A peregrinar. Cerca de 300 danzas recibieron ayer la bendición en el exterior de la Iglesia de Guadalupe.
Alrededor de 300 danzas recibieron ayer la bendición, cada una con 10 a 30 participantes, que inician hoy con sus peregrinaciones. El llamado de la Iglesia es a la fraternidad, la solidaridad, la paz, así como fortalecer los lazos familiares.
"La bendición de las danzas, como ya es tradición, da inicio a esa fiesta tan importante a nuestra Madre, es un nuevo lenguaje religioso, con raíces prehispánicas, pero da inicio bajo este lenguaje de la música", explicó el Padre Ernesto Mejía Mejía, de los Misioneros Claretianos que atienden el templo dedicado a la Virgen de Guadalupe.
Los danzantes acuden con la promesa a la Virgen de salud y la acción de gracias, por todas las bondades que han recibido durante el año.
Señaló que hay tres tipos de danzas, la de los matachines o de carrizo, que son las mayoritarias, luego las aztecas y las de la pluma. La primera cuenta con vestimenta y aspecto del carrizo y el arco, que recuerda a los originarios de estas tierras. La danza azteca recuerda los orígenes del centro y la última es una fusión entre una tendencia italiana y española con las raíces mexicanas.
"Para nosotros lo relevante es que la pluralidad se hace una unidad cuando uno se encuentra con la Virgen, que es esta madre que no distingue, sino que se fusionan edades, ritmos, lenguajes, pero sobre todo, en el lenguaje de la fe", explicó.
Mejía dijo que la Iglesia, como cada año, invita en esta temporada al mensaje de Jesús, que es el de la fraternidad, la solidaridad, la paz, que se manifiesta a través del seguimiento a Jesús, del gesto de la Virgen María, y que a veces por la fragilidad humana, se ve un poco manchado.
"Es renovar, todos los que nos decimos guadalupanos, católicos, tenemos que poner ese granito de arena y retomando lo del Papa Francisco, que está él valorando el aspecto de la familia, que estas fiestas guadalupanas sean una adoración al Dios de la vida por todo lo que nos brinda a través de la Virgen, fortalecer esos lazos en las familias, que es el núcleo de nuestra sociedad y de nuestra Iglesia", comentó.
