
La honestidad con lo que se siente, se piensa y se desea es la piedra angular de las preferencias sexuales.
“No conozco ningún homosexual arrepentido”, dicen por ahí. Sin embargo no son pocos los casos en que una persona gay -hombre o mujer- sorprende a sus amistades al afirmar que se ha vuelto heterosexual. ¿Puede ocurrir?
Alberto tiene 34 años de edad. Desde niño se sintió atraído por algunos de sus compañeros de clases y al llegar a los 15 descubrió el placer homosexual. Toda su vida erótica ha sido gay. A sus padres les parece raro no conocerle una pareja, lo ven triunfar en su trabajo y rodeado de amistades, mas la ilusión de verlo formar una familia cada día ejerce más presión sobre él. Hace poco Alberto reunió a sus amigos gays y les dijo seriamente que se iba a casar y que a partir de ese día ya no le gustaban los hombres. Unos con risa, otros con sorna, le miraron incrédulos.
Lorena tenía 16 años cuando le dijo a su madre que era gay. La señora quedó devastada, no podía creer que su hija tan femenina y hermosa fuera a tener relaciones con otra mujer. Ya adulta, Lorena se fue a vivir con Andrea, su novia, y durante varios años todo marchó bien, hasta que un día Lorena manifestó un deseo repentino de convertirse en heterosexual. A partir de ese momento se dedicaría a buscar al hombre de sus sueños. ¡Todo de la noche a la mañana!
Los dos ejemplos muestran lo que un arrebato emocional llega a impulsar en una persona, haciéndola creer que con sólo ponerlo en palabras, puede transformar su orientación sexual. Esta clase de anuncios insólitos únicamente refleja la agitada vida interna de quien los emite. Generalmente quien expresa verbalmente un cambio tan drástico como éste lo hace bajo la presión de un furor que quizá encubra el impulso agresivo del rechazo a sí mismo o hacia quien hasta la fecha ha sido su pareja. Pero no es posible sostener la modificación en la inclinación sexual en un mero anhelo, se requiere un proceso constante de replanteamiento sobre la vida de pareja y la búsqueda del placer.
EL ORIGEN
Necesitamos dejar en claro que hasta este momento no hay una explicación definitiva que precise científicamente por qué algunos hombres y mujeres se sienten atraídos hacia su mismo sexo. Los investigadores de la conducta homosexual no se ponen de acuerdo en cuanto al origen de esta preferencia.
Algunas teorías se apoyan en la idea de que la homosexualidad viene determinada por la genética, otras hablan de una influencia hormonal o una falla anatómica neurológica. Los investigadores llamados conductuales ofrecen explicaciones basadas en la relación fallida con uno o ambos padres del sujeto, durante la infancia de éste. También en experiencias eróticas precoces, o en niños violentados sexualmente o humillados por otros con motivo de su físico o apariencia. Pero ninguna explicación ha demostrado de manera contundente de dónde surge la tendencia homosexual.
Lo que sí se sabe es que una vez descubierta la predilección amatoria encauzado hacia su mismo género, en un entorno donde no se apoya la homosexualidad sino que se le reprime, el varón o mujer gay tiende a encubrir sus intereses volviéndose en algunas ocasiones huraño, distante, poco sociable; pero a veces pasa lo opuesto: es el alma de las fiestas, siempre sonriente y dispuesto a ayudar, aunque en su interior viva su secreto.
Nuestra naturaleza nos impulsa a agruparnos y por tal motivo alguien homosexual buscará la compañía de sus iguales, a fin de sentir la pertenencia a un grupo que lo apoye, comprenda y le permita expresarse sin tapujos. Si no existe una barrera para que ese individuo se exprese libremente en su orientación sexual, vivirá ésta sin mayor tropiezo.
FACTORES DE CAMBIO
El hecho de que un gay tenga o no el apoyo de un grupo (familiar o de amigos), no necesariamente influye en que sorprenda a sus allegados al asegurar que ahora es heterosexual. Esa gente ha sido testigo de la forma en que ha llevado su vida y seguramente se preguntará: “Si siempre ha sido así, ¿cómo pudo transformar sus preferencias, y por qué?”.
La sabiduría oriental afirma: “Nada es para siempre. Lo único permanente es el cambio”. Y aunque muchos no lo crean posible, quien ha escogido ejercer su erotismo de manera homosexual puede voltear la hoja hacia la heterosexualidad. Es tan cierto como asegurar que otros tantos nunca se preguntarán si quieren o no modificar su orientación.
Pero aquellos que así lo eligen pueden alterar sus inclinaciones. Esta decisión puede tener relación con un factor desencadenante que les cuestione si verdaderamente son felices ejerciendo su sexualidad con personas de su mismo sexo.
¿DIFERENTE DE UN DÍA PARA OTRO?
Los cambios trascendentales ocurren de diferentes formas. De acuerdo a la teoría psicoanalítica fundada por Sigmund Freud, quien vive una experiencia traumática, dolorosa y de gran impacto emocional, puede ver alterado el curso natural de su vida sentimental, emocional y sexual.
En ese contexto, alguien gay podría dar un giro a sus preferencias de un día para otro. Algunos ejemplos son cuando se tiene la desafortunada certeza de saberse engañado por la pareja o quizá la aparición de una enfermedad con un diagnóstico devastador. Desde luego esto no es regla general, hay que recordar que cada persona tiene su propio umbral de resistencia a los eventos de la vida y lo que para uno es intrascendente para otro puede ser insoportable.
EL DESEO DE CAMBIAR
Otra manera de realizar una transformación tajante requiere de la autorreflexión, donde el individuo pone sobre la balanza de sus valores y principios lo que considera debe ser rectificado o definitivamente concluido.
El psicólogo William James afirmó: “Una experiencia espiritual puede cambiar radicalmente la vida de un ser humano”, y el psicoanalista Carl Gustav Jung se sumó a esta aseveración. Un ejemplo de esto lo vemos en los alcohólicos. Parte fundamental de la transición del alcoholismo hacia la sobriedad se basa en la búsqueda de un despertar espiritual. Pero un enfermo alcohólico en recuperación nunca deja de ser alcohólico, simplemente elige la sobriedad. Es decir, se mantiene abstemio y lucha por superar sus defectos de carácter para no recaer. Esta terapéutica puede funcionar con una persona que desea modificar su orientación sexual, para lo cual requiere seguir los pasos de autoayuda de Alcohólicos Anónimos en los grupos de terapia de adicción al sexo. El procedimiento de ninguna manera será rápido o fácil, pero funciona.
Aun así, quienes afirman que ayer fueron gays y ahora no lo son tan sólo se refieren a que el día de hoy no ejercen su erotismo de manera homosexual, como antes lo hicieran. La alternativa siempre estará tras bambalinas, esperando a ser nuevamente retomada. Pero la decisión es personal.
También hay que subrayar como elemento básico si el deseo de ser distinto es auténtico y propio, y si la determinación se analizó a fondo; las elecciones arrebatadas y rápidas igualmente se vienen abajo, pues no tienen firmeza ante cualquier eventualidad de la vida.
El autoengaño siempre ha sido la piedra de tropiezo del ser humano. No ser honesto consigo mismo acarrea posteriores desengaños. Argumentar que no pasa nada es estar en el fondo y seguir escarbando. La honestidad con lo que se siente, se piensa y se desea es la piedra angular de las preferencias sexuales.
El cambio es la constante de la vida. La disposición de ejercer la sexualidad de manera homosexual o heterosexual debe ser tomada sin presiones de otros, sin buscar la aprobación o anuencia de los demás. La felicidad de cada ser humano es un compromiso íntimo, que requiere de una reflexión profunda y cuidadosa.
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