
Realidad. Cuando se destruye la diversidad, los enlaces entre las especies se alteran; 'entre más se van rompiendo, el ecosistema se hace más frágil, y entre más frágil, se colapsa', advierten los investigadores. ARMANDO ACEVEDO / EL SIGLO DE DURANGO
Cada vez son más frecuentes los problemas generados por el cambio climático. Además, cerros que se vienen abajo y ríos que se llevan todo a su paso ya no son imágenes de ficción sino de una realidad que, aunque desde los años 60 anticipaban los científicos, no fue posible contener.
Hoy es el Día del Biólogo y, en el marco de su conmemoración, investigadores duranguenses decidieron contribuir a generar conciencia, tanto en la comunidad como en los gobiernos, para que los estragos por el cambio climático no se intensifiquen.
"Necesitamos empezar a estar más atentos de los problemas ambientales y la manera en que aprovechamos los recursos naturales", comentó Jeffrey R. Bacon, del Instituto de Silvicultura e Industria de la Madera de la UJED y especialista en sistemática de los encinos de la Sierra Madre Occidental. "La mayoría queremos mucho a la naturaleza pero realmente no nos tomamos el tiempo para pensar cómo lo que yo hago afecta lo que existe de biodiversidad", agregó.
Por su parte, Martha González Elizondo, del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional del IPN y especialista en taxonomía, se refrió a la importancia de conocer lo que integra un ecosistema. "Que haya mil especies y no 300 tiene mucho que ver porque las especies están interrelacionadas entre sí", mencionó. Al desconocer la diversidad en un ecosistema, tampoco es posible detectar cuando sus componentes se extinguen o llegan especies invasoras. "La globalización no nada más es cultural y económica, también es de tipo biológico, porque muchas especies invaden", refirió.
Ejemplificó que el zacate "rosa" que se ve en Durango llegó de África desde hace 40 años y desplazó a las especies nativas. Que esto ocurra puede provocar un desequilibrio al romperse los enlaces entre especies haciendo más frágil el ecosistema, con el consecuente riesgo de colapsar, como ocurre con los cerros que se derrumban y el agua que se lleva todo a su paso. Sin biodiversidad, el sustento del suelo se va acabando y, sin suelo, ya no queda nada.
Mencionó la importancia de que los gobiernos asuman su responsabilidad. "El desarrollo en el que se piensa ahorita es muy miope y totalmente dirigido a lo social y a lo económico sin darnos cuenta de que si no consideramos el aspecto ambiental no estamos pensando de manera sustentable", concluyó.
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