Reconocimiento. Ayer fueron condecorados 76 elementos de la Policía Municipal de Torreón.
La oficial Pérez sabe que ahora los policías de Torreón, son conocidos a nivel nacional e internacional, aunque no como quisieran. Sin embargo, está convencida que gracias a su trabajo "los ciudadanos no han caído de rodillas ante la delincuencia".
Acaba de cumplir 20 años en la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM), y ha sido testigo de cómo Torreón dejó de ser una ciudad tranquila. Aún recuerda cuando las personas podían caminar por las calles hasta altas horas de la noche sin ningún peligro.
En la celebración del Día del Policía, la oficial Pérez recibió la medalla al Mérito Policial, destinada a los elementos que realizan actos de relevancia excepcional y que se distinguen por su profesionalismo, entrega y compromiso.
Un total de 76 agentes de la DSPM fueron condecorados ayer por su trayectoria, valor y entrega en el desempeño al servicio de la ciudadanía.
"A pesar de la situación no hemos desfallecido y estamos de pie, no nos hemos hincado ante la delincuencia. Nunca nos acabamos de acostumbrar a la violencia, y los policías debemos salir adelante implementando nuevas estrategias".
Para cambiar la ciudad, dice, los padres de familia deben prestar mayor atención a sus hijos y fomentarles valores. "Sabíamos que en México había ciudades violentas, eso no fue una sorpresa, pero sí fue sorpresa que fuera precisamente Torreón".
Aún recuerda cuando en Torreón se podía caminar sin miedo por las calles hasta altas horas de la noche, "nadie estaba preparado para algo así, pero poco a poco hemos salido adelante con mayor capacitación y mejor armamento".
Antes, las mujeres policías ni siquiera portaban armas, menos un chaleco antibalas, pero ahora trabajan en igualdad de condiciones, incluso participan en la persecución de delincuentes en medio de una balacera.
A pesar de la muerte de muchos de sus compañeros, jamás ha pensando en renunciar, "me gusta mi trabajo y traigo la camiseta bien puesta aunque muchas veces tengamos miedo, incluso nuestras familias".
La oficial Pérez tiene tres hijos y todos los días le pide a Dios volverlos a ver cuando se va a trabajar.
Sabe que muchos policías trabajaron para los delincuentes y fueron despedidos, pero dice que así como en las familias todos los hijos son diferentes, también sucede en las corporaciones.
"Es complicado, pero la dignidad de un ser humano está sobre todas las cosas, las evaluaciones que nos hacen son muy buenas porque dan pauta a que la ciudadanía siga confiando en nosotros".
Por eso, cuando se presenta una balacera, lo primero es poner a salvo a la ciudadanía, "sí hay cinco segundos en los que no pensamos en nada, pero siempre implementamos las estrategias para evitar personas lastimadas".