En un principio Vanessa Calzada no estaba muy contenta con su sobrenombre “La bujía”, pero con el paso del tiempo se dio cuenta que con una sola chispa de su coquetería natural podía encender los más electrizantes piropos y es que menciona, ella en lo particular, tiene esa descarga de alegría, que no pasa desapercibida ni siquiera en la fiesta.
Vanessa es la celebridad de portada de la revista Playboy México y también es el atractivo visual, el complemento de ensueño dentro del equipo del programa Tunéame la nave.
“La verdad llegué al programa sin saber muchas cosas de lo que era tunear un vehículo y ahora soy toda una experta... bueno, no tanto, pero ya me defiendo en muchos temas del cambio de imagen”.
—La bujía da la chispa de la vida al motor, ¿te consideras así dentro del programa?
—No es por presumir, pero soy bastante alegre y explosiva, siempre voy a tratar de estar feliz y eso se nota en el programa”.
“Las personas que están inmersas en el tuneado de un automóvil buscan mucho la belleza o la imperfección de la línea automotriz, en tu caso, ¿te gusta tu fisonomía?”, se le pregunta.
“Yo creo que las mujeres siempre buscamos algo para no mantenernos contentas, alguna imperfección. En mi caso, sabía que me faltaba un poco de busto, por eso me puse un poco de busto.
Vanessa menciona, al estar en un programa cercano a los vehículos y empieza a ser fuente de inspiración de muchas mujeres. “Una vez se me acercó una señora con mucha decisión y me dijo: si tú pudiste hacerlo (el aprender de carros) yo también lo puedo hacer”.
