
La tecnología ha avanzado de tal manera que incluso hoy existen los llamados marcapasos digitales. (ARCHIVO)
Sin el, muchas personas que padecen enfermedades del corazón no vivirían, por lo que el haberlo desarrollado representa un logro histórico, aunque esa historia abarque varias decenas de años.
Se trata del marcapasos, cuyos orígenes se remontan al año 1899, cuando J.A. McWilliam descubrió que era posible causar una contracción ventricular dando un impulso eléctrico al corazón humano, y que incluso podía lograrse un ritmo de entre 60 y 70 pulsos por minuto gracias a impulsos eléctricos artificiales.
Tras años de investigaciones y el desarrollo de prototipos, varias décadas después con el apoyo de la aparición del transistor de silicio, apareció en 1956 un marcapasos mejorado.
Ya para el año 1958, en Slona, Suecia, se implantó el primer marcapasos, aunque este falló tan sólo tres horas más tarde.
Para 1960, fue Uruguay quien sobresalió por conseguir que un marcapasos de mejor versión que el de Suecia había logrado prosperar, ya que el paciente a quien le fue implantado sobrevivió durante nueve meses hasta que falleció por otras causas.
Desde entonces, el camino de los marcapasos, en cuanto a investigación, sólo ha sido hasta adelante en la búsqueda de volverlo un artefacto seguro que sea siempre un impulso que da vida.