
La karateka Yadira Lira es madre de alto rendimiento; su hijo, Yoshi, prefiere la gimnasia.
Combinar el deporte de alto rendimiento y la maternidad no es sencillo, y el camino se dificulta aún más cuando se trata de una madre soltera que busca ser la mejor del mundo. Yadira Lira ha sabido combinar su papel de mamá y de karateka para convertirse, no una, sino dos ocasiones en campeona mundial (2004 y 2010), además de ganar una plata también en el máximo certamen de karate del orbe (2006).
La guerrerense, quien radica en Puebla, confiesa las dificultades, aprendizajes y satisfacciones de ver crecer a su hijo Yoshi, quien, a su vez, la ha visto coronarse como la mejor del mundo.
“Hace 11 años, cuando llegó Yoshi, no tenía idea de cómo organizarme, sólo sabía que sería muy difícil y que valdría la pena. Desde entonces tenía una meta clara: ser la mejor del mundo en lo que amo, el karate. Pude encontrar un equilibrio para continuar mis sueños y cuidarlo a él. Gracias al apoyo de mi familia y a su paciencia y comprensión he seguido adelante”, dijo la mejor karateka en la historia de México.
“No es fácil hacer dos funciones a la vez, pero sabes que las cosas valen la pena, porque los frutos que cosechas son para la familia y, en especial, para tus hijos, por tu superación, y para ser un ejemplo para ellos. Es una satisfacción impresionante que seas un orgullo para tu país y, en especial, para tus hijos”, agregó la competidora, quien asistirá a sus segundos Juegos Panamericanos, en Guadalajara 2011.
Para Lira, quien practica karate hace más de 20 años era básico que Yoshi heredara el arte marcial como su deporte favorito. Irónicamente, eso no ocurrió.
“Él creció dentro del dojo de karate, viéndome entrenar y competir. Cuando tenía tres años, lo metí a hacer gimnasia artística, pensé ‘si lo meto ahora, va a desarrollar mejor su sicomotricidad, fuerza y flexibilidad y cuando esté más grande, lo podré meter al karate y llegará con buenas bases’”, relata Yadira.
“¡Pero no salió mi plan! Quiso quedarse en la gimnasia y me siento contenta de que él tome sus propias decisiones”, recuerda entre risas la deportista.
En la Olimpiada Nacional 2010, Yoshi Andrés, quien compite por Puebla, terminó en quinto lugar en la prueba por equipos. “Me siento muy orgullosa de él, siento una gran emoción al verlo en competencia, porque sé lo que está viviendo, sé que siente nervios al igual que yo cuando estoy en un combate, y sé que sabe que lo estoy apoyando.
Esos instantes me hacen pensar que sí la hago como mamá, porque tiene muchas aspiraciones, desde hoy dice que quiere ser campeón mundial y apenas tiene 11 años. Conforme crezca y se desarrolle como deportista, estaré con él a cada momento”, compartió emocionada.
Yadira asume el doble reto, ser una buena madre y la motivación deportiva de su hijo. “Cuando gané el Mundial, en especial el último, él se engrandeció mucho. A veces siente algo de presión, porque su mamá es campeona mundial, pero platico con él para tratar de evitarlo. Quiero que disfrute su niñez, que sea feliz. Me ha dicho que quiere ser como yo, ¡ésas palabras te llenan!, hasta diría que satisfacen más que una medalla”, dijo.
Yadira y Yoshi se encuentran en un círculo amoroso de admiración muta. “Cumplir en las dos cosas tiene sus complicaciones, pero ver la carita de orgullo de mi hijo no tiene comparación, nada me puede llenar más que verlo a él orgulloso de lo que yo he buscado y he logrado”, compartió la competidora.
A sus 38 años, Yadira representará al país en sus segundos Panamericanos, con la idea de ascender al podio, enaltecer el nombre de México y darle a su hijo Yoshi más y mejores ejemplos.