
Arte. La muerte de un alacrán se inmortaliza en las artesanías de duranguenses.
Durango es conocida por ser la tierra de los alacranes, pues a éstos se les puede encontrar en el campo, en la sierra, así como en las casonas antiguas de la capital del estado.
Pero también se les encuentra en llaveros, ceniceros, bolsas, vasos, y en un sinfín de artículos que son vendidos en el Mercado Gómez Palacio como parte de los principales objetos que se llevan visitantes y turistas como recuerdos.
Lupita García atiende un puesto en este mercado y vende objetos que tienen este singular habitante duranguense, aunque tiene una pecera con decenas de alacranes debido a que muchos de los curiosos creen que son de mentiras y los tiene para que los vean "vivitos y coleando".
Mientras éstos estén vivos, los mantiene en esta pecera, pero al morir serán un lindo ejemplar para un llavero o una botella tequilera.
La familia de Lupita ha trabajado en hacer artesanías con alacranes por más de 20 años, por ello recolecta y compra alacranes que salen durante la temporada de calor y de lluvia.
José Ángel García se ha dedicado durante estos 20 años a realizar artículos con alacranes, comenta que gracias a esta actividad ha podido construir su casa.
En su taller, hace todo tipo de artículos, forra con piel botellas de vino o de tequila, confeccionan bolsas, forran vasos tequileros, y posteriormente se les coloca el alacrán que ya está encapsulado en cristal.
Los alacranes son de diferentes tamaños, desde dos centímetros que van en llaveros y en vasos, y los de 20 centímetros que se colocan en portallaves o en relojes de pared que van en forma del corazón de Durango.
Sorprendentemente a Don José Ángel jamás le ha picado un alacrán, ya que por lo regular siempre los ve muertos.
Comenta que personas que viven en el centro, así como en la sierra se dedican a la captura del alacrán y cuando juntan un número suficiente se los venden, él los compra entre los tres pesos y 20 pesos, según el tamaño y el estado en que se encuentren.
Tiene 15 frascos con una capacidad de cuatro litros llenos de alacranes que se encuentran en alcohol, a los que posteriormente manda encapsular con vidrio para después colocarlo en los distintos artículos que laboran principalmente de piel.
Juan, un joven que le ayuda a Don José Ángel y que en un día había hecho 160 llaveros en un material de piel, comenta que jamás le ha picado un alacrán, pero sabe por oídas de la gente que el piquete arde y que es doloroso.
Señala que hay otras entidades en donde también abundan los alacranes, pero en Durango se han hecho famosos porque son los más venenosos y que llegan a matar si es que no se aplica el suero antialacránico.
Durante la temporada vacacional es cuando más se venden estos artículos, en ocasiones hace artículos sobre pedido, como es el caso del forro de botellas, vasos tequileros, bolsas inclusive ha hecho pedidos grandes para mandarlos a Estados Unidos.
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