
Niño en casa de Margarita Reyes.
En la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Ciudad Lerdo, existe una imagen denominada el Santo Niño del Tongo en un nicho de material de vidrio colocada en un retablo de madera, ubicada en la capilla del ala izquierda de dicho recinto; sitio que fue construido exprofeso para venerar al Niño, con una tradición de antigüedad de más de 174 años de ser uno de los símbolos religiosas con más prestigio en la Comarca Lagunera. La gente cree en él, y es muy notorio observar a los devotos desfilar por su capilla a solicitar un milagro a todas horas del día. En su altar tiene colocadas multitud de ofrendas de los milagros concedidos, signos testimoniales de los creyentes del beneficio recibido.
La leyenda religiosa de este prodigioso niño milagroso tiene sus antecedentes desde 1840, siendo Lerdo todavía la Hacienda de San Fernando de La Laguna. En este prestigiado pueblo en La Laguna vivía una familia formada por el Sr. Juan Pablo Rojas, su esposa y dos hijos, que de acuerdo con tradición oral se manifiesta que don Juan tenía una hermana con el nombre de Margarita, de 18 años y nativa de San Fernando, mujer virtuosa, piadosa, noble y de aspecto físico atractivo por su gran belleza.
Un día Margarita, acompañada por algunas de sus amigas, salieron de paseo en uno de tantos lugares de los márgenes del río Nazas. Después de haberse divertido se regresaron a la Hacienda de San Fernando, pero en el trayecto estaba una cabaña aislada donde se alojaban dos viejecitos hombre y mujer, los cuales llamaron a Margarita, suplicándole la atención y cuidado de un pequeño niño vivo, pues los viejecitos tenían necesidad de trasladarse a otro poblado, ofreciendo regresar pronto.
Margarita entra a la cabaña dándose cuenta de la presencia del niño de carne y hueso, y dormido, las amigas de Margarita no les quedó más remedio que acomodarse y cuidar aquella criatura en el interior de la humilde finca. Al amanecer creyeron haber oído el llanto del bebé, por lo que Margarita se levantó para darle atención: Pero se sorprendió porque aquel niño se había convertido en una hermosa figura de pasta sólida vestido con un ropón, una de sus manos sostenía un guaje, en otra una especie de pequeño bastón como de 30 centímetros de largo, con túnica, capa y en su cabecita un pequeño sombrero.
El regreso fue de alegría y gozo y a la vez susto de las señoritas. Dieron la noticia a sus familiares de la aparición del Niño y todo corrió de inmediato la información en todos los pueblos vecinos. Con ello nació la leyenda de la aparición del Santo Niño del Tongo. Desde entonces se inició la veneración en la Hacienda de San Fernando de La Laguna. La escultura se coloca en una mesita para que la gente sencilla y cristiana empiece con la devoción y a solicitar favores al sagrado Niño, que les curara enfermedades y otras necesidades, las cuales eran concedidas, dando consuelo y bendiciones a los creyentes.
La noticia del Santo Niño del Tongo corrió por todos los pueblos de la región y las procesiones no se dejaron esperar, llenándose el rancho de gran cantidad de visitantes que acudían a adorar al Santo Niño Milagroso. La imagen del Niño estaba ya expuesta en una capillita que instalaron en la casa de los familiares de Margarita, que con el tiempo este acontecimiento se fue convirtiéndose en una verdadera romería.
Con el tiempo el pueblo se llenó de peregrinos que venían en caravanas, montados en sus animales y a pie, entraban por el camino real el lado oriente y poniente de la Hacienda de San Fernando, provenientes de las rancherías de San Juan de Casta, La Loma, La Goma o de la Villa de Mapimí. Los fieles agradecidos por las bendiciones y favores concedidos, se comprometían a la vez traerle los "milagritos", como se le llama a la figura metálica que colgaban en su ropita del Niño, como ojo, pie, mano y corazón. Asimismo, los agradecimientos por la cura de enfermedades de los animales, le colocaban figuras de vaca, asno, perro, pájaro y caballo. También los visitantes daban su donación con ofrendas, como flores, dinero y animales.
En ese entonces la Hacienda de San Fernando era importante en toda la región, dando como resultado el crecimiento de la población y fue así como se convirtió en la Villa Lerdo de Tejada en 1864, decretada por el insigne mexicano y Benemérito de las Américas don Benito Juárez García. En esta transformación del pueblo, el hermano de Margarita Rojas adquiere una manzana de terreno de la naciente Villa, ubicado frente donde sería después el Mercado Municipal, edificando una casa-habitación y ahí se trasladó al Santo Niño del Tongo. Y en 1875 se construye una nueva capilla católica de San Fernando Rey, santo patrono del pueblo.
En ocasiones los peregrinos que venían a visitar al Santo Niño del Tongo, estaban enfermos, ante esa situación Margarita Rojas, compadecida de ellos destina una sala grande de su casa para darles un techo, pues no tenían a donde pasar la noche, al no irse a sus lugares de origen hasta que se les concediera la gracia de su sanación. La joven Margarita muy humana con lo que obtenía de las ofrendas les daba de comer.
Ya para la última década del siglo XIX, el Santo Niño del Tongo, es famoso y prodigioso, hacedor de milagros, fue entonces que los fieles devotos le solicitan a Margarita que lo lleve en procesión por los ranchos. Sin embargo, los creyentes católicos de la ciudad le pedían que ya no lo sacara, pero para Margarita tenía la posibilidad de andar peregrinando por los feos caminos y polvorientos. Con el miedo de que se le fuera a quebrar el Niño, tuvo la idea de adquirir otra escultura de un Santo Niño -muchos dicen que es un réplica. Iniciándose las visitas y procesiones en las comunidades rurales, fue entonces que la creencia popular lo bautizó con el nombre del "Peregrino". Y el original de la leyenda lo dejaba en su pequeño altar en la capillita de su casa.
Fue así que el Santo Niño del Tongo era colocado en un carromato de dos ruedas estirado por caballos recorriendo en procesión, donde se lo encontraban los creyentes y le solicitaban milagros para la cura de enfermedades y desgracias, hasta personajes que se dedicaban al robo le pedían al "Peregrino" que los ayudara, siendo benévolos en sus limosnas. Los recorridos tardaban hasta un mes o dos en regresar. Las peregrinaciones del Niño Milagroso continuaron por largos años. En la capilla que construyó exprofeso Margarita en su Casa de la ya Ciudad Lerdo, los creyentes y devotos del Santo Niño le ofrecían todo tipo de milagros (figuras de piernas, brazos de oro y plata), gran cantidad de gruesas velas y dinero. Una característica que tiene el Santo Niño del Tongo, es que en numerosas ocasiones desaparece por dos o tres días, pero que luego regresa con los pies llenos de lodo, con lo que genera más expectación su veneración.
El Santo Niño del Tongo encontrado en el río representado en una escultura mediana es considerado el original de la leyenda, fue obtenido de generación tras generación durante más de cien años, el cual lo conserva actualmente la Sra. Margarita Reyes de Gallegos, hija de don Pánfilo Reyes Aguilar, familiar de Margarita Rojas, y es muy diferente del que se venera en la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Lerdo, conocido con el nombre de "Peregrino".