
la revisión de las glándulas mamarias debe ser de por vida, una vez que la mujer inicia su vida sexual activa, y ésta debe llevarse a cabo cada mes. INTERNET
La exploración mamaria debe ser una práctica regular en la vida de toda mujer sin interrumpirse ni siquiera durante el embarazo o en etapas como la menopausia y la postmenopausia, advirtió la experta Magaly De Anda González.
La coordinadora de Salud Reproductiva del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco afirmó que prácticamente la revisión de las glándulas mamarias debe ser de por vida, una vez que la mujer inicia su vida sexual activa, y ésta debe llevarse a cabo cada mes.
La especialista recomendó que en mujeres en edades productivas es importante llevar a cabo la autoexploración mamaria al concluir el periodo menstrual.
Indicó que mediante el tacto de las glándulas mamarias, la mujer puede percibir cualquier anomalía en sus senos aunque anualmente es indispensable que acuda a su unidad de medicina familiar para realizarse una mastografía si es que rebasa los 50 años de edad.
La mujer puede autoexplorarse realizando movimientos circulares con las yemas de los dedos desde el pezón hacia afuera abarcando los cuatro cuadrantes de la mama. La superficie del seno debe percibirse lisa no con una consistencia plana sino acojinada debido al tejido graso que conforma a la glándula mamaria.
La revisión debe abarcar, además, el hueco axilar y el espacio supraclavicular en donde suelen formarse ganglios que podrían sugerir la presencia de alguna irregularidad, dijo.
Si en esta práctica se detecta alguna irregularidad como una bolita por más pequeña que sea, es necesario acudir a revisión médica de inmediato. Al tacto, explicó la especialista es posible percatarse de alguna anomalía de hasta 0.5 centímetros.
Además de tocar el seno, es necesario también presionar con el dedo índice y pulgar el pezón para observar si no existe descarga de líquido. Si una mujer no está lactando ni ingiriendo medicamentos resulta anormal la presencia de residuos de leche que pudieran indicar que la prolactina se encuentra elevada, precisó.
Como parte de la exploración mamaria es necesario colocarse frente al espejo con las manos levantadas en sentido horizontal para observar si existe algún cambio en el tamaño (si hay asimetría muy marcada, es decir un seno más grande que otro), en el color, o en la consistencia.
A través de la autoexploración mamaria, la mujer no sólo puede detectar algún indicio de tumoración maligna, sino además de tipo benigno como la enfermedad fibroquística que se caracteriza por sentir muchas bolitas acumuladas en la mama y generalmente dolor o punzadas, o bien los fibroadenomas en donde se aprecia un nódulo único generalmente no doloroso.
alignas incluso antes de ser palpadas.