Davos y competitividad

Esta próxima semana miles de personajes importantes de todo el mundo convergerán en Davos, un pequeño pueblo de los Alpes suizos. Ahí se lleva a cabo todos los años, desde 1970, el Foro Económico Mundial, una reunión en la que participan grandes empresarios, políticos, académicos, periodistas, artistas y líderes sociales y sindicales. El Foro es quizá la cumbre más importante del mundo, sobre todo por su diversidad, pero lo curioso es que no la organiza un gobierno sino una asociación civil privada con sede en la ciudad suiza de Ginebra.

Desde 1991, cuando Carlos Salinas de Gortari acudió por primera vez a Davos, se ha hecho común que los presidentes mexicanos se presenten en este Foro Económico Mundial. Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y ahora Enrique Peña, han sido asiduos visitantes. De alguna manera esto es saludable. Los mandatarios mexicanos, acostumbrados a ser verdaderas figuras imperiales en nuestro país, se enfrentan en Davos a un público internacional que los reduce a sus verdaderas dimensiones. El discurso del presidente mexicano en la sesión plenaria es, usualmente, presenciado por un número pequeño de asistentes, que serían menos de no ser porque toda la comitiva mexicana ocupa los primeros lugares del auditorio.

A pesar de ello, o quizá por eso, el Foro ha sido positivo para nuestro país. En 1991, cuando por primera vez llegó a él Salinas de Gortari, se dio cuenta de que Europa estaba volcada hacia una región oriental que estaba dejando atrás las restricciones del comunismo y por lo tanto no tenía ningún interés en invertir en México. Esto lo llevó a pedirle a su secretario de comercio, Jaime Serra Puche, que le propusiera a Carla Hills, la representante de comercio del gobierno estadounidense de George H. W. Bush, la negociación de un Tratado de Libre Comercio. Este acuerdo, que hoy representa un comercio de más de 300 mil millones de dólares anuales y millones de empleos, dio así su primer paso entre la nieve de Suiza.

Uno de los temas más importantes para el Foro ha sido siempre la competitividad. Esto es resultado del interés que ha tenido el Foro en la globalización de la economía. El Índice de Competitividad que año con año da a conocer la institución no es perfecto pero se ha convertido en una referencia en el mundo. Y en este indicador México está perdiendo terreno. En el estudio 2012-2013 nuestro país se encontraba en el lugar 53 de 144 países considerados. Para el 2014-2015 ha caído a la posición 61 de 148 países.

Del lado positivo, México tiene un mercado grande y un razonable ambiente macroeconómico, pero registra calificaciones bajísimas en eficiencia del mercado laboral y en la calidad de sus instituciones, particularmente las de justicia y seguridad. Los empresarios que responden cuestionarios para este índice, además, colocan a la corrupción como el principal obstáculo al que se enfrentan en su trabajo cotidiano.

El Foro Económico Mundial ofrece un diagnóstico importante de México. No podemos simplemente descalificarlo, como algunos han tratado. Debemos aprender de él y empezar a tomar medidas para superar los problemas que exhibe. Seguridad, justicia y corrupción son los retos fundamentales para mejorar la competitividad de nuestro país.

Twitter: @SergioSarmiento