A las diez de la mañana, el corazón del paciente deja de latir. En el quirófano de la Unidad de Alta Especialidad Número 71 del IMSS, el equipo médico se concentra en ese órgano ya sin movimiento ni sangre. Sólo tiene tres horas para reemplazar la válvula aórtica, pues si pasa más tiempo la operación podría resultar un fracaso.
En el quirófano, el doctor Edgardo López Mata, responsable de la cirugía, es apoyado por los doctores Gerardo Serrano, Ricardo Guzmán, Ofelia Martínez, y las perfusionistas Roxana Hernández y Gabriela Jasso, y tres instrumentistas más.
El paciente es un hombre de 57 años con doble lesión en la válvula aórtica que obstruye el buen funcionamiento de su corazón, y que le puede provocar una muerte súbita.
Por eso es sometido a una cirugía de corazón abierto para reemplazar su válvula aórtica enferma por una válvula mecánica, que le permitirá realizar una vida normal, casi como cualquier persona sana, excepto que deberá tomar anticoagulantes por siempre.
La operación inició a las nueve de la mañana. Los médicos, con el paciente ya anestesiado, realizan una incisión de por lo menos diez centímetros en medio del pecho, para poder ver el corazón y al aorta enferma.
Al abrir el pecho, nos damos cuenta que el corazón no es como lo imaginamos: es un órgano ovoide, con estructuras y cavidades.
Los doctores inyectan una sustancia que detiene el movimiento del corazón. Esto es necesario para cortar la aorta enferma y suplirla con la mecánica.
El paciente es conectado a una máquina de circulación extracorpórea que suple las funciones del corazón, el cual, para ese momento, ya no late, es decir, no tiene ningún movimiento ni sangre.
En ese momento, el doctor López Mata explica que es necesario cortar la aorta enferma y colocar la válvula mecánica formada por discos cuya función será abrir y cerrar, para permitir que la sangre salga pero que no regrese al corazón porque eso le hace daño a este órgano.
Casi son las 11 de la mañana, y los médicos ya cortaron la válvula enferma y la remplazaron por una mecánica. Ahora proceden a cerrar la herida y a desconectar al paciente de la máquina extracorpórea, y el corazón vuelve a latir por sí mismo: la operación ha sido un éxito, y se espera que el paciente esté recuperado a más tardar en unas ocho semanas.
CIRUGÍAS COMUNES
Esta cirugía de reemplazo es muy común, pues el corazón tiene cuatro válvulas y la que más se enferma es la aórtica. La válvula mecánica tiene una duración de 30 a 40 años, y el paciente sólo debe cuidar de tomar siempre su anticoagulante.
El paciente, además de tomar el anticoagulante, no podrá practicar deportes extremos, pero por lo demás podrá realizar a su vida normal. A esta cirugía han sido sometidas personas con trabajos duros como albañiles y mineros, quienes se han reintegrado a sus actividades.
El doctor López Mata explica que este tipo de operaciones tiene un 97 a un 99 por ciento de éxito, "son cirugías con un alto grado de complejidad porque se detiene el corazón del paciente".
Hace muchos años, este tipo de cirugías sólo se realizaban en Estados Unidos y en Europa, y únicamente pacientes con un nivel socioeconómico alto podían salvar su vida.
Sin embargo, en la Unidad de Alta Especialidad Número 71 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se practica un promedio anual de 600 a 700 cirugías a corazón abierto, pues cuenta con dos máquinas de circulación extracorpórea, con un valor de seis millones de pesos cada una.
Con una experiencia de 15 años, la Clínica 71 del IMSS ocupa el cuarto lugar a nivel nacional en resolver patologías de alta especialidad en el ramo de cirugía cardiovascular. Atiende a pacientes de Durango, Coahuila, Zacatecas y Chihuahua.

Paciente. La cirugía dura un promedio de tres horas porque más tiempo implicaría un riesgo para el paciente.