A 20 años de su muerte, el estadounidense César Estrada Chávez es recordado como un defensor de los derechos del trabajador agrícola, razón por la cual de manera anual es evocado con un reconocimiento que lleva su nombre.
La ceremonia, realizada hace unos días en Providencia, Estados Unidos, estuvo encabezada por el presidente del Comité “César Estrada Chávez”, de Rhode Island, Julio César Aragón, quien recordó al luchador social como “un gran hombre, orgullosamente latino, que buscó hacer un cambio sobre la base de una filosofía y un movimiento a favor de los que no tenían voz”.
César Estrada Chávez vino al mundo el 31 de marzo de 1927, cerca de Yuma, Arizona, Estados Unidos, en el seno de una familia de origen mexicano, cuyos miembros se encargaban de trabajos agrícolas.
De acuerdo con la biografía del luchador social publicada en el portal en Internet “biografiasyvidas.com”, desde pequeño apoyó a la familia en las labores del campo y acudió poco a la escuela, la cual abandonó antes de finalizar la enseñanza obligatoria.
Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), César Chávez se enroló en la Marina estadounidense y luego de dos años de servicio regresó a Arizona, donde nuevamente se dedicó al campo.
En 1952 entró a trabajar como educador en la Organización de Servicios a la Comunidad (OSC), grupo dedicado a la autoayuda que pertenecía a la Fundación Áreas Industriales del filántropo Saul Alinsky (1909-1972).
Cuatro años más tarde, en 1958, fue nombrado director general de la OSC , puesto al que renunció en 1962 para convocar la creación de un sindicato agrícola que luchara por los derechos laborales de la población chicana.
Bajo el nombre Asociación Nacional de Trabajadores Agrícolas (NFWA), creó el sindicato que en 1966 pasó a denominarse Comité Organizador Unido de los Trabajadores Agrícolas y finalmente en 1971 adoptó el nombre de Unidad de los Trabajadores Agrícolas de América (UFW).
Como presidente de este sindicato, en 1968, César Chávez obtuvo una importante relevancia pública cuando inició un boicot de ámbito nacional contra los productores de uva de mesa de California, con el fin de conseguir un convenio más justo para los vendimiadores temporales.
Chávez consiguió un apoyo generalizado en todo el país y forzó a los productores de uva a negociar con la UFW. No obstante, a fines de la década de 1960, la UFW creció aceleradamente y la Hermandad Internacional de Camioneros se introdujo en el sector agrícola del suroeste, dividiendo la afiliación de esos trabajadores.
A principios de 1970, las luchas sindicales continuaron y consiguieron el reconocimiento de los derechos laborales de los trabajadores agrícolas emigrantes y en 1977 ambas organizaciones llegaron a un acuerdo de concordia, que reconoció a la UFW el derecho exclusivo de afiliación entre los trabajadores agrícolas.
Sin embargo, las divisiones internas mermaron la capacidad de actuación del sindicato de Chávez, quien controlaba la organización de forma autoritaria, lo que causó la defección de muchos de sus más cercanos colaboradores, algunos de los cuales le acusaron de dar un trato de favor a sus familiares dentro del sindicato.
El líder sindical comenzó a interesarse por la medicina holística, el vegetarianismo, la sanación por la fe y otras creencias esotéricas, las cuales trató de imponer a sus colaboradores en la UFW.
La afiliación al sindicato decayó rápidamente en los años 80 del siglo pasado, convirtiéndose en una organización minoritaria entre los vendimiadores de California, cuyo líder, César Estrada Chávez, murió 23 el abril de 1993.