Unos meteoritos cristalinos de color verde oliva se formaron cuando hierro y níquel entraron en contacto durante el choque de dos objetos estelares.
Los palasitos, unos cristales traslúcidos de color verde oliva y formados por hierro y níquel que llegaron del espacio, se formaron cuando un asteroide choco contra un pequeño cuerpo planetario, lo que provocó la peculiar combinación de los materiales que forman a estas joyas espaciales.
"El análisis de estos palasitos nos ayuda a redefinir de manera significativa nuestra comprensión de cómo estos objetos se formaron durante la historia temprana del Sistema Solar", Joshua Feinberg de la Universidad de Minesota.
Las características físicas de los palasitos hace suponer a los científicos que se formaron cuando el níquel y el hierro provenían del mismo origen, ya sea un núcleo de hierro o el manto rocoso de un asteroide o planeta, de acuerdo a un comunicado de la Universidad de Rochester.
La magnetización del material tiene una dirección común, lo que revela que los palasitos se crearon lejos del núcleo, lo que apoya la teoría de que se originaron por una colisión con un asteroide.
"El hierro fundido del núcleo del asteroide más pequeño penetró el manto del cuerpo más grande, dando lugar a las texturas que se logran observar en los palasitos", aclara Francis Nimmo, quien participó en el estudio.
Usando un láser de dióxido de carbono, científicos calentaron los granos del palasito hasta que perdiera su magnetización. Después fueron re-magnetizados mientras se medían los cambios que sucedían para determinar la fuerza del anterior campo magnético y las condiciones en que se crearon.
Así descubrieron que uno de los objetos de la colisión tenía un radio de 200 kilómetros, lo que podría ser considerado un protoplaneta. El estudio también ha aclarado cómo es que algunos objetos tienen actividad dinámica en el Universo.
