
Actualmente, la empresaria argentina participa en proyectos que buscan desarrollar el interés de los jóvenes por el deporte y, al igual que estrellas como Emanuel Ginóbili y Guillermo Vilas, apadrina escuelas deportivas en Mar del Plata. EL UNIVERSAL
Considerada la mejor tenista sudamericana de la historia, Gabriela Sabatini es una muestra de que la belleza, el talento y la inteligencia no están peleados.
Gabriela Beatriz Sabatini nació el 16 de mayo de 1970 en Buenos Aires, Argentina. Su gusto por el deporte blanco se despertó desde que era una niña y fue a los seis años cuando comenzó a jugar en el Club Atlético River Plate.
Cuando tenía 12 años ganó el Mundialito Infantil en Caracas, Venezuela, y a los 14, se convirtió en campeona mundial juvenil en singles y dobles, con lo cual demostraría que su talento sobre la cancha iría más allá de un solo golpe de suerte.
A nivel profesional, la carrera deportiva de Sabatini inició cuando era una adolescente y con 15 años cumplidos, se convirtió en la tenista más joven que hasta entonces había disputado una semifinal en el Roland Garros, uno de los cuatro torneos que conforman el Gran Slam. Ese mismo año, obtuvo su primer trofeo en Tokyo, Japón, cuando venció a la norteamericana Linda Gates por 6-3 y 6-4.
A pesar de su derrota frente a Steffi Graf en los juegos olímpicos de Seúl 88, Gabriela Sabatini obtuvo la medalla de plata que les supo a oro a los argentinos, quienes no ganaban una presea plateada desde 1972.
Uno de los mayores logros de la tenista argentina lo consiguió el 8 de septiembre de 1990 cuando se impuso a la alemana Steffi Graf en el US Open por 6-2 y 7-6. Ese día obtuvo el primer y único Grand Slam de su carrera en el estadio Louis Armstrong de Flushing Meadows.
Con apenas 26 años de edad, se retiró de las canchas en 1996 cuando había bajado considerablemente su rendimiento y había dejado de situarse dentro de las 10 mejores del mundo (al momento de su retiro se ubicaba en la posición número 60).
El éxito después del retiro
La belleza de Gabriela Sabatini, acompañada de su estatura (1.75 m), le han valido para aparecer en la portada de revistas como “Maxim”, y ser la imagen de su propia línea de perfumes.
La propuesta de crear una marca que llevara el nombre de la tenista argentina se dio tres años después de su retiro. Sabatini aceptó el proyecto con la única condición de participar de lleno en el proceso de selección de aromas.
A partir de ese momento, su carrera dio un vuelco y se convirtió en una empresaria exitosa que tiene alrededor de 15 líneas en el mercado de la perfumería.
Actualmente, la empresaria argentina participa en proyectos que buscan desarrollar el interés de los jóvenes por el deporte y, al igual que estrellas como Emanuel Ginóbili y Guillermo Vilas, apadrina escuelas deportivas en Mar del Plata.