Una olla llena de agua se calienta para preparar café en el campamento de inmigrantes deportados desde EstadosUni- dos y que encuentran asilo a unos pasos de la frontera en Tijuana, México, donde viven unas 700 personas que esperan una nueva oportunidad.
Chiapas, Veracruz, Tabasco y Oaxaca concentran la mayor parte de los delitos contra migrantes que registró en el primer semestre del año la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes.
En un estudio aplicado en siete albergues para migrantes y que fue presentado ayer, advierten que de 931 encuestados al menos la mitad fue víctima de robo, 1 de cada 3 sufrió extorsión, y 4 de cada 100, secuestro.
Los indocumentados responsabilizan a grupos de civiles de las actividades delictivas mientras que autoridades de incurrir en amenazas y tráfico de personas.
Durante la presentación del informe "Narrativas de la Transmigración centroamericana en su paso por México", el padre Alejandro Solalinde sostuvo que el cruce por México se ha convertido para los migrantes en un "holocausto", pues quedan atrapados entre el crimen organizado y la política persecutoria del Estado.
Sostuvo que los agresores pertenecen principalmente a grupos delictivos centroamericanos.
No obstante, dijo, también operan los cárteles del Golfo y los Zetas que están en colusión con las autoridades y políticos.
"Digan si no es un 'holocausto' más de 10 mil desaparecidos, y esta cifra es muy baja de lo que realmente es, (porque) no han sido todavía aclarados.
"Cuántas mujeres no han sido violadas, no han sido tratadas y cuántas personas no sabemos nada de ellas. Si todo esto no es un 'holocausto', yo no sé entonces qué sea", reprochó.
ASILO EN TIJUANA
Una olla llena de agua se calienta para preparar café en el campamento de inmigrantes deportados desde Estados Unidos y que encuentran asilo a unos pasos de la frontera en Tijuana, México, donde viven unas 700 personas que esperan una nueva oportunidad. El campamento, ubicado en la Plaza Constitución de Tijuana, fue instalado por una organización civil ante la necesidad de un espacio para hospedar a inmigrantes, quienes ahora, buscan alternativas de trabajo en una ciudad que en su mayoría desconocen. Javier Reyes, coordinador del grupo Ángeles Sin Fronteras, encargado del lugar, señaló que muchos "ya se han ido al no ver ayuda moral por parte de las autoridades". Señaló que desde que se abrió el campamento hace cinco meses han sobrevivido gracias a donaciones de alimentos, cobijas y ropa para estas personas, en su inmensa mayoría mexicanos que cruzaron la frontera buscando un futuro mejor. "La gente que se queda más tiempo es porque la familia está aquí cerca, en California", mencionó Reyes. "Es fácil que sus parientes vengan aquí a visitarlos un fin de semana".
