La Calefacción, un invento ideal para los hogares

"Prende la calefacción", es una frase común particularmente en días como los que actualmente se viven en la Comarca Lagunera y en que el termómetro marca temperaturas bajas.

Como es evidente, la necesidad de buscar fuentes de calor ante las temporadas invernales surgió desde los inicios del hombre, aunque fue en los comienzos de la era cristiana cuando los ingenieros romanos crearon el primer sistema de calefacción central de la historia, que de acuerdo con el filósofo Séneca, se instalaba en las residencias de los patricios y consistía en "tubos incrustados en las paredes para dirigir y distribuir por toda la casa un calor suave y regular".

Según la Revista del Consumidor de México, al diseño mencionado le siguieron en la Edad Media algunos como el encender una hoguera al interior de las casas o posadas, aunque estos eran más rudimentarios y contaminantes.

"El primer gran cambio en materia de calefacción doméstica se produjo en la Europa del siglo XVIII, con la Revolución Industrial, cuando se creó un sistema de calefacción que utilizó vapor como combustible, menos dañino para el medio ambiente, más seguro, y con la misma tecnología de los romanos. Paralelamente, otro adelanto se origina en el Viejo Continente: las botellas de loza con agua caliente envueltas en toallas (algo similar a los primeros guateros). Luego, surgieron las piedras calientes y planchas de hierro, que se calentaban en las brasas y servían para planchar la ropa y calentar las camas", señala la fuente citada.

Ya con la industrialización del caucho "nacen los guateros, hoy en día, casi desterrados por los calienta camas. Estos últimos existen en América desde los tiempos de los inmigrantes que trajeron los “scaudalette” o “calienta camas”, que reaparecieron estos últimos años con mucha y mejor tecnología".

Tales fueron los orígenes de la calefacción, un invento que luego se adaptaría para ser menos contaminante, volviéndose ideal para casi cualquier hogar.