Científicos llegaron a esta conclusión luego de estudiar el fenómeno
El meteorito que cayó en febrero en la ciudad rusa de Chelyabinsk tuvo repercusiones. Un temblor de 3,6 grados Richter se produjo a 4 mil 100 kilómetros de distancia, debido a las vibraciones del impacto.
Científicos suizos, chinos, italianos, alemanes y españoles llegaron a esta conclusión luego de estudiar el fenómeno.
Esta es la segunda vez que se registra un temblor producto de la caída de un meteoro: En 1908 la consecuencia fue un sismo de magnitud 5 en Siberia. Actualmente los científicos estudian los fragmentos del temblor.