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EL NOTABLE PALACIO FEDERAL DE TORREÓN

DR. SERGIO ANTONIO CORONA PÁEZ

Uno de los grandes monumentos de época y de estilo que posee Torreón es el "Palacio Federal", edificio de una hectárea situado entre las avenidas Juárez y Morelos, y entre las calles Ramón Corona y Galeana, en el primer cuadro de la ciudad.

El Palacio Federal de esta ciudad de Torreón fue inaugurado por el presidente de la República, general Manuel Ávila Camacho, el 5 de octubre de 1946, con un banquete de mil cubiertos. De acuerdo a la información proporcionada por el arquitecto Francisco Gutiérrez Prieto, uno de los responsables de su construcción, las gestiones necesarias para la construcción del inmueble las hicieron las cámaras de Torreón ante la Secretaría de Hacienda.

Estas gestiones contaron con los buenos oficios del senador por Coahuila, Martínez Chavarría, quien finalmente logró del presidente, la autorización para construir el Palacio Federal. Éste fue diseñado por el conocido arquitecto Luis Prieto y Souza (ampliamente conocido en Guadalajara por su obra) con la colaboración del ingeniero Abel Valadez.

La Secretaría de Bienes Nacionales sujetó a concurso el proyecto, y convocó a los ingenieros y contratistas para formular presupuestos. Concursaron las principales firmas de México y de los estados. El Secretario de Hacienda otorgó el contrato a los concursantes que presentaron el presupuesto más bajo, dentro de las especificaciones -continúa informando Gutiérrez Prieto-.

Los trabajos comenzaron los trabajos en marzo de 1944, con la excavación para los sótanos del edificio, de 15 mil metros cúbicos. Luego se cimentó perimetralmente, se construyó un muro de contención de tierras, y se procedió a levantar la estructura de concreto armado, unida desde los cimientos hasta la última losa.

En este trabajo se usaron materiales como el hierro, en su mayoría estadounidense, cemento Monterrey, piedra triturada graduada, arena del río Nazas perfectamente lavada para eliminar las materias orgánicas.

El edificio contaba de sótanos, tres pisos principales y otro adicional en la azotea. En la planta baja estarían alojados el Correo, Telégrafo, Oficina Federal de Hacienda, Junta Federal de Conciliación, Comisión de Caminos.

En los sótanos estarían alojados el Departamento de Pesas y Medidas, la Delegación de Tránsito y Policía de Caminos, el Arbitraje del Algodón, archivos de Educación y cuarto de electricidad.

En el segundo piso estarían las Agencias del Ministerio Público Federal, el Juzgado de Distrito, el Sistema de Riego, la Comisión del Nazas con cuatro salones, y la Agencia de la Secretaría de Economía.

En el tercer piso estarían: la oficina del Arbitraje del Algodón, la Agencia de Minería, la Delegación Fitosanitaria, la Delegación Forestal y de Caza, el Departamento de Salubridad Pública, la Delegación Agraria y la Delegación de Educación Federal.

Los tres departamentos que componían el piso adicional en la azotea, serían destinados para habitación del administrador de Correos, y el de Telégrafos e Intendente de Palacio, respectivamente.

Sobre las avenidas, en los extremos de éstas, se colocarían cuatro grupos escultóricos, uno en cada esquina, y serían el complemento de la construcción. Éstos tendrían tres metros y medio de altura, y se colocarían sobre bases de tres metros de altura. Según el arquitecto Gutiérrez Prieto, los grupos escultóricos representarían sucesivamente la "agricultura", el "estudio", el "arte" y la "ciencia". La verdad es que, al final, los temas de los grupos escultóricos lo fueron la "agricultura", la "industria", la "educación" y el "deporte".

Estos grupos escultóricos fueron realizados por un escultor de renombre, cuyo apellido no he podido localizar, al menos, no todavía. Pero sabemos que fue grabador de la Casa de Moneda en España, que realizó un "Desnudo de mujer" en bronce, el grupo "Viento y la nube" en mármol; "Desnudo de niño con una paloma" de bronce; un "Torso de mujer" en tecali, y otras obras.

¿Cómo definir el estilo arquitectónico del Palacio Federal de Torreón? Podría decirse que es de estilo ecléctico, cuando ya el Decó era en sí mismo un estilo ecléctico. Pero este edificio, que serviría para albergar las oficinas de carácter nacional, pareciera estar influido por el espíritu de los estados fuertes nacionales, ciertos estados de Europa, principalmente Alemania y Rusia. Hay ciertas características ideológicas en esa arquitectura, como la exaltación de la primacía del Estado sobre la localidad y el individuo; la representación tridimensional de la fortaleza, la armonía y solidez de dicho Estado, el imperio de la razón sobre el sentimiento, la ruptura con la historia individual, para glorificar los valores del Estado, como en este caso, la educación, la producción agrícola, la producción industrial y el "mejoramiento de la raza" a través del deporte. Estos grupos escultóricos representan conceptos, valores, metas nacionales, no individuos ni gestas históricas.

Quizá un buen ejemplo que serviría un poco de comparación, sería la "Zeppelintribüne" de Núremberg, en la Alemania Nazi.

En la época en que fue diseñado y construido el Palacio Federal de Torreón, en México se imponía el impulso del presidente Manuel Ávila Camacho hacia el capitalismo y la industrialización exigida por la alianza estratégica con los Estados Unidos y los mercados de la era bélica y de la posguerra. A la vez, se consolidaba el poder político y económico del partido de Estado. La producción agrícola e industrial era importante, tanto para México, como para su "aliado" en la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos.

Los valores y actividades programáticas del régimen al que le tocó vivir la Segunda Guerra Mundial con los Aliados, se encuentran plasmados en la arquitectura y en las ya mencionadas esculturas con las que están adornadas las esquinas del Palacio Federal.

Y para cambiar de tema, explicaré cómo una innovación puede cambiar la historia. La Revolución Mexicana, en sus diversas etapas, fue exitosa porque dispuso de una innovación que le permitió un rápido triunfo, al menos en lo que se refiere al derrocamiento de Porfirio Díaz: el ferrocarril. En efecto, los rápidos movimientos de tropas, artillería y caballada, fueron posibles gracias a la existencia, tanto de las locomotoras, como del tendido de vías férreas por poblaciones estratégicas, como Ciudad Juárez, Torreón o Zacatecas. La legendaria toma de Ciudad Juárez no hubiese existido sin el ferrocarril.

La ironía es que ese avance tecnológico, logrado por el régimen del general Díaz, fue el factor que permitió el triunfo en su contra.

En la actualidad, la llamada "Primavera Mexicana" surge gracias a la existencia de equipos móviles de telefonía y comunicación vía Internet, que hacen posible la transmisión de información a través de las redes sociales. La información circula a la velocidad de la luz, y permite la interacción y retroalimentación de miles, de millones de personas, jóvenes la mayoría. Aunque la mayoría de estos jóvenes del México actual no sean muy dados a leer los libros tradicionales en soporte de papel, sí se encuentran muy bien informados a través de redes sociales, noticiosas y de los líderes de opinión que las usan.

Esta nueva situación es una posibilidad que la famosa escuela de Frankfurt no consideró. Para aquellos académicos alemanes del primer tercio del Siglo XX, algunos poderosos medios de comunicación (radio, prensa) y ciertos grupos de poder, hacían causa común y conspiraban para defender intereses mutuos, creando deliberadamente y de manera planeada, una realidad mediática y ficticia con el objeto de mantener "feliz y tranquila" a la sociedad.

Aquellos académicos nunca pensaron que llegaría el día en que la tecnología haría posible una comunicación interpersonal, multitudinaria e instantánea, libre de los filtros de la radio y la prensa controladas, y con un enorme poder de convocatoria. Se trata de una alternativa tecnológica para la comunicación que ya ha demostrado su eficacia durante este año electoral. Y aunque no se trata de una "primavera" en el sentido político, pues México (afortunadamente) no es un país totalitario, sí se trata de un "amanecer" en el sentido crítico y social de los jóvenes. Creo que desde 1968, no se veía algo así. Su movimiento original "Yo soy 132" o "#132" se dirige contra la existencia de un duopolio mediático que ellos consideran lesiona o coarta la vida democrática del país. Buscan pues, mejorar las condiciones para un ejercicio democrático transparente y sin manipulaciones. A la vez, han manifestado que no buscan derrocar a un "tirano" (como sucedió en Praga en 1968, o recientemente en el Medio Oriente) ni tampoco acabar con una candidatura presidencial. Desean que se les hable con la verdad, sin artificios demagógicos ni retóricos.

Todos estos jóvenes son hijos de la crisis -no han conocido en toda su vida sino años de crisis económica mexicana- y desean que haya un cambio en las condiciones del juego del poder en México. El poder al servicio del pueblo, y no el pueblo al servicio del poder. En el fondo, es muy sencilla su postura.

Sin embargo, aún queda otro elemento en el tablero de las posibilidades políticas: ¿qué desea Estados Unidos en México para el próximo sexenio? O dicho de otro modo ¿A quién desea en la silla presidencial, y para qué? Por lo general, los mexicanos consideramos que nuestra política interior es solo nuestra. Pero la historia, esa maestra sabia y llena de experiencia, indica otra cosa. Aclaro que este texto es fruto de mi reflexión personal, y no representa ninguna otra voz que la mía propia, como Cronista que analiza un fenómeno social nacional previo a las elecciones.

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