
Agugu tata
El lenguaje es algo natural y espontáneo en el ser humano, es lo más complicado y sofisticado que hay en el reino animal y se dice que es privativo de los seres humanos.
Los bebés, a través del oído, van poco a poco conociendo el lenguaje y aprenden a utilizarlo. Para ello, deben estar sanos en todas las áreas que comprenden el lenguaje, desde su corteza cerebral, el aparato fonoarticulador, el coeficiente intelectual, la audición, entre otras.
“El lenguaje se desarrolla escuchando, para hacer una estimulación podemos manejar al niño con cantos, cuentos o juegos, como el pin pon, las manitas, papas y papas, todo esto es una estimulación del desarrollo del lenguaje del niño tanto receptivo como expresivo”, explica Elizabeth Gutiérrez Contreras, médico en comunicación humana y audióloga foniatra en el Centro Regional de Rehabilitación Integral (CRRI) Torreón.
PRIMERAS PALABRAS
El desarrollo neuropsicológico, neuromotor y psicomotor deben ser precisos en cada etapa, señala la especialista. Es normal que un niño camine al año dos meses como máximo, que gatee a los 10 meses, en el lenguaje, el bebé se comunica desde que nace, primero a través del llanto.
Al mes de edad, debe tener sonrisas. A los cinco o seis meses, aparece el balbuceo, las carcajadas y debe tener respuesta con la mamá, por ejemplo, cuando ella le canta, el aplaude o tiene alguna otra reacción.
El bebé debe empezar a hablar a los 10 u 11 meses, con palabras como mamá, papá, teta, sopa. Cuando cumple un año, debe tener al menos tres o cuatro palabras. Al año y medio, debe tener 50, y a los dos años, ya debe decir de 200 a 300 palabras y comenzar a construir frases como “ía mamá, bebé cayó”, por “mira mamá, el bebé se cayó”.
A los tres años, el niño debe estructurar frases, tener artículos, conjunciones, y para los cuatro años, ya debe contar con un lenguaje completo con el que pueda expresar acciones, estados de ánimo, preocupación, comunicarse con amiguitos, etc. Si el lenguaje no está completo, el niño puede tener un problema.
“Lo que puede influir, definitivamente, es una enfermedad, una patología, hay muchas dentro del área del lenguaje, desde una parálisis cerebral infantil hasta los trastornos de inteligencia, porque esto va de la mano con el lenguaje, si el niño no tiene un coeficiente intelectual normal se va a retrasar su lenguaje”, señala la doctora.
¿Y SI NO HABLA?
El trastorno del espectro autista ha crecido en forma considerable. En la actualidad hay un niño por cada 70 que lo padece. Elizabeth Gutiérrez refiere que la gente acostumbra creer que sólo hay un tipo de autismo, el que ven en la televisión, del niño que está en un rincón, sin entablar contacto visual, que se balancea, aplaude y grita, pero éste es sólo el profundo y el espectro es muy amplio.
“Hay muchos autismos y los leves retrasan el desarrollo del lenguaje, generan conductas distintas de los otros niños y las personas no se dan cuenta que el niño tiene autismo, los llevan a una terapia de lenguaje para que les enseñen la R o las sílabas trabadas, cuando de fondo hay otro problema”, comenta.
De ahí la importancia de llevar a los niños con un especialista en lenguaje para que realice un diagnóstico adecuado. Hay casos donde los papás incluso operan a los niños de la lengua porque creen que tienen frenillo corto y no era necesario porque el retraso en el lenguaje tenía otras causas.
“Por lo general, el retraso en el desarrollo del lenguaje es por otras causas, y no son tan simples”, indica la audióloga foniatra, “no existe que porque está chipil, que porque es flojo, que porque es el más chiquito, que porque es el mayor, porque va a nacer un segundo hermanito y se puso celoso, eso no es cierto”.
SE VALE COMPARAR
El proceso del lenguaje lleva un orden. Hay letras que son sencillas para los bebés pero otras aparecen de manera tardía, como la S, L, R. Al final, deben madurar las sílabas trabadas. Lo que importa es la amplitud del lenguaje y la terminación de su desarrollo.
La médico en comunicación humana señala que los padres o los profesores pueden no tener conocimientos sobre desarrollo del lenguaje, por lo que aquí es válido hacer comparaciones, pues todos los niños deben seguir el mismo proceso.
Las terapias del lenguaje varían según el padecimiento que presenten los niños. Un niño con parálisis cerebral infantil requiere ejercicios de coordinación de aparato fonoarticulador, mientras que un niño con deficiencia mental tiene un coeficiente intelectual que no le permite tener conocimiento de lenguaje, por lo que requiere amplitud del lenguaje y razonamiento.
MEJOR DESDE PEQUEÑOS
Sin duda aprender un idioma es más sencillo siendo pequeños y aprender un segundo idioma también. La especialista explica que anteriormente había la creencia de que si el niño tenía un problema del lenguaje no debían aprender otro idioma, pero esto ha quedado atrás, pues hoy se sabe que los idiomas incluso están en otra parte de la corteza cerebral.
“Se le puede enseñar inglés, francés, italiano, desde que nace, no hay ningún problema, definitivamente será mucho más fácil que se familiarice con el idioma y lo aprenda”, indica Gutiérrez.