Uno de los hombres que poseía una gran sabiduría en terrenos tan diversos como la Lógica, la Metafísica, Filosofía, Matemáticas, Medicina, Psicología e Ingeniería, fue Gottfried Wilhelm von Leibniz, intelectual alemán de quien hoy se cumplen 296 años de su fallecimiento.
Leibniz se destacó por su gran influencia y aportes durante los siglos XVII y XVIII, ya que como promotor incansable del racionalismo logró difundir la importancia de acceder al conocimiento verdadero, aspecto que rescata el portal “quien.net”.
Gottfried Wilhelm Leibniz nació el 1 de julio de 1646 y falleció el 14 de noviembre de 1716 en Alemania. Su padre, un profesor de filosofía moral, murió cuando tan sólo contaba con seis años.
Cuentan sus biógrafos que Leibniz se interesó en la escritura y en especial en los poemas en latín, mismos que escribía a los ocho años y a los 12 ya había incursionado en el pensamiento aristotélico cuando leyó sobre la filosofía de la escolástica.
El sitio “biografiasyvidas.com” destaca que posteriormente ingresó en las universidades de Jena y Altdorf en la especialidad de Leyes y Matemáticas, respectivamente.
En 1666, fue rechazado por la Universidad de Leipzig por ser tan joven, aunque en Altdorf recibió un doctorado y la oferta de una cátedra.
Sin embargo, decidió inclinarse por el servicio del arzobispo elector de Maguncia, donde trabajó como diplomático, introduciéndose en los círculos cortesanos y eclesiásticos. Fue así como en 1672, fue enviado a París para disuadir a Luis XIV respecto de la invasión alemana.
Pero fracasaría en aquella misión, a pesar de ello, Leibniz permaneció cinco años en París, donde en una labor intelectual desarrolló una máquina calculadora que realizaba multiplicaciones, divisiones y raíces cuadradas, además era capaz de hacer cálculo infinitesimal.
Leibniz, también viajó por Amsterdam y Londres, donde estudió Matemáticas, Ciencias y Filosofía.
En 1676, trabajó de bibliotecario y consejero privado en la corte de Hannover, y por 40 años estuvo al servicio de Ernesto Augusto, duque de Brunswick-Lüneburg y, luego, de Hannover.
De acuerdo con los datos biográficos publicados por “astronomia.com”, Leibniz fue considerado un genio universal por su obra que abordó no sólo problemas matemáticos y de filosofía, sino también Teología, Derecho, Diplomacia, Política, Historia, Filología y Física.
Por ejemplo, a la muerte de su amiga Sofía Carlota, su papel consejero de príncipes empezó a declinar y por ello se dedicó a ser historiador y a redactar sus obras filosóficas más importantes, que serían publicadas después de su muerte.
Representante por excelencia del racionalismo, Leibniz colocó al criterio de verdad como una necesidad intrínseca para comprender la realidad, la cual era posible alcanzar sólo a través de las verdades analíticas de las matemáticas, junto a las verdades de hecho y que son contingentes.
Dicha contingencia partía del carácter finito de la mente humana, incapaz de analizarlas por completo los conceptos concretos. Asimismo, Leibniz estuvo en pro de una física de la energía, por hacer posible el movimiento, contrario a lo planteado por la física cartesiana de la extensión.
De este modo, en 1684 se publicó el sistema de Leibniz, el de Newton en 1687, y el método de notación ideado por Leibniz fue adoptado universalmente. Fue considerado un pionero de la Lógica Matemática y precursor de la Informática.
La filosofía de Leibniz partió del argumento de que el universo estaba compuesto por centros conscientes de fuerza espiritual o energía, a los que llamó “mónadas”, mismos que representaban un microcosmos individual en diversos grados de perfección y que iban en evolución.
Leibniz decía que los elementos últimos de la realidad eran las mónadas, que recibían su principio activo y cognoscitivo de Dios, quien estableció una armonía manifiesta en la relación entre fenómenos, el pensamiento y las leyes de la naturaleza.
Hacia el final de su vida, estaba en pleno debate con Newton sobre quien había descubierto primero el Cálculo, pues querían dejar en claro la “paternidad” de esta disciplina. Los matemáticos se dividieron en dos, los británicos apoyaban a Newton y los del continente a Leibniz.
Johann Bernoulli, uno de los defensores de Leibniz, investigó los resultados de ambos y descubrió que Newton lo hizo primero, lo cual provocó que se ignorara el método de Leibniz, el cual era muy superior.
Leibniz, finalmente, falleció en 1716. Tiempo después adquirió gran popularidad con una alicaída que se recuperaría después de la segunda mitad del siglo XVIII, época durante la cual se dieron a conocer más de sus propuestas.
A partir de 1985, el gobierno de Alemania, instauró el Premio Leibniz, un reconocimiento otorgado a la investigación. Otro reconocimiento póstumo es el que otorgó la Universidad de Hanover, en homenaje a Gottfried Wilhelm Leibniz.