Orgullosos estaban los padres del ahora campeón olímpico Oribe Peralta.
Don Miguel Ángel Peralta Ruelas estaba muy contento ayer porque su hijo Oribe Peralta consiguió la medalla de oro que le había prometido a la familia cuando fue a despedirse un día antes de concentrarse con la Selección Nacional para viajar a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
La familia Peralta Morones se reunió ayer desde temprana hora en la casa de doña Octavia de Morones, abuela materna del ahora campeón olímpico, para presenciar la gran final de México contra Brasil por la medalla de oro.
Padres, hermanos, primos, sobrinos y la abuela materna del goleador lagunero vivieron el partido con gran intensidad, todavía no estaban bien acomodados cuando a los 28 segundos de juego se cimbró la casa de doña Octavia con el grito de ¡gol! por la anotación tempranera conseguida por Oribe que encaminaba a México hacia la victoria de la gran final.
Los minutos transcurrieron entre la tensión y el deseo de que México consiguiera su segundo gol. Al minuto 74 todos se levantaron de sus asientos como impulsados por un resorte y con gran júbilo festejaron el segundo tanto de Oribe entre gritos y aplausos, la medalla de oro que les había prometido estaba cerca.
Al minuto 91 el silencio invadió la sala cuando el brasileño Hulk acortó distancias en el marcador, un minuto después hubo un suspiro profundo cuando Óscar remató de cabeza por encima del travesaño de José de Jesús Corona y la familia Peralta Morones estalló en júbilo cuando sonó el silbatazo final.
Doña Julieta Morones de Peralta rompió en llanto y con las palabras entrecortadas por la emoción del triunfo manifestó que estaba muy orgullosa de su hijo, pues nunca se imaginó que iba a llegar a tanto.
Doña Julieta dijo que había encomendado a Oribe a todos los santos para que lo ayudaran en la gran final.
Añadió que iban a recibir a Oribe con los brazos abiertos el día que regresara a Torreón, el martes o miércoles
Don Miguel se concretó a decir que Oribe le había cumplido y va a regresar a casa con la medalla de oro que le prometió antes de partir a Londres.
