
El mariscal de los 49's, Colin Kaepernick, nunca dudó en llegar a la NFL. (AP)
Se despierta, se quita el peso de los fantasmas de ayer. Enciende la televisión, ve un programa en el que lo critican. Lee el periódico: una nota en la que lo comparan con los presos de San Quentin, en California, debido a sus tatuajes. Al prender la radio escucha en una transmisión: "Dudo que sea el nuevo líder de los 49ers". Colin Kaepernick no les hace caso. Se para frente al espejo, la tinta impregnada eternamente en su pecho lo dice todo: "Contra todas las apuestas".
A pesar de las adversidades, su destino era ser un triunfador. Hoy es el quarterback titular de San Francisco; estableció la marca de más yardas por carrera (181) en un partido para un pasador de la NFL la semana pasada (en su debut en playoffs), y está a una victoria de llevar a los 49ers a su primer Super Bowl desde 1994.
Cuando Colin nació, el 3 de noviembre de 1987 en Milwaukee, su madre biológica, Heidi Russo, entonces de 19 años, no podía mantenerlo ni cuidarlo. Lo entregó a una agencia de adopción. Cinco semanas después de su nacimiento, Colin fue adoptado por Rick y Teresa Kaepernick, y su vida comenzó.
Tras casarse y tener a su primer hijo, Kyle, en 1977, cuatro años después, los Kaepernick dieron la bienvenida a su hija Devon. La pareja deseaba a un pequeño más, pero una enfermedad congénita del corazón provocó que fallecieran sus pequeños Lance y Kent poco después de que nacieran.
Tuvieron asesoría médica y descubrieron que sus bebés podrían heredar esta deficiencia cardiaca. Desistieron. Cinco años después decidieron adoptar.
La agencia llamó a Rick y Teresa, les avisó que contaban con un bebé. Pocos días después, Colin llegó al hogar de los Kaepernick, quienes le brindaron todo su amor y protección. Cuando el pequeño cumplió seis años, escribió una carta en la que decía que cuando fuera grande sería el quarterback de los Empacadores de Green Bay (equipo favorito de sus padres) o de los 49ers.
Teresa le contó a Colin todo sobre su pasado y de Heidi Russo, quien le ha mandado correos electrónicos y comentarios por las redes sociales; sin embargo, el joven no quiere saber nada de ella.
Estudió en la preparatoria John H. Pitman, donde destacó en futbol americano, basquetbol y beisbol (de hecho, su recta superaba las 90 millas, algo sobresaliente para las ligas juveniles). Al ver esto, varios scouts se interesaron en el brazo de Kaepernick, pero rechazó entrar al Draft 2006 del beisbol de Grandes Ligas; a pesar de ello, los Cachorros de Chicago, en 2009 (cuando Colin era el quarterback de la Universidad de Nevada) lo eligieron en la ronda 43. Él se negó.
Kaepernick sólo deseaba jugar football y lo consiguió. Nevada fue la universidad que le ofreció una beca completa, luego de que el coach del Wolf Pack, Chris Ault, se interesara en el espigado y atlético joven. En 2006 no jugó, pero en 2007 se lesionó el pasador titular, Nick Graziano, y Colin tomó la alternativa.
Su carrera colegial fue brillante. Es el único quarterback en la historia de la División I de la NCAA en lanzar más de 10 mil yardas y correr para más de 4 mil. Los 49ers lo eligieron con la selección 36 del Draft 2011. Se apoderó de la titularidad, luego de que Alex Smith sufriera una conmoción a la mitad de la campaña 2012.
El coach Jim Harbaugh apostó por Kaepernick y los jugadores de los 49ers aún lo celebran.
"Lo he dicho desde que comenzó a jugar: siempre ha tenido mucha confianza", dijo el centro Jonathan Goodwin. "Cuando ves a alguien jugar como quarterback en esta Liga, que es joven y tiene confianza, debes quitarte el sombrero".
Y también se ha ganado el respeto de sus colegas en otros equipos. "Es grande, fuerte, atlético, lanza el balón y corre extremadamente bien", dijo Aaron Rodgers, estelar quarterback de Green Bay.
Colin estira los brazos frente al espejo, contempla su pecho. Ser el quarterback de los 49ers de San Francisco era su destino... "contra todas las apuestas".