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¡Mi hijo muerde!

Conoce cómo puedes frenar este mal hábito

¡Mi hijo muerde!

¡Mi hijo muerde!

Adriana González

Nada peor que llegar a la guardería o escuela de nuestro hijo y descubrir en su cuerpo una marca de mordida, o recibir la queja de que nuestro hijo mordió a alguno de sus compañeros. En ambos casos creemos que es falta de cuidado de los adultos que están a cargo, pero la verdad es que es parte de su desarrollo. Más que hablar con los encargados para saber los motivos, qué medidas se han tomado, o cuál sería la aplicación más cuidadosa para que esto no vuelva a ocurrir, lo primero es entender por qué se hace.

Para más consejos sobre el tema, la licenciada Paola Reinosa Monroy, psicoterapeuta, comenta que el acto de morder en niños menores de dos años, se puede considerar parte de su desarrollo, ya que los bebés utilizan la mordida como una forma de expresión, pues no tienen aún desarrollado su lenguaje, entonces esta acción puede deberse a diversos factores; desde una forma de expresión, de comunicación, de llamar la atención, o simplemente como una forma de diversión (juego), incluso de socialización. Los bebés no saben de malas intenciones ni de herir o lastimar, ya que ellos aun no comprenden lo que eso significa. Otro factor importante de descartar es la dentición, ya que también pueden morder por aliviarse el malestar que esto provoca.

En algunos casos pueden morder como una forma de auto defensa o de dominar al otro para lograr su objetivo (ejemplo un juguete).

Algunas recomendaciones para evitar esta conducta

Establecimiento de límites en casa- Escuela.

Aplicación adecuada de consecuencias por la acción de morder específicamente. (casa y escuela).

Convivencia con niños; esto con la finalidad de que aprenda a estar en grupo con sus iguales y a respetar a los demás.

Enseñarle a pedir las cosas.

Paciencia para los padres y educadoras; ya que es normal que llegue a repetir la acción varias veces, hasta que aprenda a controlar sus impulsos.

Descartar molestias por dentición.

Sugerencia específica para casa y escuela:

Cada vez que el niño muerda o agreda a sus compañeros se sugiere hacer lo siguiente:

a) Padres y educadoras, no darle demasiada importancia, es decir, evitar gritar, hacer gestos, reírse o festejarle, etcétera, ya que esto puede servirle de aliciente y fomentar la agresividad.

b) Actuar siempre de forma sistemática. (adultos)

c) Después de la agresión hay que decirle: eso no se hace, no se muerde, duele.

d) Apartarlo de la situación, llevarle a otro lado y fomentar que él reflexione y vaya entendiendo y comprendiendo que está mal la acción de morder. (duración 1 minuto)

e) Retirarle la atención por un tiempo corto, ya que la acción de morder para él es probar que puede llamar la atención. (duración 1 minuto)

Establecimiento de límites:

Objetividad: Sé objetivo en las normas que establezcas.

Opciones: Puedes brindarle opciones para que él decida.

Firmeza: Sé firme, evita gritar, pegarle, etc.

Acentúa lo positivo: Los niños son más receptivos al “hacer” lo que se les ordena cuando reciben refuerzos positivos.

Explica el porqué: Cuando el niño comprende el porqué de una regla, se sentirá más animado a obedecerla.

Sugiere alternativas.

Desaprueba la conducta, no al niño.

Controla tus emociones: toma un respiro, reflexiona antes de hablar o hacer y escribe por adelantado las consecuencias que aplicarás.

Gradualmente, a medida que se desarrolla el lenguaje y adquiere las construcciones sociales, las mordeduras serán sustituidas por el diálogo. Por lo tanto, lo mejor es hablar con el niño. La mejor manera de aprender a vivir bien es la convivencia con experiencia.

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