
Una expedición nazi obtuvo esta reliquía del Tíbet, la cual pesa 10.6 kilogramos y proviene de un meteorito que chocó contra la Tierra hace 15 mil años.
Una antigua estatua budista que fue traída del Tíbet por una expedición nazi a Alemania poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial fue tallada en un meteorito que se estrelló contra la Tierra hace miles de años.
Aunque suena a trama de una película de Indiana Jones, parece no ser fantasía, según expertos europeos que difundieron sus investigaciones en la edición de este mes de la revista Meteoritics and Planetary Science.
Elmar Buchner, de la Universidad de Stuttgart, dijo el jueves que la expedición Schaefer trajo la estatua a Alemania. La expedición, financiada por los nazis, había viajado en 1938 al Tíbet en parte para buscar pistas sobre el origen de la raza aria, base de la ideología racista de los nazis.
La existencia de la pieza se conoció apenas en 2007 al fallecimiento de su propietario y su venta en subasta, dijo Buchner. La estatua pesa 10,6 kilogramos y se le conoce como "el hombre de hierro".
Investigadores alemanes y austriacos consiguieron permiso del nuevo dueño, cuyo nombre es mantenido en secreto, para que efectuaran un análisis químico a la estatua que mostró que ésta proviene del meteorito Chinga que se estrelló hace unos 15mil años en una zona de lo que hoy es la frontera entre Rusia y Mongolia.
El meteorito fue descubierto oficialmente en 1913, aunque Buchner indicó que la estatua podría tener 1 mil años de antigüedad y representa a un dios budista llamado Vaisravana.
Los nazis quizá se sintieron atraídos por una cruz gamada orientada hacia la izquierda que la estatua tiene en el frente.
La cruz gamada ha sido utilizada por diversas culturas en distintas épocas, pero los nazis intentaron apropiársela como símbolo de su ideología: en su versión está orientada hacia la derecha en su bandera roja con blanco.