
Rivaldo aún conserva la técnica depurada e indiscutible de sus mejores tiempos. (Archivo)
Considerado uno de los grandes protagonistas de Brasil en la obtención de su quinto cetro mundial en Corea del Sur-Japón 2002, Rivaldo Vítor Borba Ferreira siempre decía que al balón no solamente había que tenerlo, sino saber qué hacer con él.
Y Rivaldo supo hacerlo el 17 de junio de 2002 en el estadio de Kobe, Japón, en el 2-0 que Brasil propinó a Bélgica, al convertir un gol de antología –el otro sería de Ronaldo Luiz Nazario de Lima- al bajar el balón con el pecho, de espalda al arco, girar y mandar un obús que congeló en el aire al portero De Vlieger.
Cuatro años antes, en Francia 1998, Rivaldo, pareja infernal de Ronaldo, alias “El Fenómeno”, hizo su primer tanto mundialista a los 27 minutos de un partido semifinal que acabó 3-2 sobre Dinamarca, anotando uno más de tiro penal a Holanda, en el triunfo que llevaría a los brasileños al encuentro decisivo contra “Les bleus”.
Brasil perdió desastrosamente esa final por 3-0 y hubo que esperar a Corea-Japón para que Rivaldo demostrara su enorme calidad, torneo en el que hizo el gol de la victoria amazónica del 2-1 a Turquía; y uno más en el 4-0 a China, dirigida por Velibor “Bora” Milutinovic.
Aportó otro en el 5-2 a Costa Rica; luego vino el tanto memorable a Bélgica –el mejor de esa Copa del Mundo-; y su último en mundiales a Inglaterra, con tanteador 2-1, antes de pasar 1-0 sobre Turquía, con la que se encontraron nuevamente.
Esa anotación de Ronaldo a los turcos fue el pasaporte a la gran final ante Alemania, derrotada a su vez el 30 de junio de 2002 en el estadio Yokohama, con doblete de quien sería campeón de goleo del evento realizado por primera vez en dos países del lejano oriente.
El equipo campeón del mundo fue llamado la “Familia Scolari” por la cohesión que logró “Felipao” al armonizar a Marcos, “Cafú”, Lúcio, Roque Júnior y Roberto Carlos; Edmilson, Gilberto Silva y Kléberson; “Ronaldinho”, Ronaldo y Rivaldo, y hacer un cuadro poderoso que venció en todas y cada una de sus siete participaciones.
A los 30 años, Rivaldo se había consagrado sobradamente entre los grandes atacantes internacionales, luego de desarrollar una exitosa trayectoria en la selección nacional, en la que felizmente debutó ante México en 1993, marcando el único gol del juego, de los 34 que totalizaría como artillero del “scratch” pentamonarca.
Como futbolista sin relevancia en el modesto Santa Cruz de su tierra –con un cuerpo extremadamente delgado, rostro enjuto y huesudo debido a la desnutrición que padeció como niño pobre que fue, hijo de “retirantes” (migrantes) que viajaron a Sao Paulo desde su natal Pernambuco, donde nació el 14 de abril de 1972-, Rivaldo ingresó al modesto Mogi Mirim de esa ciudad.
Con decisión y sin complejos buscó y logró fichar, primero con el Corinthians y después con el Palmeiras, dos de los grandes cuadros nacionales, con la posterior convocatoria al representativo nacional.
Expuesto en esa vitrina, el Deportivo La Coruña lo contrató en 1996 por sus dotes ofensivas y desequilibrantes; pero al año siguiente el Barcelona lo adquirió para obtener dos Ligas, una Copa del Rey y la Supercopa de Europa.
Con cinco temporadas seguidas de militancia en el cuadro catalán, la afición “culé” no perdonó a su directiva que Rivaldo fuera comprado por el AC Milan, que se reforzó con “Dida”, Clarence Seedorf, Darío Simic, Johann Dahl Tomasson y Alessandro Nesta.
Ahí, el “Balón de Oro” de 1999, pese al fracaso mundialista de Brasil en el año anterior, ganó la Champions y la Copa de Italia, además de la “Bota de Oro”.
Subcampeón en Francia y campeón mundial en Corea del Sur-Japón, Rivaldo también jugó en el Cruzeiro de Belo Horizonte, el Olympiakos y el AEK de Atenas, el Bunyodkor de Uzbekistán y el Kabuscorp de Angola, convertido en esos clubes desconocidos en uno de los futbolistas mejor pagados del planeta.
Con los años encima volvió a Brasil en 2011 contratado por el Sao Paulo, que lo despidió “por bajo rendimiento”, refugiándose en el Sao Caetano paulista y sufrir su descenso en 2013.
Dicen que los extremos se tocan y los círculos se cierran: negándose a colgar los botines, Rivaldo Vítor Borba regresó al Mogi Mirim de sus inicios, asumió la presidencia e impulsó un proyecto para jóvenes talentos, entre quienes está su hijo “Rivaldinho”, actual campeón Sub 20 del torneo estatal.
El entrenador Aílton Silva asegura que, no obstante sus 42 años de edad y una condición física en declive, Rivaldo aún conserva la técnica depurada e indiscutible de sus mejores tiempos, la cual dejó de mostrar en las canchas, pues hace unas semanas anunció su retiro.
“Fuimos los reyes del mundo”, asegura Ronaldo, su antiguo compañero, presidente del Consejo de Administración del Comité Organizador de la Copa FIFA 2014, evento del que Rivaldo es uno de sus más severos críticos, con el que está en total desacuerdo.
En declaraciones a “Radio Globo”, dijo que guarda esa postura debido a una inversión pública que él considera desmedida e injustificada, para un país con demasiadas injusticias y desigualdades, subrayando que adquirió esa conciencia debido a una infancia llena de precariedades y carencias.
“El país no podrá con el vigésimo torneo mundialista y, en el plano futbolístico, el equipo de ‘Felipao’ seguramente ‘pasará vergüenzas’ luego de la primera fase”, explicó este futbolista que sigue siendo ídolo nacional, vigente por voluntad absolutamente propia.