Ahora que sufrimos tanta inseguridad, asaltos, robos, etc., recordé que existe una oración grabada en una plancha de oro que se encuentra en el Convento de religiosas armenias de Santa María Egipciaca, al pie del Monte Líbano, de donde el Rey Salomón tomó los cedros para edificarle a Dios el primer Templo en Jerusalén, plancha que fue hallada originalmente en el Monte Calvario enterrada junto al peñasco donde Jesucristo fue crucificado. Se cree que esta oración es eficaz para librarnos de enemigos, guerras, pestes, persecuciones y peligros de mar y tierra. Esta oración es conveniente llevarla consigo, aunque la persona no sepa leer, para ser protegidos de las maldades del exterior; y cuando exista una amenaza, se debe decir: "Oh, Jesús Sacramentado, enemigos veo venir, la sangre de tu costado de ellos me ha de cubrir". La Oración al Justo Juez dice así:
"Oh, Divino Justo Juez a quien adoro rendido, hoy postrado aquí a tus pies, el perdón. Señor, te pido. Jesucristo esclarecido, protector universal, a ti te pido rendido me libres de todo mal. En peligroso lugar quita el mal pensamiento a todos los que de intento me quieran perjudicar. Y si algún hombre criminal piensa quitarme la vida en vereda o camino real, Tú, Señor, serás mi escudo. Que me valga esta oración, Cristo mío crucificado, y la llaga de tu costado sea mi dulce habitación tan sólo con implorar tu santo nombre glorioso, haz que salga victorioso del que me quiera dañar. ¡Oh, Santísimo Sacramento!, de enemigos y salteadores, de bandidos y malhechores, líbrame en todo momento, y tú, Virgen Santa María, te pido de corazón que en mi última agonía me prestes tu protección. ¡Oh sacratísima cruz de la gran ciudad de Sión!".
Para como están las cosas actualmente, la voy a copiar y traer conmigo siempre... para que la fe nos proteja.
