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Adelgace con ayuda de su metabolismo

 Los especialistas apuntan al estudio del metabolismo, para encontrar las razones de porqué unas personas adelgazan fácilmente y no recuperan el peso perdido, mientras otras no.

Los especialistas apuntan al estudio del metabolismo, para encontrar las razones de porqué unas personas adelgazan fácilmente y no recuperan el peso perdido, mientras otras no.

EL UNIVERSAL

Tras probar todo tipo de dietas, algunas personas pierden interés en encontrar la figura soñada, pues pese a todos sus esfuerzos se disminuye el peso muy lentamente, se estanca el ritmo de reducción o tras finalizar el régimen, se retoma en corto tiempo todo lo perdido y en algunos casos hasta se ganan unos kilos más.

Los especialistas en endocrinología y nutrición, al concebir la obesidad como un trastorno crónico originado por diversas razones y no sólo por comer más de lo que se necesita, apuntan al estudio del metabolismo para encontrar las razones de por qué unas personas adelgazan fácilmente y no recuperan el peso perdido, mientras otras no.

Tal como argumenta la nutricionista ortomolecular Cala Cervera, diplomada por el Institute for Optimum Nutrition de Londres, autora de La nutrición ortomolecular y El método de la no dieta, "Si la ecuación de las calorías fuese tan simple, perder peso sería una tarea fácil. Si cada día dejamos de comer 200 calorías (lo equivalente a unos 25 g de grasa), cada año perderíamos unos 9 kilos, y al cabo de 7 u 8 años habríamos desaparecido. La razón por la que esto no ocurre es gracias al metabolismo".

¿Por qué sucede esto? Como mecanismo de supervivencia, el metabolismo puede ralentizarse hasta consumir la mínima cantidad de calorías para mantenerse con vida en períodos de hambruna; es decir, cuando usted somete su cuerpo a dietas hipocalóricas, el cuerpo activa una medida de emergencia como lo es "estirar" hasta el máximo el combustible que le queda y no perder la grasa que le garantiza la vida.

Por tanto, la idea cuando se inicia un régimen es combinarlo con acciones que ayuden a que el gasto metabólico diario, resultado del metabolismo basal (el que se requiere para mantener activas las funciones vitales en estado de reposo como respirar, latido cardiaco, funciones orgánicas, etcétera), junto al que se utiliza con las actividades diarias y el ejercicio, se mantenga a un buen ritmo. Cervera es enfática al explicarlo: "La eficiencia con la cual el metabolismo trabaja determina con qué facilidad ganamos o perdemos peso".

Varios aspectos son vitales al momento de poner al metabolismo a trabajar para usted.

Duerma plácidamente

Antes de iniciar cualquier régimen de adelgazamiento, haga todo lo que esté a su alcance para recuperar su ritmo de sueño si lo tiene alterado: convierta su dormitorio en un santuario de paz, retire el televisor e instrumentos de trabajo de él, provéase de cortinas que le garanticen la oscuridad adecuada, insonorice el espacio, cene al menos tres horas antes de irse a la cama, tome infusiones de hierbas que le induzcan al sueño y de ser preciso, visite a un especialista para que atienda su problema de sueño. ¿La razón? Varios especialistas han demostrado que estar despiertos cuando se debe dormir o no disfrutar de un sueño profundo induce a la obesidad.

Uno de los estudiosos en llegar a esta conclusión fue el doctor Christian Benedict, miembro del Departamento de Neuroendocrinología de la Universidad de Lübeck, Alemania y del Centro Interdisciplinario de Obesidad del Kantonsspital St Gallen en Suiza, quien en mayo 2011 publicó los resultados de un estudio dirigido por él en el American Journal of Clinical Nutrition, que incluyó el seguimiento a 14 estudiantes universitarios a quienes se les variaron las condiciones de sueño -se lo restringieron, no les permitieron dormir o les permitieron un sueño normal- y descubrieron que incluso una única noche de privación de descanso ralentizaba el metabolismo la mañana siguiente, reduciendo el gasto de energía para tareas como respirar y digerir de un 5 a un 20%, en comparación con la mañana después de una noche de descanso. Igualmente se elevaron sus niveles de azúcar en la sangre y de hormonas de regulación del apetito como la ghrelina y de hormonas del estrés, como el cortisol.

Resultados similares encontró el grupo de científicos liderados por Ilia Karatsore-osa de la Universidad Rockefeller de Nueva York, los cuales fueron publicados en la revista Pnas de la Academia de Ciencias Estadounidense en diciembre de 2010. Tras someter a ratones a perturbaciones del ritmo circadiano de tal forma de llevar el día a 20 horas de actividad, los animales se mostraron impulsivos, con una flexibilidad reducida, se les alteró la temperatura corporal y los niveles de hormonas relacionados con el metabolismo. Como resultado, aumentaron de peso en comparación con el grupo de control a pesar de recibir la misma dieta, lo que sugiere que alterar artificialmente la longitud de los días tiene un impacto importante en el cuerpo y el cerebro. Así que sí quiere adelgazar, vuélvase amigo de su almohada y dedique ocho horas al descanso nocturno.

No se salte ninguna comida

Si bien se repite hasta el cansancio que se debe desayunar para tener buena salud y mantener la figura, la cena es el "patito feo" de la obesidad. La recomendación es realizar de cinco a seis comidas diarias, de porciones pequeñas a moderadas y no saltarse ninguna, pues el ayuno a cualquier hora del día ralentiza el gasto calórico.

La primera comida del día debe ser de calidad y a tiempo: "Además de acelerar el metabolismo, el desayuno ayuda a bajar de peso al prevenir los ataques de ansiedad de la tarde. El desayuno ayuda a bajar de peso si ocurre menos de una hora después de levantarse. Desayunar dos horas después de despertar no sirve para bajar de peso porque se pierde el efecto del disminuir el apetito y de acelerar el metabolismo", explica el endocrinólogo Salomon Jakubowicz, autor de Ni una dieta más. Añade que un buen desayuno "para prevenir los ataques de ansiedad puede ser: una arepa con atún, más rebanadas de pavo y un vaso de leche descremada. A mis pacientes les digo: 'Si tienes hambre-ansiedad en la tarde es que desayunaste poco'".

A su vez, nutricionistas como Cala Cervera recomiendan privilegiar los alimentos con índice glucémico bajo y moderado en vez de alto, ya que la glucosa que los últimos contienen pasa muy rápido a la sangre y si existen reservas de ella, se convierte en grasa. Algunos alimentos con un IG alto son: azúcar, miel y glucosa, harina de arroz, fécula de maíz, pan sin gluten, cambur, melón, zanahoria cocida, galletas cracker, patilla, auyama, harina de maíz; con IG moderado: kiwi, mango, arroz integral, cebada integral, piña, coco, uvas verdes, frijoles, pan integral y con índice bajo: zumo de tomate, ajonjolí, caraotas negras, arroz salvaje, manzanas, yogur, zanahorias crudas, quesos, frutos secos, carnes rojas y blancas.

La fibra añadida o de alimentos integrales es conveniente, pues ralentiza la entrada de los carbohidratos a la sangre, se requiere un gasto calórico para procesarla, aporta sensación de llenura y además contribuye a un buen tránsito intestinal. Adelgazar no se trata solo de buena voluntad sino de escoger el camino acertado: ejercitarse, descansar bien y alimentarse sanamente.

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