La Comisión Permanente del Congreso convocó a la Cámara de Diputados a sesiones de período extraordinario, a partir del lunes 28 de julio, para discutir y votar los siete dictámenes de leyes en materia de energía, lo que generó un debate en el que las fracciones de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano acusaron traición a la patria a las fuerzas políticas que impulsan el nuevo modelo energético.
A su vez, los partidos de Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y Verde Ecologista de México (PVEM) aseguraron que se abandona un esquema que ha dejado de dar resultados suficientes y se adoptan cambios que detonarán crecimiento.
Con una votación de 35 legisladores, se alcanzó el requisito de mayoría calificada para convocar a extraordinario, y de ese total se emitieron 25 votos a favor, del PRI; PAN y PVEM; en contra, tres del PT y MC; el PRD dio seis abstenciones.
El Senado, que sesionó del jueves 17 al lunes 21 de julio pasados, mantiene abierto su cuarto período extraordinario de sesiones del actual receso, en espera de que los diputados revisen las cuatro minutas que envió y para recibir los tres paquetes de los cuales San Lázaro es la cámara de origen.
Los legisladores de izquierda Ricardo Monreal, Dolores Padierna, Fernando Zárate, Lilia Aguilar Gil, Mariana Bautista y Miguel Barbosa establecieron que la Reforma Energética y su expresión en la legislación, carecen de legitimidad, y será en la consulta popular de 2015 el momento definitivo de esta materia.
El coordinador de los senadores del PRD, Miguel Barbosa, señaló que el debate, después del proceso legislativo, seguirá en las plazas, las calles, las escuelas y los hogares de los mexicanos, y después "nos veremos en la consulta popular", instrumento de la democracia directa que responderá a las cámaras federales.
Por su parte, los legisladores a favor de las leyes que serán discutidas en la Cámara de Diputados Héctor Larios, Jorge Luis Lavalle, Silvia Garza Galindo y David Penchyna expusieron que el nuevo modelo energético beneficiará a México, al asegurar abastos de electricidad y petrolíferos, mejores precios, además de que se generarán las inversiones y empleos que se prospectaron desde el inicio de las discusiones y propuestasentre el Poder Ejecutivo y el Congreso por las reformas.
