Dicen que renovarse o morir es la premisa de la vida y eso puede aplicarse al sector de la exhibición de cine en México: Cinemex compró a Lumiere; se crean en colonias del DF salas exclusivas y la cadena Cinepolis anuncia que todas sus complejos, en 2013, serán por completo digitales. (El Universal)
Las salas 4DX son punta de lanza para las cadenas exhibidoras, en especial Cinépolis, que ya cuenta con 11 en el país, buscando incrementar el número en los siguientes meses.
Dicha tecnología permite que el espectador perciba olores o cosas físicas como lluvia, en películas como Piratas del Caribe, navegando en aguas misteriosas o la más reciente entrega de los héroes metálicos de Transformers.
“Es cara, pero es un camino que el público ha aceptado bien”, dice Alejandro Ramírez, director de la cadena.
“Yo mismo quise ir a ver Los vengadores y no pude, porque no había lugares”, recuerda bromista el ejecutivo.
Para que una sala sobreviva, requiere que el público asista a ver las películas que se programan.
La ganancia es cuando viene el consumo en dulcería.
Así lo demuestra Cine Morelos, que acaba de abrir, tras año y medio de estar detenido por diversas cuestiones.
Su mandamás Miguel Ángel Mendoza, detalla:
“Abrimos de nueva cuenta en marzo y vamos bien, tenemos capacidad para 568 personas. Lo que vemos es que para ser sustentables, se deben lograr 500 mil pesos de ingresos al año. Por el momento no tenemos planes de abrir más cines, pero sí hacer una Cineteca, para que el público vaya”.
Cine Morelos se viene a sumar las salas, fuera de las grandes cadenas exhibidoras que dominan la rama, que buscan participar de la rebanada de la exhibición en México.
Donde no hay cine
Y es que sabe que aunque hay más de 5 mil salas en territorio nacional, hay sitios a donde no llegan Cinemex, Cinépolis o Cinemark.
También se dio cuenta de ello Cinemagic, compañía que ha llegado a ocupar lugares como Huehuetoca en el Estado de México e Ixmiquilpan.
Su mercado es ocupar ciudades que no pasen los 600 mil habitantes.
Y el cineasta Alfonso Arau (Como agua para chocolate) está por arrancar con el proyecto exhibidor Cinelux.
Con ella se pretende contar con 3 mil salas en cinco años. La primera estará en Teoloyucan, Estado de México.
Sus cines operarán a través de franquicias: una persona pone el terreno y un millón de pesos y lo faltante es por crédito de la Secretaria de Economía del Gobierno Federal.
“Es el pueblo comprando sus cines. Pero además habrá en ese lugar internet, café, lugar de conciertos, para teatro, a bajo costo, es un proyecto integral cien por ciento”, comenta Arau.
En los ochentas, COTSA era la encargada de mantener los cines mexicanos, que aunque en mal estado, tenían asistencia a sus instalaciones.
La llegada en los noventa de Cinemex y la consolidación de Organización Ramírez, fue el derrotero que se tomó a fines del siglo pasado y que ha transformado a la exhibición.
Cambio de día
Siempre buscando nuevas opciones, ahora se pretende, también, cambiar la fecha de estrenos semanales, de viernes a jueves.
“Es complicado, hay que ponerse de acuerdo muchos para ello”, expresa Alejandro Ramírez, presidente de la Cámara Nacional de Industria Cinematográfica y del Videograma.
Revela que pronto Cinépolis, de la que es director, hará un programa piloto en cuatro ciudades de la República Mexicana, para una evaluación.
“Y tomar una decisión a partir de ahí”, apunta.
