a la playa a desovar.
La actividad a veces se extiende hasta la madrugada. Hay que recolectar los huevos para enterrarlos, nuevamente, frente al hotel, donde se monitorean y resguardan.
No podría faltar la liberación de crías de tortuga carey, golfina y laúd.
Al finalizar, el hotel agradece el trabajo voluntario de los viajeros con una fogata y brochetas de pescado a las brasas.
Encuentra tu paz
Al amanecer, las clases de yoga son de ley. Lugares como Majahua Palms ofrecen hospedaje y abren sus puertas a quienes buscan serenidad y equilibrio espiritual durante una sesión de yoga frente al mar.
Y todavía hay más actividades por hacer: un paseo a caballo en el día o una caminata a la montaña para encontrar iguanas y monos araña. Para los que prefieran quedarse tumbados bajo una enramada o rostizarse al sol, les sugerimos refrescarse con unas piñas coladas de mezcal.
Los pescadores salen a navegar por varias horas en la madrugada, y reaparecen al mediodía en la playa para surtir de camarones, ostiones y robalos a las palapas.
Troncones, una playa secreta para descubrir en pareja.
Un lugar para disfrutar al máximo.
Un paraíso para aquéllos que no buscan el glamour ni las noches movidas de los antros.
