
Estar solo, ¿un trastorno?
La soledad, más que un sentimiento y una razón de aislamiento, es un nuevo detonante para un sinfín de enfermedades, a tal grado que puede llegar a convertirse en una sentencia de muerte.
Pensar en la soledad puede llevarnos a imaginar a una persona deprimida, triste y sin ánimos de seguir adelante, sin embargo, este sentimiento puede ocasionar daños graves en la salud, al grado de llevar a la muerte a quienes se enfrentan a esta sensación pese a encontrarse rodeados de personas.
Y es que, de acuerdo a los especialistas, quienes se enfrentan a la soledad pueden manifestar diversas enfermedades, que van desde una simple gripe hasta un infarto o la invasión de un cáncer.
En los últimos años, se ha demostrado que la sensación de soledad es más perjudicial que la soledad misma, según explica la psicóloga María del Rosario Aldaba González. La especialista indica que la soledad no es más que un estado emocional en el que la persona experimenta un poderoso sentimiento de vacío y aislamiento; sentimientos que no sólo son importantes indicadores del bienestar psicológico, sino que también forman parte de los factores «pronóstico», y que se encuentran relacionados con la salud y la longevidad funcional.
De acuerdo con la revista electrónica Medicina, Salud y Sociedad, existen seis sinónimos para la palabra soledad: abandono, aislamiento, alejamiento de un lugar, melancolía, pena y pesar. Aldaba González señala que la soledad es un hecho básico de la vida, y que es experimentado en algún momento por todos los seres humanos. En otras palabras, la soledad es una experiencia humana universal, consecuencia de la necesidad de pertenencia.
Por su parte, el psicólogo clínico José Antonio Miranda Hernández, señala que parte de los efectos biológicos de dicho sentimiento son la tristeza, cansancio, hipertensión arterial, fatiga, dolor de cabeza y migraña. Además, explica que las áreas que resultan más afectadas son el sistema nervioso central, el sistema respiratorio, circulatorio y el sistema inmunológico, lo cual provoca que se presenten una serie de padecimientos ante la falta de defensas del cuerpo, o bien, dando lugar a que las enfermedades se magnifiquen.
De acuerdo con el psicólogo, la persona que sufre la sensación de soledad, es quien decidirá, siempre de forma inconsciente, qué órgano o sistema se verá afectado. Todo depende de la personalidad de cada individuo.
OTRAS CONSECUENCIAS
Un nuevo estudio científico asegura que el sentimiento de soledad influye en los genes, baja las defensas y eleva el riesgo de sufrir enfermedades como cáncer, infartos e infecciones. Además, se ha demostrado el impacto biológico de la soledad, ya que interviene en los procesos internos más básicos del organismo, así como en la actividad misma de nuestros genes, de acuerdo con Steve Cole, miembro del Centro de Psiconeuroinmunología de la Universidad de California, autor de la investigación sobre los efectos del aislamiento social.
En ese sentido, la psicóloga Rosario Aldaba señala que el aislamiento social se define como la ausencia de relaciones sociales satisfactorias y un nivel bajo de participación en la vida comunitaria.
El aislamiento social está relacionado con la medida objetiva de tener interacciones mínimas con otros; mientras que el aislamiento emocional (o soledad), se relaciona con el sentimiento subjetivo de insatisfacción manteniendo un contacto social mínimo. Bajo esta premisa, la soledad sería el sentimiento subjetivo de falta o pérdida de compañía, mientras que el aislamiento se calificaría como la ausencia objetiva de contactos e interacciones entre las personas y la red social.
En conclusión, las personas que experimentan la soledad y aislamiento mantienen comportamientos sociales poco eficaces con factores emocionales muy bajos. En el plano afectivo, la soledad se relaciona con la ansiedad social, los sentimientos agresivos o de victimización y la depresión.
QUÉ LLEVA A LA SOLEDAD
¿Qué es lo que ocasiona que las personas lleguen a tal extremo? Miranda Hernández, explica que se debe a las altas exigencias de éxito que las personas establecen. Ello ocasiona que la autoestima se deteriore y que la persona se autocalifique como incapaz, inútil o ineficaz, lo que genera depresión y ansiedad, provocando que la persona se aísle y prefiera la soledad.
El psicólogo aclara que se trata de decisiones que la persona toma de manera inconsciente al no saber qué hacer con estos sentimientos, y sobre todo cómo manejar sus pérdidas. Además del fracaso, la partida de la pareja o de un ser querido, también son detonantes de esta problemática. Las reacciones dependen de la personalidad de los individuos, ya que pueden o no presentar los padecimientos ya mencionados.
De acuerdo a la investigación titulada “La soledad ¿un mal de nuestro tiempo?”, la situación de soledad puede ser «voluntaria» o «impuesta», y los efectos son clasificados como positivos o negativos. Para algunas personas, la soledad es positiva, aun cuando es impuesta, pues la consideran como un momento de reflexión e inspiración. En cambio, cuando se da debido a una situación impuesta no satisfactoria, desagradable o de la que no pueden escapar, la soledad es percibida como un conflicto.
Por ello, el sentimiento de soledad es un factor de riesgo para la salud, especialmente en el aspecto psicológico. Además, es un detonante para malestares del sueño, alcoholismo, la evolución de la enfermedad de Alzheimer, la obesidad, y en general, contribuyendo a crear una salud física pobre.
Las personas que viven este sentimiento, más que enfrentarlo, prefieren darle «la vuelta», refugiándose en el alcohol, el trabajo y otra serie de vicios, para tratar de aminorar la sensación de estar solos.
Sin embargo, otros especialistas en la materia señalan que la soledad puede tener causas sociales, personales, psicológicas, situacionales y espirituales. Por ejemplo, explican que debido a los rápidos cambios sociales las personas se van aislando, ocasionando el aumento de la soledad.
Por otra parte, con frecuencia la televisión profundiza la separación por el contenido de los programas que presenta, así como por los hábitos producidos en las personas que se sientan frente a ella, casi sin establecer comunicación entre ellas.
Las causas personales se dan por la necesidad de afecto, aceptación y de relacionarse socialmente. Estos requerimientos precisan ser satisfechos para lograr un desarrollo adecuado en la persona. Además, entre los factores psicológicos que mantienen a alguien aislado, está la baja autoestima, misma que perjudica su relación con otros. Por otro lado, también está la incapacidad para comunicarse que experimentan algunos individuos cuando no quieren o no saben cómo establecer vínculos.
Las causas de esta actitud son complejas, pero algunas veces se da porque las personas se sienten frustradas, contrariadas o resentidas debido a injusticias reales o imaginarias. Las personas se apartan y esto crea tanto soledad como infelicidad continuas, aunque también es cierto que existen muchas personas que se sienten solas a causa de sus miedos y construyen barreras para protegerse de otras personas. Generalmente, esto se hace por miedo a crear intimidad, dejarse conocer, experimentar rechazo o ser herido. Los especialistas coinciden en que el sentimiento de soledad puede ser enfrentado por personas de cualquier edad.
RECOMENDACIONES
Para evitar caer en la depresión, y con la intención de que la salud no se vea en riesgo al verse invadida por un sentimiento de soledad, el psicólogo José Antonio Miranda recomienda aprender a conocerse mejor y entender que la soledad es parte de la vida, y que por lo tanto se debe aprender a vivir con ella.
En otro punto, el portal “Salud y Medicinas” recomienda perder el miedo a mirar hacia adentro de nosotros, y afrontar la necesidad de saber cómo somos, además de reconocer nuestras ilusiones, ambiciones, limitaciones y miedos, al tiempo que se realiza una evaluación honesta de la autoimagen. Asimismo, es importante considerar que no hay nada qué perder y que el miedo al rechazo es un freno para entablar nuevos amores o amistades.
Ahora bien, otro aspecto a considerar es no caer en la actitud de víctima, pues siempre habrá personas que deseen conocer a los demás. Resulta fundamental no encerrarse en uno mismo, ya que esto puede generar un daño mayor. El psicólogo recomienda estar rodeados de personas con quiénes hablar e intimar, es decir, tener a quién querer.
Cuando la sensación de soledad es momentánea no forzosamente es mala, pues da pie a la creación de un espacio de reflexión para aprender a conocerse a fondo y encontrar una identidad. Pero si a pesar de todo no se encuentran fuerzas o tranquilidad para afrontar la sensación, se debe consultar a un psicólogo o psiquiatra, a fin de recibir algún tratamiento o apoyo, que permita a la persona mantener una excelente salud y relaciones sociales.
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