Siglo Nuevo

El ladrillo, flexibilidad y eficacia

De los macizos al «clinker»

Tate Modern, Herzog & de Meuron.

Tate Modern, Herzog & de Meuron.

Aldo Villarreal

Presente en numerosas construcciones de casas y apartamentos alrededor del mundo, este material llega a ser una excelente opción cuando de reducir gastos se trata, una de sus muchas ventajas.

El ladrillo es una pieza de construcción utilizada en albañilería para todo tipo de cimentaciones. Sus dimensiones permiten que se pueda colocar con una sola mano por parte de un operario. Del mismo modo, existen diferentes tipos de ladrillos en función de su fortaleza y resistencia a las altas temperaturas. Así, habrá de elegirse un tipo en concreto, en función de la construcción a la que se hará frente.

TIPO DE LADRILLOS

El ladrillo al que se recurre con mayor frecuencia es el macizo tipo M, el cual se caracteriza por la ausencia de orificios y cuyo tamaño puede variar de un país a otro. Al ser fabricado mediante una técnica de prensado, presenta buen acabado y sus dimensiones son exactas.

Otro es el ladrillo macizo con cazoleta o rebaje, el cual es muy útil para rellenar con mortero, además de que resulta muy eficaz a la hora de construir tabiques con o sin juntas. Por otro lado, se encuentra el ladrillo macizo perforado o liviano, el cual y como su nombre indica, posee pequeñas perforaciones en una de sus caras. Su resistencia resulta idónea para la construcción de fachadas o muros.

El ladrillo aplantillado o moldeado se caracteriza por la curvatura que presenta su perfil, y suele usarse en arcos o bóvedas, con su cara menor colocada a la vista. El ladrillo hueco (tipo H) se destina a la construcción de tabiques que no requieran soportar mucha carga, o de muros dobles que llevan aislante en el medio material. Este tipo de ladrillos tiene perforaciones simples o dobles en el canto; de esta manera, se reduce su peso y la cantidad de material utilizado.

El ladrillo refractario se emplea principalmente en chimeneas, hornos y calderas, puesto que está diseñado para soportar temperaturas muy elevadas. El ladrillo conocido como “Cara vista” (tipo V), destaca por su excelente acabado y su buena resistencia al agua; su uso se destina a fachadas y zonas en las que el tabique queda al descubierto. Otros términos a los que responde este tipo de ladrillo es «clinker» o «gresificado», los cuales van acompañados de diferentes terminaciones como gres, rústico o esmaltado.

En la actualidad, los ladrillos de adobe de tierra, hechos con barro crudo y utilizados desde antaño, suelen ser utilizados en la bioconstrucción o casas rústicas. Su interés reside en su gran capacidad de aislación térmica.

Otro tipo de ladrillo fabricado artesanalmente, es el ladrillo cocido de tierra o arcilla, que carece de perforaciones y tiene sus caras rústicas. También, se podría citar por su capacidad de resistencia a condiciones extremas, el MW, que soporta escarcha y heladas. Asimismo, el SW resulta idóneo para aguantar situaciones climáticas adversas, al contrario del NW, que es empleado únicamente para interiores, pues no resiste cambios bruscos de temperatura.

EXPRESIONISMO EN LADRILLO

Se refiere a una variante de la arquitectura expresionista, que se inclina por el uso de ladrillos, baldosas o ladrillos clinker como el material de construcción más visible del edificio. Fue en 1920, cuando tomaron una mayor presencia las construcciones que hacían referencia a este tipo de estilo, apreciándose principalmente en naciones como Alemania o los Países Bajos.

El material de construcción más popular era el ladrillo clinker, un material que supo adaptarse a los difíciles requisitos ambientales de construcción de edificios industriales; además, su característica superficie áspera y su rica variedad de colores (desde el café hasta el rojo y púrpura), también ayudó a la popularidad de este material. Al respecto, destaca la vivacidad de sus fachadas, que lejos de resultar monótonas o aburridas, aportan gracia y vida a los grandes muros.

Chilehaus es un edificio de oficinas de diez pisos de altura, en cuya construcción se usaron 4.8 millones de ladrillos oscuros oldenburg. Está localizado en la ciudad de Hamburgo, Alemania, y es famoso, entre otras características, por su punta, la cual recuerda a la proa de un buque.

Fue diseñado por el arquitecto alemán Fritz Höger y construido entre 1922 y 1924. Pese a sus grandes dimensiones, los acentuados elementos verticales de los que dispone, aunado a la posición retrasada de los pisos superiores y la fachada curva en la calle Pumpen, logran proporcionar ciertas pinceladas de ligereza.

Otros ejemplos son el vecino Sprinkenhof (de Hans und Oskar Gerson y Högen), el Broschek-Haus y el Zigaretten Fabrik Reemtsma (Fábrica de cigarros Reemtsma).

También cabe destacar la casa de campo en ladrillo del arquitecto y diseñador industrial alemán, Ludwig Mies van der Rohe, cuyos extensos muros y difuminadas líneas revolucionaron el concepto de vivienda.

Otros ejemplos que no se pueden pasar por alto son el Edificio de la First Unitarian Church, diseñado por Louis Kahn, cuyo exterior se caracteriza por las paredes de ladrillo. Este sitio constituye una de las obras más significativas de la arquitectura religiosa del siglo XX.

Asimismo, se puede mencionar el Museo Nacional Británico de Arte Moderno (Tate Modern), edificio que conserva su estructura original de acero y ladrillo. Su cubierta se retiró también para permitir la colocación de los lucernarios, a fin de permitir la entrada de luz natural al interior del edificio. Su construcción ha supuesto un impulso al desarrollo económico y cultural del área de Southwark.

OTROS REPRESENTANTES

Otro importante representante del estilo es el arquitecto suizo Mario Botta, quien aboga por un estilo fuerte y geométrico. Sus edificios combinan muros pesados (concreto y ladrillo) con estructuras livianas de acero y vidrio. Entre sus primeras obras, destaca la Casa Rotonda en Stabio, que es cilíndrica y construida con ladrillos de hormigón de aspecto muy compacto.

Otro en la lista es el arquitecto mexicano Carlos Mijares, quien ha recurrido al ladrillo en buena parte de su obra, asegurando que es un material de la tierra económico, que permite hacer muros ciegos, calados, celosías, cubiertas y pisos. “Es un material que data de milenios, lo que hace que uno sepa más sobre cómo se comporta con el paso del tiempo. Los materiales envejecen y cuando envejecen con dignidad (como lo hace el ladrillo), eso le añade un valor”.

Entre las ventajas que lleva consigo el uso del ladrillo, pueden mencionarse las siguientes: menores gastos de aislamiento, mantenimiento y facturas domésticas; integridad estructural, menor riesgo de daños por termitas y un mayor valor de reventa. Esta última es una regla general, no obstante, depende de factores tales como las condiciones del mercado inmobiliario, el lugar de la casa, el tamaño del terreno, la superficie construida, la disposición física y la condición de la casa en sí.

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