
Arreola fue junto a personajes de las letras como Juan Rulfo, su paisano, miembro de la generación de escritores que transformó la literatura mexicana y la puso dentro del panorama mundial. INTERNET
Juan José Arreola nació en Zapotlán el Grande, actualmente Ciudad Guzmán, Jalisco, el 21 de septiembre de 1918.
Arreola fue junto a personajes de las letras como Juan Rulfo, su paisano, miembro de la generación de escritores que transformó la literatura mexicana y la puso dentro del panorama mundial.
Sin embargo, se le reconoce como uno de los autores que impregnó de máxima libertad a la imaginación a tal punto que desbordara sus cauces hasta lograr que su escritura se apropiara de las convenciones genéricas hasta renovarlas y de esa forma alcanzar una literatura novedosa y sorprendente.
El argentino Jorge Luis Borges (1899-1996) lo llegó a describir como: "desdeñoso de las circunstancias históricas, geográficas y políticas, Juan José Arreola, en una época de recelosos y obstinados nacionalismos, fijó su mirada en el universo y en sus posibilidades fantásticas".
De igual forma reconoció que aunque nacido en México, pudo haberlo hecho “en cualquier lugar y en cualquier tiempo".
Mientras en México los escritores se avocaban a una literatura realista y que describía la situación de los campesinos, Arreola no se despegó de esas corrientes pero construyó alegorías universales de la vida del país.
Según datos de su vida disponibles en Internet, en páginas electrónicas como “redescolar.ilce,edu.mx”, Juan José Arreola desplegó una literatura que por muchos años significó un problema para los estudiosos de las letras. No se afilió a un movimiento literario ni a una vanguardia especial, más bien cultivó la imaginación y el ludismo.
Al mismo tiempo su escritura se caracterizó por el sentido del humor y las formas de la ficción breve, lo que condicionó por un tiempo que su literatura fuera vista con recelo.
No obstante en cuentos suyos como "El guardagujas", "La migala", "El miligramo prodigioso", "Baby H.P.", "Botella de Klein" son evidentes las huellas que dieron origen a una nueva tradición de literatura mexicana.
Así, para los expertos, la importancia de Arreola en el campo de la legitimación de la ficción breve para el canon de la gran literatura apenas se empezaría a reconocer muchos años después de su incursión en la literatura.
Los conocedores coinciden en que otro de los terrenos en que el autor se apartó de la práctica usual de la literatura mexicana fue en asumir los retos que plantea hacer literatura de imaginación, y por ello el absurdo, lo fantástico y lo alegórico se unen en estructuras entretejidas de ironía y simbolismo.
La literatura fantástica en la que se desenvolvió va más allá de describir adecuadamente el mundo, se adentra y muestra las rendijas que la realidad ofrece para descubrir un todo más terrible o más brillante, pero eso sí menos monótono y con sentido, lleno de significados.
Un ejemplo de lo anterior es el cuento “El guardagujas”, en el que se han querido ver las huellas de Franz Kafka (1883-1924), pero el autor checo provoca el llanto mientras que Arreola con su imaginación y sentido del humor hace brotar la risa.
Si bien puede ser visto como un autor que quebrantó las estructuras tradicionales de la literatura mexicana, o igualmente como parte del “boom latinoamericano”, en general se le considera un grandioso escritor, para la mayoría el mejor representante de la ficción breve de México.
Juan José Arreola, un parteaguas en la literatura mexicana y en general latinoamericana, quien permitió la entrada a la literatura reconocida a personajes como Carlos Fuentes (1928-20129 o Elena Poniatowska (1932) o recordado por las eruditas y entretenidas charlas que sostuvo con Antonio Alatorre, murió en Guadalajara, Jalisco, el 3 de diciembre de 2001.