
Tradición. Gema A. María Fuantos junto a su hijo José Alfredo Segovia Fuantos en su negocio de vinos.
La producción de vino artesanal es una gran tradición en las familias de Parras de la Fuente, Coahuila, y una muestra de ello son los actuales negocios que siguen operando y que se dedican a la fabricación artesanal y venta de vinos generosos o dulces, a los turistas que visitan con mayor frecuencia este gran oasis del desierto en Coahuila.
La tradición de elaborar vinos de manera artesanal fue heredada de sus padres, abuelos y bisabuelos y más, logrando a la fecha persistir en esta labor. Esto se denota al probar el vino generoso que contienen las botellas, algunas de ellas muy tradicionales, otras muestran una nueva imagen muy renovada y moderna usando nuevas etiquetas y empaques más atractivos para regalar una botella de vino generoso tinto, un oporto o jerez.
Aprovechando las fiestas de la Vendimia que se realiza en Parras a principios de este mes El Siglo de Torreón visitó viñedos, bodegas y puntos de venta de negocios familiares que se han enfocado desde muchos años a elaborar vinos de mesa, inclusive algunos datan desde hace 122 años en esta tradición.
UN VINO CON RAíCES ITALIANAS
Quien ha visitado Parras ha acudido en alguna ocasión a la bodega El Vesubio y ha probado sin dudarlo el vino denominado Sangre de Cristo. Bueno, pero los visitantes poco saben que este 15 de agosto El Vesubio celebró 122 años de su fundación, ya que Nicolás Nicollieli, un italiano que visitaba la zona con amigos decidió quedarse a vivir en Parras y dedicarse a la producción de vino en 1891.
Carlos Ramírez Vargas, encargado de bodega El Vesubio abrió las puertas de su negocio y de su historia familiar, la cual se cimienta en la elaboración de vinos dulces desde hace más de 100 años.
Relató que Nicolás Nicollieli a su llegada a la Villa de Parras decidió dedicarse a elaborar vino y comenzó en trabajar en sus viñedos para elaborar brandy, licores y vinos tintos dulces.
En 1918 llega para trabajar con el italiano un griego de nombre Nicolás Milona's, quien también decide quedarse a vivir en Parras. Al poco tiempo se casa con María Nicollieli, hija del dueño y continúan con la tradición vitivinícola. La elaboración de vinos continúa, sin embargo, María muere sin dejar descendencia en 1953. A un año de su muerte, el griego Milona's se casa con Conchita Vargas, pero tampoco logran tener descendencia.
Milona's muere en 1970 y Conchita Vargas lo hace en 1999, por ello, el negocio familiar es heredado a los sobrinos de una hermana de Conchita, es decir a la familia Vargas, quien a la fecha sigue al frente del negocio de vinos dulces.
Ramírez Vargas es sobrino de Conchita Vargas, quien relató que el proceso de producción de vino, en su caso, ha variado un poco en estos más de 100 años. De hacer una molienda de la uva con los pies en una pequeña bodega, ahora lo sigue haciendo de manera artesanal, pero utilizando una molienda manual con un equipo.
Los olores de una uva fermentada se perciben en las pilas en donde se pasa la molienda de la uva a las grandes barricas al entrar a la pequeña bodega ubicada al lado de la tienda en donde se venden los vinos generosos y donde el italiano Nicolás Nicollieli se inició en la aventura de elaborar vinos.
La bodega de altos techos y muros gruesos mantiene una temperatura fresca para los vinos, pero ha permitido también guardar grandes tesoros para la vitivinicultura de Parras al conservar intactos utensilios, equipos y barricas que se usaban antaño, pero que ya no se usan hoy en día. Los vinos generosos que se elaboran hoy en día es la Sangre de Cristo, Milona's de uva y nuez, un Jerez dulce y un Kimo (vino tinto semiseco).
Actualmente la producción de vino se hace gracias a que se compra la vid de varias familias de Parras, estimando que se procesan alrededor de 5 toneladas de vino al año, aunque desconoce Ramírez el número exacto de botellas que se producen en el año.
UN TURISMO QUE AYUDA
A decir del encargado de la bodega El Vesubio gracias al turismo que se atiende durante el período de Semana Santa y durante la Feria de la Uva se ha logrado incrementar la venta de vinos artesanales en la ciudad. "Los clientes que se tiene son visitantes que vienen de otras ciudades o estados del país".
Comentó que la promoción turística ha permitido incrementar el número de visitantes a Parras y con ello la compra de vino artesanal.
Los años han pasado, pero la bodega El Vesubio no tiene hasta el momento nuevos proyectos, como el lanzar nuevos productos al mercado, sembrar más hectáreas de vid o implementar un nuevo sistema de molienda. Lo que confirma Ramírez es que "continuamos haciendo la producción de su vino generoso de manera artesanal."
SEGOVIA FUANTOS, UN VINO ARTESANAL Y MODERNO
Bodega Segovia Fuantos es otro de los negocios familiares que desde hace 44 años decidieron dedicarse en forma a elaborar vinos generosos en Parras de la Fuente. La tradición familiar de Juan Manuel Segovia García y Gema Ana María Fuantos ayudaron mucho para que cuando ellos decidieron casarse y formar una familia en 1969, comenzaron, sin saberlo, una gran aventura en la elaboración de vinos dulces en la ciudad.
Debido a que esta tradicion (elaborar vinos) es propia de las familias de Parras comenzaron a realizar una producción casera de vinos bajo el nombre de Bodega Alameda Vinos Caseros Fuantos. La barrica, relataron, la colocaron a la entrada de su casa y las personas acudían con sus jarras a comprar vino generoso. La actividad era algo así como un pasatiempo para la familia Segovia Fuantos, ya que la realizaban en su tiempo libre cuando no trabajaban.
Junto a su mamá Gema Ana María Fuantos, su hijo José Alfredo Segovia Fuantos, administrador de Bodega Segovia Fuantos, relató que se registró en 2007-2008 la marca Bodega Segovia Fuantos y la producción de vino generoso sólo se realiza a nivel local.
Refirió que hace 8 años los fundadores del negocio se jubilaron y a partir de ese momento se comenzaron a dar cambios, una renovación de la imagen del negocio, colocando etiquetas modernas y vistosas, empaques de madera y herraje para la venta del vino, así como nuevas variedades de productos.
José Alfredo es uno de los varios integrantes de la familia Segovia Fuantos, quien trabaja diariamente en la elaboración de vinos dulces en su casa, teniendo una pequeña bodega en donde se produce el vino de manera artesanal, desde un tinto tradicional, jerez, oporto, rosa del Perú, moscatel y San Emilión.
Al probar su vino tinto guarda un sabor dulce con poco alcohol, por lo que es un producto que ha sido del agrado de los visitantes que acuden a comprar vinos generosos.
Su hermano, Juan Manuel Segovia, es el encargado de diseñar los empaques hechos a base de madera, herrería o mecate, por lo que los diseños son muy vistosos y son ideales para envolver una botella de vino.
La estimación hecha es que se utilizan 30 toneladas de uva molida para la elaboración de vino en el año, algo así como 8 mil botellas anuales. Cuentan con una hectárea y media de viñedos propios para la producción de vinos.
José Alfredo señala que gracias a la promoción turística se ha incrementado la venta de vino generoso, colocando el 90 por ciento del producto con turistas. Por ello, José Alfredo confesó que "ya estamos estudiando la posibilidad de producir vinos de mesa". Uno de los temores que tienen es un aumento en los impuestos.
QUIEREN DESPEGAR FUERTE
Con una gran variedad de vinos, Bodega El Perote se establece como marca en 1967 por parte del Dr. Leonardo Cuéllar, quien inicia en este proyecto de elaborar vinos artesanales.
Laura Rivera Reyes, encargada de Bodega El Perote, explicó que el negocio es heredado a su hija Elvia Cuéllar, quien se casa con Mario Chacón. Actualmente su hijo, Ignacio Chacón Cuéllar se encuentra al frente del negocio.
Bodega El Perote cuenta con una gran variedad de vinos y licores, como lo son: Sangre de Cristo, oporto de uva con nuez, jerez dulce (uva con esencia de nuez), Vermouth (vino digestivo), así como licores de melón y fresa, un Parrense blanco (aguardiente) brandy especial y reserva, sotol blanco y reposado, y licor de manzana.
De manera reciente lanzaron al mercado el Barón de Parras (vino tinto semiseco) y Alexander (vino seco).
Indicó Rivera Reyes que la producción a base de uva es local para elaborar vinos tintos y brandy, en tanto el sotol y licor son cien por ciento de agave y se trae de otras regiones del país.
VENTA EN TIENDAS DE AUTOSERVICIO
Contrario a lo hecho por otros negocios familiares, Bodega El Perote decidió no sólo vender su producción a nivel local, sino que se abrió a las tiendas de autoservicio como Soriana, HEB y Sam's para comercializar buena parte de sus productos.
Aunque dijo desconocer las cifras de producción y venta, la encargada mencionó que se utiliza la producción de viñedos propios, pero también se compra a otras familias de requerirlo los pedidos.
En cuanto al proceso de producción, confesó Rivera Reyes que la molienda de la uva es manual, utilizando un equipo para ello, se coloca en barricas y se guarda en tanques de acero inoxidable.
Los vinos jóvenes que se producen en la Bodega El Perote han tenido buena aceptación entre los visitantes, por lo que el 60 por ciento de la producción se vende directo a los turistas y el resto vía tiendas de autoservicio.