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Churubusco: un protagonista anónimo

CINE

Estudio Churubusco.

Estudio Churubusco.

Blanca Hernández

¿Sabe qué tienen en común las cintas El ángel exterminador (Luis Buñuel, 1962), Titanic (James Cameron, 1997) y El vengador del futuro (Total Recall, Paul Verhoeven, 1990)? Las tres utilizaron alguno de los servicios que ofrece la más grande casa cinematográfica de América Latina: los Estudios Churubusco.

NACE

En 1945 Emilio Azcárraga Vidaurreta, quien ya había creado su primera cadena de radiodifusoras y 10 años después fundaría Telesistema Mexicano (el gigante de las comunicaciones que se convertiría en Televisa), se asoció con la compañía estadounidense RKO (Radio-Keith-Orpheum) para establecer los Estudios Churubusco. De este modo, el empresario incursionó en la industria cinematográfica, que entre los años treinta y sesenta vivió un boom, lo cual impulsó la creación del complejo. No existe una fecha exacta que señale su arranque ya que por un conflicto sindical no se celebró una inauguración, sin embargo se considera como el día oficial de inicio de operaciones el 19 de septiembre, cuando se efectuó la primera reunión de accionistas.

El crecimiento de los estudios fue veloz. El cine mexicano se encontraba en la llamada ‘época de oro’ y debido a que recién concluía la Segunda Guerra Mundial, varias producciones norteamericanas viajaron a filmar a México.

La morena de mi copla (1945), de Fernando Rivero, fue la primera película rodada en su totalidad en Churubusco. Pero ya durante la construcción de las instalaciones, el cineasta estadounidense James A. Fitzpatrick utilizó dos foros para la realización de La canción de México (1944).

UN PERIODO DIFÍCIL

La historia de séptimo arte en México y la de los Estudios Churubusco van de la mano, ya que gran parte de la filmografía nacional ha sido producida o postproducida en sus instalaciones de la colonia Country Club, en la delegación Coyoacán del Distrito Federal. Por los pasillos del complejo han caminado grandes figuras de la pantalla grande azteca e internacional, sus calles han sido utilizadas en miles de filmaciones.

Sin embargo, a finales de la década de los cincuenta la industria cinematográfica entraba en crisis. La producción se concentraba en pocas personas y la sección de directores del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica casi cerró por completo la posibilidad de ver a nuevos directores. Los estudios de cine Tepeyac, Clasa Films y Azteca desaparecieron entre 1957 y 1958. Por si fuera poco en el 58 la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas descontinuó la entrega del premio Ariel a lo mejor del celuloide nacional, apenas instaurado en el 46. Esta fue una evidencia del declive. Cabe señalar que el organismo restableció el reconocimiento hasta 26 años después.

En 1956 el Banco Nacional Cinematográfico se hizo cargo de la administración de los Estudios Churubusco. Y en el 79 fueron cedidos a la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), de la Secretaría de Gobernación.

Para los años setenta las instalaciones eran un atractivo turístico; se podían visitar los escenarios que aparecían en las películas, había un pueblo vaquero, una alberca y un zoológico con animales.

En 1983 los Estudios Churubusco, únicos sobrevivientes a la debacle económica del cine, fueron alquilados para la realización de largometrajes extranjeros. El mismo año se estableció el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y el complejo pasó a formar parte del nuevo organismo. Desde 1988 el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Conaculta, regula tanto a los Churubusco como a Imcine y al Centro de Capacitación Cinematográfica.

Otro evento importante en su historia fue que en 1994 los estudios fueron remodelados a nivel arquitectónico y tecnológico, debido a la edificación del Centro Nacional de las Artes en sus terrenos.

OTRA ETAPA

En noviembre de 2008 José Luis García Agraz (director de Desiertos mares, 1995), presentó el relanzamiento de los Estudios Churubusco (entonces a su cargo), con el objetivo de volver rentable al complejo. Estrenaron logotipo, página web y destacó la certificación de calidad Imagecare que obtuvo su laboratorio fotoquímico por parte de la empresa Kodak. Sólo los mejores laboratorios del mundo en el proceso de revelado de negativo la ostentan, pues se consigue tras una exhaustiva revisión de los controles, documentación e historial del servicio.

Hoy los estudios albergan nueve foros, laboratorio de películas, de edición, de mezcla, de sonido, sala para doblaje, bodegas y oficinas en renta para los productores. En Latinoamérica son los que poseen la infraestructura más completa para la realización de filmes y el ya mencionado laboratorio es uno de los pocos en donde se pueden trabajar todo tipo de negativos y formatos.

Recientemente la institución adquirió una reveladora de positivo de alta velocidad, lo que triplica la capacidad de copiado: puede hacer hasta 60 copias de un largometraje diariamente. Se cuenta con un proyector digital que permite a los productores ver el material terminado en una pantalla de cine. En la sala de audio se mezclan audios para películas, televisión y comerciales nacionales e internacionales. Además poseen una serie de salas THX (nombre con el cual se designa a un sistema muy especializado de imagen y sonido) diseñadas bajo los estándares establecidos por Lucasfilm Limited, la célebre compañía de George Lucas.

El pasado septiembre Consuelo Sáizar, presidenta de Conaculta, anunció la construcción de un nuevo edificio que albergará equipo de vanguardia en los procesos de postproducción y digitalización. Como parte de la modernización se contempla la construcción de nuevas oficinas para directores, una cafetería y una plaza en donde se colocarán los nombres de los impulsores del celuloide nacional. En el proyecto se invertirá un total de 240 millones de pesos.

Actualmente en Churubusco se ruedan entre tres y cinco películas al año, pocas en comparación a las 122 que se rodaron en 1950, en pleno esplendor de la ‘época de oro’. Pero además los estudios son utilizados para la postproducción de filmes, grabación de comerciales, videos musicales, programas de concursos nacionales e internacionales y series de televisión como Capadocia, producción de la cadena HBO.

Asimismo en 2011 ingresaron al campo de la distribución cinematográfica con el largometraje Borrar de la memoria de Alfredo Gurrola. Según publicó El Universal el pasado septiembre, Manuel Gameros, actual director de los estudios, informó que ya tienen peticiones de decenas de cintas que desean ser distribuidas por ellos. Lo que queremos es apoyar al cine mexicano y apoyar a todas las películas en su salida comercial. Seremos una distribuidora enfocada al cine mexicano y a ayudar a que podamos terminar una película, indicó el ejecutivo.

En resumen, hablamos del ‘hogar’ de las máximas figuras de la gran pantalla nacional: actores, realizadores y cinefotógrafos como Cantinflas, Gabriel Figueroa, Pedro Infante, Emilio el Indio Fernández, Pedro Armendáriz, Jorge Negrete, María Félix, Tin Tan, Alfonso Arau, Arturo Ripstein, Carlos Carrera y Alejandro González Iñárritu. En otras palabras, en 67 años de operación los Estudios Churubusco se han convertido en la casa favorita del cine mexicano.

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PARA RECORDAR

Estas son algunas películas más célebres que se han apoyado en los servicios de los Estudios Churubusco:

-Allá en el Rancho Grande (1936), de Fernando de Fuentes

-Dos hombres y un destino (Butch Cassidy and the Sundance Kid, 1969), de George Roy Hill

-El apando (1975), de Felipe Cazals

-Los albañiles (1976), de Jorge Fons

-Dunas (Dune, 1984) de David Lynch

-Sólo con tu pareja (1991), de Alfonso Cuarón

-Perdita Durango (1997), de Alex de la Iglesia

-La ley de Herodes (1999), de Luis Estrada

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